Heska Lyserød fue en busca de Barnaba cuando aquella noche el salió hacia el baño, pero el mayor supo que la actitud del pequeño no era normal; se le notaba tenso, nervioso pero más que todo enojado. Lo corroboró cuando intentó entrar al baño y el rubio se lo impidió, la puerta estaba cerrada y él estaba allí solo; intentó entrar, hablarle y saber que pasaba, pero el chico dijo no quererlo ver más en su puta vida.Entendió que quizás la causa había sido su esposa o sus palabras en aquella conversación donde el tema era el chico, a pesar de eso, se disculpó con Barnaba e intentó persuadirlo para que le abriese, fue un rotundo fracaso.
Esa noche no volvió a hablar con él y aunque regresó del baño, se despidió para irse a su casa; él y Theo se dieron cuenta de que algo no andaba bien con él, tal vez porque sus ojos estaban rojos y apagados del llanto.
Los días después de eso pasaron y no volvió a ver más a Barnaba, como era de costumbre perderse de él, causa del trabajo aunque no era mucho por esos días, pero su preocupación llegó cuando luego de una semana Theo llegó como loco a su oficina.
—¡Tienes que hacer algo! —le dijo.
—¿Qué está pasando?
—Barnaba Lilla —soltó como si fuera obvio—. Mi Blå.
—¿Qué ocurre con él? —preguntó curioso.
—¡No ha venido más desde el día de mi cumpleaños! Le llamo y no me contesta —informó—. Sus compañeros me dijeron que lo han visto en la universidad.
—Entonces no se ha presentado más —habló Heska entre dientes tratando de entender.
—¡Tenemos que hacer algo, ahora! —gritó su amigo—. Tienes que ir por él.
—¿Yo por qué?
—¡Cielos! Tú eres su jefe y seguramente tú tienes que ver con esto.
Heska se recostó en su silla y marcó el teléfono de Barnaba, no le contestó, era temprano en la tarde y se suponía que él debería estar allí en Orange. Se sintió estúpido al no darse cuenta de que el rubio no había asistido a trabajar, le había dedicado tiempo a su mujer y cuando le escuchó decir a Blå que no quería volverlo a ver, no pensaba que fuera enserio.
—Y no me digas que no sabes nada, mira que yo soy muy perceptivo. Así que vas a buscarlo y me traes a Blå de vuelta —finalizó Theo saliendo de la oficina.
Heska se puso a pensar en que carajos haría con el chico, sabía que la había regado, pero él nunca fue alguien de andar buscando a quien decide irse de su vida; sin embargo, sabía que Theo no descansaría hasta tenerlo de vuelta y él más allá de lo que sentía por el rubio no podía dejar ir a un talentazo como él.
Ese día en la noche cuando salió de Orange le dijo a su chofer que se dirigiera hasta Åmanker, su esposa estaba al tanto de que andaba por ahí y que llegaría tarde a casa; Heska siempre precavido, no sabía si aquello duraría poco o mucho, aunque esperaba que no fuera una visita corta. Cuando llegó le dijo al hombre que esperara y luego de eso se bajó, caminó y tocó la puerta.
—Hola, Barnaba —dijo cuando le vio e inmediatamente el joven lo cerró la puerta en las narices—. ¡Abreme, coño!
—¿A qué viniste?
—Te lo explico cuando me abras la puerta.
Barnaba se dejo ver y lo dejó pasar, estaba vestido con ropa cómoda y su semblante era desastroso; unas bolsas bajos sus ojos lo hacían ver terrorífico y su cabello desordenado, estaba hecho un desastre.
—No piensas ir más a trabajar —habló Heska sentándose en el sofá e invitándolo a sentarse a su lado.
—No sé, no quiero verte más —respondió.
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Huellas de Amor Traicionado.
Teen FictionHistoria con temática LG(B)T, situada en la ciudad de Copenhague, Dinamarca. Creada y terminada (año 2020). Obra de mi autoría, no se aceptan copias ni adaptaciones.