Amor sin remitente

*Una Noche De Copas... Y Errores*

Desperté en mi cama a la mañana siguiente, afortunadamente era fin de semana pues el dolor de cabeza me estaba matando y no lograba recordar como es que había llegado a este punto.
Entreabri los ojos, la luz de mediodía se colaba por la cortina casi transparente de mi ventana y la cortina qué dividida mi lado del cuarto con el de Dulce estaba completamente corrido. Logré ver su cama perfectamente tendida y un orden poco usual en el buro junto a su cama ¿dónde estaban sus cosas? me pregunté a mi misma y deje caer de nuevo la cabeza sobre mi almohada.

De pronto un recuerdo de apenas unos segundos vino a mi mente...

Las farolas de la calle alumbraban el camino, ambas nos tambaleabamos y nos reíamos una de la otra. De pronto nos detuvimos, tomo mi mano y me besó... Casi como en mi sueño, pero una voz conocida gritaba mi nombre Maya, ¿qué esta pasando? Al mirar su rostro entristecido y las lágrimas saliendo de sus ojos no pude hacer más que huir. Corrí tanto como pude, hasta que la respiración me lo exigió y tuve que parar.

— ¿Todo bien? — dijo una voz adormilada a mi lado, giré la cabeza con susto y estaba ahí, era Dulce.

— No — toqué mi cabeza — me duele todo la verdad.

— No es para menos, llegaste cayendote de borracha, llorando y diciendo que no era tu intencion, que tú no querías o algo así, te subí y ya no me dejaste mover, así que dormí en tu cama, espero que no te moleste — dijo mientras caminaba de rodillas sobre mi colchón hacia la orilla.

Luego de un rato me metí bajo la ducha, me puse un pants y una sudadera y me recosté luego de tomarme una aspirina a ver si lograba recordar algo más de aquella noche, cuando recibí un mensaje en mi celular.

Jamás me vuelvas a buscar

Era un mensaje desde el número de Samara, pero necesitaba saber más.

¿Qué paso?
No recuerdo nada

No recuerdas nada ¿o no te conviene?

Me senté a pensar en los segundos que había recordado hace un rato y en lo que me había dicho Dulce.

¿Podemos vernos para hablar?

Algunos segundos después recibí como respuesta la ubicación de la cafetería que estaba frente a la uni, tome mi mochila y salí de prisa. Estaba sentada al fondo, con cara de completo disgusto y en sus ojos podía ver que realmente no me quería ahí.
Me senté frente a ella con total seriedad y durante algunos segundos ninguna dijo nada.

— Desperté esta mañana y mi roomie dice que llegué demasiado ebria en la madrugada, tanto así que tuvo que dormir conmigo — dije.

— Ah entonces no te confirmaste con querer huir con mi novia y besarla frente a mi, también te tiraste a su ex novia — dijo con sorpresa — que fichita

— Claro que no, solo me estuvo cuidando, ella no sabe nada — agache la mirada, pues a pesar de no recordar nada, claro que me daba vergüenza mi comportamiento de la noche anterior... Yo ni siquiera bebía.

— Simplemente no quiero saber de ti, si te soy sincera siempre sospeche que ustedes se traían algo, incluso mucho antes de siquiera pensar en salir con ella — dijo con algo de tristeza en su voz — lo supe por la manera en que se miran o al menos en la forma que lo hace ella.

— Lo siento, te juro que no era mi intención que sucediera lo de anoche.

— Ahora ella es libre, quizá deberían aprovechar la oportunidad — respondió antes de ponerse de pie y dirigirse a la salida.

Volví caminando a mi habitación, me tumbe en la cama y repase una y otra vez en mi mente sus palabras. Perdí a una amiga, podía perder a dos si Dulce lo supiera y todo por la curiosidad que me invadia cada vez que ella estaba junto a mi.