Sólo Mírame © [Alone #1]✔️

#14 || Elle a disparu

Capítulo 14.

"Elle a disparu"

Grace — Bebe Rexha.

—¡Necesito hablar contigo! —exclamó, entrando sin permiso.

   Su voz salió entrecortada, rogante. Sus ojos estaban rojos y pequeños al igual que sus mejillas, rojizas. Su cabello desordenado como su ropa y unas notables ojeras adornaban su rostro. Me puse de pie lo más rápido posible, así evitaba que viera todos los papeles sobre la mesa. Mi cara quería expresar una leve sorpresa al verlo allí, pero mantuve la postura para que no se diera cuenta que ocultaba algo. Ya me conocía bastante bien.

—No aquí, salgamos —le hablé calmada. Tomé, con calma, su mano y lo dirigí hacia afuera, no sin antes, decirle a Alex con la mirada que guardase los papeles.

   Salimos de casa del chico. Tragué saliva disimuladamente. ¿Y sí sabe que le robé los papeles? Al salir a la parte delantera de la casa, lo detuve.

—¿Qué necesitas, Gabe? —Me crucé de brazos y arrugué el entrecejo.

   A él le costó hablar al principio, pero logró hacerlo luego de unos segundos observando mi rostro.

—Lo siento, lo siento tanto... —se disculpó. Sus labios temblaban, sus ojos suplicaban perdón al verlos directamente.

   Tomó una de mis manos, la acarició con suavidad y dulzura, mientras me miraba con... arrepentimiento.

¿Por qué la disculpa repentina, Gabe?

—No debí reaccionar así cuando me enteré, no debí dejarte, no debió importarme lo que los demás pensaban o lo que pasaba.

   Mi mirada se relajó.

Al menos no sabe que le robé los papeles. Sonreí internamente.

—Ya no importa, Gabe. Ahora entiendo tu reacción y, la verdad, ya no importa —le respondí con serenidad y sinceridad.

Aunque ya no estuviera conmigo, no podía verlo tan... destrozado. Aún lo quería, lo admito.

—¡No! —me espanté un poco por su repentino aumento de voz. Me eché un poco hacia atrás—. ¡Debí luchar por tí! No debí perderte. —Ladeé la cabeza y levanté mi vista para así perder contacto visual con él.

—Gabe, yo...

—Me di cuenta tarde, Jade. Eres el maldito infierno en el que quiero quedarme toda la vida.

   Volví a mirarle a los ojos. Su mirada ya no era la misma, al menos no la misma desde que estamos separados. Estaba destrozado, se le notaba desde muy lejos. En verdad se arrepentía. Me sentí culpable por una milésima de segundo. Pero yo no fui quien le dejó, él lo hizo.

Pero sus razones no fueron claras.

—Yo... —fui interrumpida nuevamente.

—Al fin sé lo que quiero y no lo que creía querer. —Se acercó a mí. Lágrimas amenazaban con salir de mis ojos—; te quiero a tí.

   Pasé saliva y elevé la cabeza, evitando su mirada. Sentía que en cualquier momento me derrumbaría, estallaría en llanto frente a él. No quería hacerlo. Pero sus palabras tocaron hasta el fondo de mi corazón. Como si ellas arreglaran todo el daño hecho, como si llenaran el vacío que había en él, ese vacío existencial. Volví a mirarle. Sonreí débilmente mirándole a los ojos, esos ojos que un momento me hipnotizaban de una manera que jamás creí que pasaría.