A la mañana siguiente tuve que hacer mil rituales para quitar lo hinchado de mi rostro, me arreglé un poco más que de costumbre, me acomodé el cabello en un chongo y me puse labial rosado que combinaba con mis tacones. Tocaba entregar un proyecto y la vestimenta era semi formal, por lo que cambié mi mochila por una bolsa y antes de salir me coloque un poco de perfume.
— ¡Wow! Pero que bella novia tengo — fue lo que dijo Julián al verme bajar por las escaleras.
— Gracias — respondí con una sonrisa y tomó mi bolsa.
— Vamos, que no quiero que por ir apresurada te vayas a caer.
— No, la verdad es que estoy acostumbrada a usar tacones aunque no son lo mas cómodo del mundo.
Seguimos el camino hasta la universidad y a la entrada pude ver a mis compañeras de clase, todas impecables, incluida Vico.
— Hola — saludé a cada una y entre al edificio para acomodar mis cosas en el locker.
— ¿Nos vemos al rato? — preguntó Julián y yo asentí con la cabeza antes de volver al patio con las chicas.
— No creí que te pudieras ver mejor, pero la verdad es que superaste mis expectativas — dijo Victoria a mi oído.
— Pues gracias — le respondí con indiferencia, pero el escalofrío en mi cuello seguía ahí.
— Amiga, pero que guapa — dijo Sam al verme a lo lejos causando que las miradas de quienes nos rodeaban se posaran en mi.
— ¡Shh!
— Para nadie es un secreto que eres preciosa y arreglada te luce más… definitivamente Julián tuvo mucha suerte, aunque él también es realmente lindo.
— Espera — dijo otra de mis compañeras acercándose — ¿entonces es cierto que Julián y tú son pareja?
— Ehh — estaba por responder cuando hizo un gesto de molestia.
— ¿Es por ti que me dejó? Pero que pésimos gustos tiene, una mexicana — se dio la vuelta y Sam y yo no teníamos idea de lo que estaba pasando pues jamás nos había contado él sobre una ex novia en el instituto.
— Si, seguramente te dejó por qué esta mexicana es más bonita que tú, más simpática y evidentemente más educada — respondió Victoria sería colocándose frente a nosotras.
— Tú debes ser la machorra del grupo, la que se siente el hombrecito y tiene que defender a sus amiguitas las tontas.
— Y si lo soy ¿a ti qué? Por lo menos ellas saben que no están solas… como tú.
Nos dimos las vuelta e ingresamos al auditorio que estaba justo a lado de la puerta de entrada.
— Debo irme — dijo Sam y se retiro de la clase.
Tomamos la clase en silencio, pese a las miradas incómodas del resto de mis compañeras.
— Vamos, te dejaré con Julián.
— Yo puedo ir sola.
— Claro que no, esta chica no te dejará en paz tan fácilmente.
Caminamos por los pasillos hasta que lo encontré entre su grupo de amigos.
— Guapa — dijo mientras se acercaba y tomaba la bolsa que colgaba de mi hombro.
— Pasó algo… ¿Por qué no mencionaste que tenías una ex novia loca aquí?
— Estuvimos juntos hace tiempo y…
— Ella mencionó que la dejaste por alguien y piensa que ese alguien es Maya — respondió Victoria.
— Cuando nos encontramos aquí ella pensó que podríamos volver, yo le dije que estaba interesado en alguien más y cuando empezamos a salir se lo dejé claro, que solo podía ser su amigo, pero ella es necia.
— Pues más vale que hables con ella y le dejes muy claro que no debe meterse con Maya o se las verá conmigo.
— ¿Y contigo por qué?
— Porque es amiga de mi novia y también amiga mía y no voy a dejar que la molesten por culpa tuya.
— Yo puedo defender perfectamente a mi novia, gracias — tomó mi muñeca y me sacó casi corriendo de ahí.
— Espera ¿Qué fue eso Julián?
— ¿No te das cuenta? — dijo enfadado.
— ¿De qué hablas? Creí que era una conversación pacífica.
— Es que a ella le gustas, no tiene por qué defenderte de esa forma cuando estoy yo para hacerlo.
— Claro que no, es novia de Samara y ella es mi amiga. Tenemos muchas clases juntas y es normal que…
— Te parece normal que una machorra te defienda, ¿no será que a ti también te gusta?
Mi rostro paso de confusión a enojo y salí de ahí casi corriendo, pero ¿cómo se le podía ocurrir eso?
Decidí tomarme la tarde libre, tomé un bus y llegué a la plaza, me tomé un café y luego volví a mi edificio. Comenzaba a chispear y entré antes de que mis zapatos se estropearan.
¿Qué hizo esta vez el tarado de tu novio?
¿Y tú como sabes que hizo algo?
Por qué lo vi platicando y riendo con su ex novia y sus amigas, supuse que habían enojado y que él sabía que yo lo vería y te lo diría.
Creo que ya no salgo con él, no tengo por qué soportarlo.
Sal conmigo
No sabía que debía responder, me quedé mirando el mensaje durante algunos minutos, pensando de que manera podría reaccionar ante algo que me causaba emoción y a la vez miedo.
Como amigas, claro. Eso le va a dar mucha rabia.
Claro, como amigas.
Me coloqué la pijama y me tumbe el resto de la tarde a ver películas y series, dejé el celular de lado y me dediqué a mi.
La semana estaba por terminar y era un día completamente normal, me bañe, me vestí y tomé mi mochila.
— Perdón — Julián se encontraba frente a la puerta del edificio con un ramo de rosas rojas en las manos.
— ¿Por qué? ¿Por las cosas absurdas que dijiste ayer? ¿O por haber pasado la tarde con tu ex novia y sus amigas?
— Estaba arreglando las cosas, ya no te va a molestar, lo prometo.
Comencé a caminar dejándolo atrás, me siguió hasta que al llegar a la escuela logró alcanzarme.
— Maya espera ¿por qué haces esto?
— ¿Hacer qué?
— Me estás humillando frente a todos, yo voy como idiota tras de ti y tú te la das de diva ignorandome.
— Para nada, eres libre de ir a donde te plazca, me sigues por que quieres.
Simplemente se dio la vuelta y camino en dirección contraria a la mía.
— Lo bateaste — dijo entre risas Victoria mientras se acerca a a mi.
— ¿Sigue en pie la propuesta de salir? Como amigas, obvio.
Sonrió de lado y asintió con la cabeza.
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Amor sin remitente
Teen Fiction- Encontrarte en mi camino ha sido un gran alivio para mi corazón roto, por favor perdóname si no pude ser lo suficientemente sincera contigo... Su mirada lo decía todo, estaba decepcionada y a la vez rogaba al cielo por que aquella última confesión...