El día después de mi cambio de clase, me dirigí al comedor con Rafa ya que era la hora del almuerzo. La cola solía ser bastante larga, porque todos acabábamos hambrientos tras las clases de mañana. Una cosa que no he mencionado de mi amigo es que se consideraba "otaku", es decir, amante de Japón y de su cultura.
Hoy habíamos completado nuestra primera actividad juntos en clase, un teatro sobre la batalla de Hastings. Era la hora de ir a comer, y cuando vas al comedor tienes que hacer una fila en un pasillo bastante sombrío y lúgubre del convento, para entrar en el comedor, lo que significa que estábamos todos muy juntos y fue ahí cuando me fijé en el móvil de la persona de delante, en el que había una foto de un personaje de mi serie favorita. Eso no tendría nada de especial si no fuese porque el show era un anime*.
Pero volviendo al tema, en esa cola tan larga para almorzar, nos topamos con una chica alta y rubia que parecía estar un poco perdida. Como no, Rafa exhibió su carácter extrovertido y le dirigió la palabra, preguntándole de dónde era.
Yo, sin éxito al intentar contener mis impulsos, le pregunté si le gustaba el "anime". Se dio la vuelta un poco desconcertada por la pregunta tan espontánea proveniente de un desconocido. Cuando se volteó, os prometo que vi a la chica más guapa que había visto en todo el campamento. Rubia, ojos azules, tenía un cutis muy hermoso y radiante, la claridad del primer día volvió, todavía más intensa si cabe. Iba vestida con una camisa de cuadros roja abierta, más una camiseta blanca debajo.
Al final, resultó llamarse Paulina. Era una chica rusa amante de Japón y del "anime", como Rafa, que quedó entre impresionado y enamorado ante ese sueño hecho realidad para él. Como no, aproveché esa ocasión para chinchar a mi amigo, sin aún conocer su lado vengativo... A lo largo de toda la comida, le recordé entre risas su cara de empane propia del amor a primera vista, aunque acabaría arrepintiéndome de todo eso mucho más tarde.
Tras hablar un rato me dijo su nombre, Paulina: era de Rusia. Cuando hablaba denotaba un positivismo que te daban ganas de seguir escuchándola. Al ser rusa me hablaba en inglés, además tenía una voz preciosa, o al menos eso me parecía a mí. Pasé toda la comida hablando con ella. Pablo me miraba con un aire burlesco cada vez que le decía algo, menudo...
La comida acabó y ella se fue con sus amigas y yo con el mío. Le ofrecí ir al town juntos, pero me dijo que tenía que quedarse para hacer yo qué sé qué; además Pablo no me insinuó ningún tipo de aprobación, y tampoco es cuestión de hacerle sentir incómodo. O al menos eso me dije como excusa.
Por muy extraño que pueda parecer, esa no fue la única persona particular que conocimos aquel día. De hecho, Paulina no fue más que un aperitivo ante lo que se nos venía encima.
Pablo y yo, como de costumbre, fuimos al "green" para estar un rato con los animales. Eran las siete de la tarde cuando una niña bastante corpulenta, que es mucho decir viniendo de mí, coge y sin ningún tipo de escrúpulos nos dice...
Pero comencemos por el principio: Rafa y yo acabábamos de cenar y nos encontrábamos sentados en la hierba charlando cuando una chica más bien grande y con cara inocente se nos acercó y, sin venir a cuento, nos preguntó si queríamos echar una carrera.
«-Vamos a hacer una carrera-». Qué aleatorio todo, eso estaba pensando hasta me vi corriendo detrás de aquella chica. No quiero imaginar lo que pudiese haber pensado todo aquel que presenciase aquel lamentable espectáculo.
No sé si nos pareció extraño que nos dirigiera la palabra una chica o si estábamos muy aburridos, pero el caso es que aceptamos y nos pusimos a correr tras ella como idiotas, por muy loco que pueda parecer. Luego, nos sentamos los tres en la hierba, la chica, que se llamaba Naroa y que parecía estar un poco chiflada, empezó a contarnos locas historias, como que su tía había participado en Euro visión o que sus compañeras de habitación la odiaban y le daban galletas mojadas en agua de retrete para comer.
Un poco después de terminar la carrera, ya sentados los tres en el césped, le pedí a Pablo que me trajese un "ORANGE TANGO". Él y yo teníamos nuestras cuentas: ya le debía 2,5 libras. Estaba pensando en eso junto con otras cosas diversas, cuando por lo visto Naroa también le pidió a Pablo un refresco y una chocolatina...Nos quedamos con un rostro digno de foto, ¡qué caradura!
Entonces, Rafa me pidió ir a por un refresco. A pesar de todo, la chica me pidió una bebida para ella también, sin darme ni una moneda, ya que quería que la invitase. ¡Qué caradura! Y lo peor de todo es que yo, que peco de ser demasiado bueno, se la traje...
Pablo que era bastante buena persona, coge y sin rechistar fue a traerle lo que le pidió. «-¿Pero qué está pasando?-». Me pregunté a mi mismo. Dios mío, no conocía ese lado tan sumiso de Pablo, es curioso, volví a reflexionar irónicamente
Tras tomarnos nuestros refrescos y oír sus locas teorías conspiratorias y anécdotas, como por ejemplo que su tía había ido a Eurovisión, que dormía debajo de las literas o incluso que los móviles estaban hechos de tinta: nos empezó a dar mal rollo. Nos despedimos de la chica y anduvimos por el césped hablando y comentando la escena paranormal que acabábamos de vivir.
Ya pasada más de una hora los monitores nos llamaron a la habitación. Nada más entrar notamos un desagradable olor; tras aclarar que no éramos ninguno de los dos y echar un vistazo rápido por la habitación, miramos a Santiago. El chaval llevaba la misma ropa de hace tres días, y no solo eso, un detalle que se nos olvidó aclarar era que el tío no se cambia de vestimenta cuando dormía. Él decía que se levantaba de madrugada, se ponía el pijama y después se volvía a levantar antes que todos para ponerse la ropa de calle... Al principio le pedimos medio en broma y medio en serio que se duchase. Él no quería, así que tuvimos que llamar a un monitor para que le obligase. Lo peor de todo es que al catarse de que estábamos relativamente indignados, se ofendió. ¡Dios mío sácame de aquí!, murmuré....
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ACAMPADOS
Teen FictionACAMPADOS, un verano puede cambiarlo todo. Este libro es escrito por y para adolescentes, aunque invitamos a todos los adultos a la lectura del mismo. De cómo dos chicos con visión y educación diferente, se conocen en un campamento de verano en Hast...