— ¿Cómo te sientes? — preguntó Dulce apenas entreabrí los ojos, podía sentir las gotas de sudor recorrer mi frente — toda la noche haz tenido fiebre y ya no se que hacer — colocó un trapo húmedo sobre mi frente.
— Me siento mejor —dije intentando levantarme, pero mi cabeza daba vueltas y me tumbe de nuevo junto a ella.
— No lo estas, te llevaré a la enfermería tan pronto salga el sol.
— Solo necesito una pastilla.
Llegó la mañana y mi compañera llamó a la oficina escolar para pedir la visita de un médico, el cual apareció en nuestra puerta en tan solo unos minutos. Tras una revisión rápida me dijo que tenía fiebre por la empapada de la noche anterior, que guardara reposo y que me daría un resfriado leve.
El resto de la mañana me quedé recostada, me di un baño, y pedí comida a domicilio, por la tarde vino Sam a comer conmigo antes de irse a casa y acordamos hablar mas tarde para saber como seguía. Recibí una llamada de dos minutos de mi madre, diciéndome que debería salir un poco, cuando supo de la fiebre en la madrugada solo me dijo que un paracetamol sería suficiente y me deseo un feliz primer fin de semana en la universidad.
Logré dormir un par de horas y un mensaje de un número desconocido me despertó.
¿Ya te sientes mejor?
Escuché que pasaste una mala noche.
Dudosa entre responder o no al mensaje le pregunté a Sam si acaso tenía el número de Julián, pues yo no recordaba habérselo pedido. Para mi suerte no era él.
Si, un poco, la verdad es que no recuerdo mucho. ¿Quién eres?
Esperé un par de minutos a que llegara la respuesta pero pasó más de media hora hasta que por fin recibí un nuevo mensaje.
Me dijeron que anoche soñaste conmigo.
¿Qué? ¿De qué hablas? ¿Quién eres?
En ese momento volvió a la habitación Dulce, me echo un vistazo rápido y dejó algunas bolsas sobre su cama.
— Veo que ya estas mejor ¿vino tu amiga a comer contigo?
— Si, estuvo un rato aquí antes de irse a su casa y parece que arruine los planes que teníamos para el fin de semana.
— ¿No haz hablado con nadie más?
— No ¿por qué la pregunta? — dije con simpleza.
— Pensé que quizá el chico que te gusta vendría a verte — se alzó de hombros.
— Pues ya ves que no, además él no me gusta, yo le gusto a él y si no viene a verme pues sus razones tendrá.
Luego de tomar un vaso de leche caí dormida de nuevo hasta el día siguiente, sábado. Me levanté de la cama y tomé un baño tibio antes de arreglarme un poco y abrigarme para salir a buscar a mi amiga.
— ¿Vas a salir? — me preguntó Dulce.
— Si, voy a ver a Sam y vuelvo para la comida.
— ¿No te gustará Sam o si?
— No, para nada. Es solo una amiga.
— Quizá con el tiempo empiece a gustarte o alguna otra.
— No va a pasar, las chicas son amigas, no comida. Nos vemos — me despedí y salí de la habitación.
Camine algunas calles con los audífonos puestos, me dirigía a la plaza cuando la vi bajar de un auto y corrí tras ella.
— ¡Sam! — se giró y me miró sonriente.
— ¿Pero qué haces aquí? ¿Ya te sientes mejor?
— Si, eso creo.
Entramos a la plaza y caminamos un poco hasta entrar en una tienda de ropa de temporada, nos probamos algunas prendas y salimos de ahí para inmediatamente entrar en otra muy similar. Y así el resto de la tarde hasta que fue hora de comer.
Estaba por probar un bocado cuando la vi venir hacia nosotras.
— ¡Victoria! — gritó mi acompañante y mis ojos casi se salen de sus órbitas. ¿Se conocen?
— Sam ¿Qué haces aquí? — parecía ignorar por completo mi existencia.
— Hay que disfrutar el fin de semana ¿o no? — ¿acaso estaban coqueteando? ¿Frente a mi?
— Claro ¿Qué tal si más tarde vamos a bailar un poco? Acabo de encontrar un lugar buenísimo con música latina.
Me levanté de la mesa, era claro que ahí sobraba y estaba a punto de salir huyendo al baño, cuando a Samara se le ocurrió que era una buena idea presentarme.
— Ella es Maya, mi compañera de clase — di media vuelta y con la sonrisa mejor fingida que pude, la saludé.
— Hola.
— Ya nos conocemos — mi rostro palideció al instante y el de mi amiga se tornó en confusión.
— ¿En serio?
— Si, es la ex de mi rommie — ambas pusieron rostro de asombro.
— Aaah — dijo Sam, fingiendo sorpresa y se sonrojó.
— Bueno, debo irme — se despidió de ella con incomodidad — bye.
Volví a mi sitio sin saber que rayos estaba pasando y por que habían reaccionado de esa forma las dos, pero decidí no preguntar más. Al cabo de un rato ambas nos retiramos del lugar y yo me dirigía de camino a mi edificio.
— ¿No te dijo nada tu amiga? — preguntó alguien a mi lado.
— ¿Nada de qué?
— Sobre lo que pasó
— ¿Estas ligando con ella?
— No, bueno al principio me acerqué a ella por otro motivo pero parece que si, ella cree que en algún momento vamos a salir — me respondió con aparente confusión en el rostro.
— Bien, pues sal con ella, es muy divertida y muy guapa.
— ¿Te parece guapa?
— Lo dicen los chicos de la clase, no sabía que le gustaban las chicas.
— ¿Pero ella no te gusta?
— No es mi tipo — dije girando para quedar de frente a ella, era la primera vez que la miraba nerviosa — suponiendo que lo tuviera — sonreí inocentemente y seguí mi camino.>>>>>Por aquí les dejo el link para el video de presentación de la historia<<<<<
https://youtu.be/UDsE7x6DDDA

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Amor sin remitente
Fiksi Remaja- Encontrarte en mi camino ha sido un gran alivio para mi corazón roto, por favor perdóname si no pude ser lo suficientemente sincera contigo... Su mirada lo decía todo, estaba decepcionada y a la vez rogaba al cielo por que aquella última confesión...