Mi segundo fin de semana en Inglaterra estaba al caer, y me encontraba almorzando con Rafa cuando una chica rubia, bastante bajita y muy amiga de Jessy Berasategui, Julia, se nos acercó y me dijo que la esperara antes de bajar al town, ya que tenía algo importante que decirme.
Estábamos comiendo, cuando una chica se acercó a Pablo y le dijo que tenía algo importante que decirle. El ambiente entre Pablo y yo estaba empezando a escalar a niveles "peligrosos". Y yo, que no iba a ser el que lo desescalase, empecé mi venganza. Por supuesto que no iba a dejar pasar esta oportunidad. Así que empecé a crearle muchísimas expectativas, a pesar de que la chica en cuestión tendría alrededor de unos 10 años.
He de admitir que yo, que nunca había oído tales palabras de parte de una chica que no fuera mi madre, me emocioné bastante. Como no, Rafa aprovechó la ocasión para hacer crecer mis expectativas.
Después de almorzar, nos dirigíamos hacia la "main hall", cuando vi a Pablo acercarse al grupo de amigas de la chica. Que vuelvo a repetir, ¡tenía 10 años!
Tras una breve conversación, la chica aclaró que no era nada importante, normal, ¿qué iba a querer una chica que no había tenido contacto previo con Pablo? La bajada al town la dediqué única y exclusivamente a burlarme de mi amigo; de hecho me pasé.
Al salir del comedor, fui a ver a Julia, que me informó de que al final no tenía importancia, que se trataba de algo con relación a las clases. Decepcionado, me quedé ahí parado como un estúpido, mientras Rafa se tronchaba de risa a mis espaldas... ¡Estaba contraatacando tras lo de Paulina! Pero la cosa no quedó ahí. Rafa, mientras bajábamos al pueblo, continuó su burla, lo que ya comenzó a caldear el ambiente...
Al percatarme de que Pablo estaba más enfadado de lo que pensaba no tardé un segundo en disculparme y prometerle que no lo volvería a hacer... Faltaban apenas 20 minutos para el toque de queda, ya nos habíamos tomado nuestro Subway y atiborrado de kinder. Lo que significaba que teníamos tiempo muerto. Así que al ver un gran cartel publicitario sobre unas cartas pokemon se me ocurrió una idea digna de alguien como yo.
Al llegar al pueblo y tras realizar unas acciones cotidianas (comer un bocadillo en el "Subway" o comprar algo en el "Poundland"), nos quedamos sin nada que hacer. En ese momento, Rafa, sacando a relucir todo su intelecto, tuvo una maravillosa idea:
-Oye, ¿nos compramos un paquete de cartas "Pokemon" cada uno, y quien saque menos poder le paga al otro el sobre?-
-Dios mío Rafa eres un genio, como no se te ha ocurrido antes, respondió con ironía.-
-Venga va, solo por las risas, dije tratando de convencerle.-
-Bueno venga.
Entramos al "GAME" y nos compramos los sobres. La primera me ganó, y yo dentro de mi ludopatía empedernida le dije.-Doble o nada. No se por qué: pero aceptó felizmente, la segunda me volvió a ganar, y a punto de consumirme en la desesperación, le volví a proponer otra ronda.
La verdad es que no sé el porqué, pero acepté. Estaba muy aburrido, además, yo por aquel entonces no era muy maduro que se diga... En fin, que entramos en la tienda de videojuegos y adquirimos dos sobres: yo saqué la mayor puntuación y Rafa me pagó mis cartas. El problema de la ludopatía es que las cosas nunca se quedan ahí, por lo que acabamos comprando otro sobre, que también acabó pagándome Rafa.
Debimos de habernos quedado ahí. Debimos de habernos parado a reflexionar. Pero yo estaba cegado por mis victorias y Rafa, por su afán de ganar a cualquier precio (literalmente). A pesar de la mirada del dependiente de la tienda, que parecía juzgarnos seriamente, compramos los dos últimos sobres: el que perdiese le pagaría TODO al otro...
En esta última tuve un poco más de suerte; y como acordamos Pablo tenía que pagar mis sobres, que por cierto, baratos no eran: cada sobre costaba alrededor de 4,5 libras. Ahí fue cuando empezó el conflicto.
Y Rafa ganó. Por segunda vez esa tarde, me quedé con cara de tonto, pero esta vez con 27 libras menos. La reacción de Rafa fue la misma que antes: estaba llorando de risa.
Yo de forma poco inteligente le reclamé mi dinero. Y Pablo explotó. Mi teoría es que estaba un poco harto de mi actitud, así que a pesar de todo tengo que admitir que yo, indirectamente, por supuesto, fui el culpable de la posterior discusión. Bueno más que culpable yo diría que fui el causante, porque Pablo perdió demasiado las formas. Cosa que me chocó, fue la primera vez que me levantó la voz.
Entonces yo exploté. Le recriminé a mi amigo que todo había sido culpa suya, que no quería ser un ludópata y que me devolviera el dinero. Nos enfadamos muchísimo y nos gritamos todo el camino de vuelta al campamento.
Me empezó a argumentar que habíamos perdido dinero de una forma muy estúpida, y de alguna manera insinuó que había sido culpa mía. Como si yo le hubiese apuntado con una pistola para que aceptase... Cuando íbamos por la mitad del camino, me dio el dinero y las cartas con un desprecio que francamente me minó la moral. Ahí fue cuando yo levanté la voz, le manifesté que no era mi culpa y que si se iba a poner así por una tontería mejor que se fuese a beber agua o algo. Yo me adelanté, mientras notaba que todo el mundo nos miraba, normal, las voces que habíamos pegado seguro que se escucharon desde el pueblo de al lado.
Por suerte, si algo bueno tenemos Rafa y yo es que nos calmamos rápidamente, por lo que antes de que empezaran las clases de tarde ya nos habíamos reconciliado.
Justo cuando entramos al campamento, Pablo vino y me pidió perdón, para ser sincero, el cabreo se me había ido un par de minutos atrás; para corresponder y no quedar como un payaso, le acepté las disculpas y le pedí perdón por mi comportamiento, no solo de antes sino de los días anteriores. Así que nos fuimos como si no hubiese pasado nada hacia la clase del señor Philip.
En ese momento pensé que acababa de vivir una jornada intensa, pero no podía ni imaginar todo lo que iba a pasar en los próximos días...
ESTÁS LEYENDO
ACAMPADOS
Fiksi RemajaACAMPADOS, un verano puede cambiarlo todo. Este libro es escrito por y para adolescentes, aunque invitamos a todos los adultos a la lectura del mismo. De cómo dos chicos con visión y educación diferente, se conocen en un campamento de verano en Hast...