||Flashback 4||

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Flashback / Analepsis.

Diciembre ocho (08/12)

Día cero.

Narrador omnisciente.




   La chica conducía a máxima velocidad por la carretera que salía del pueblo. Ya llevaba dos horas conduciendo, por lo tanto, le quedaba muy poco para llegar a su destino. Observaba la pequeña nota que Mike Jones le dió días atrás, días que han sido un completo desastre para ella. Hoy decidió ir a buscar su lugar, encontrar las respuestas, encontrar a su hermano.

—Sólo tienes que encontrarlo, no es tan difícil.

   Dobló a la esquina antes de llegar a su destino, pero su destino estaba completamente lleno de patrullas policíacas, personas fuera de sus casas y ambulancias. Aparcó el coche en un lugar fijo y bajó corriendo de él con la nota en la mano, observando el número de casa. Cuando confirmó que la casa a la que venía estaba repleta de policías y ambulancias, ella maldijo en voz alta.

—¡Mierda!

   Entre varios cuchicheos de los vecinos y las sirenas de policía, una anciana le habló a Samara al notarla nerviosa.

—¿Te sucede algo, niña? —preguntó amable.

   Sin negarse a responderle porque tal vez podía ayudarla, Samara soltó palabra.

—Venía en busca de algo y ahora puede que ese algo esté muerto. ¡Genial!

   La castaña se llevó una mano al cabello, despeinándolo.

—Aquí vivían los Cox. ¿Eras familiar o amiga? —preguntó, su mano fue directa a la de Samara, arrastrándola por la acera y llegando frente a la casa vecina.

   La chica discutió unos segundos con su mente, en si contarle o no contarle. Llegó a la conclusión de que no tenía nada que perder, al menos ya no.

—Mi hermano, Black Hamilton —ella cerró los ojos al pronunciar su nombre, la anciana abrió los ojos como naranjas al escuchar eso—. ¿Usted sabe qué...?

   Samara no logró terminar su oración, ya que la anciana tiró de su mano para adentrarla a la que parecía ser su casa.

La vecina de Black. Pensó Samara.

—Tú eres la chica Hamilton —susurró la señora.

—¿Hay algún...? —la voz de la castaña fue cortada, nuevamente, por la anciana.

—Soy Estefany Hampton y espero poder ayudarte a encontrar a tu hermano.

   Entrando a la hermosa casa perfectamente decorada, una voz femenina susurrando se adentró en los oídos de Samara. Ella estaba nerviosa, no entendía bien la situación, pero si Estefany podía ayudarla, ella no se negaría.

—Lucianne.

   Al llegar a la sala principal en casa de la señora, los susurros cesaron. En la visión de Samara, dos personas más se filtraron. Aquellas dos personas estaban sentadas junto a la mesa de la sala de Estefany, discutiendo. Nada más llegar Samara allí, ellos se le quedaron viendo como mono a fuego. Estefany habló, cortando el hilo de miradas y el silencio del lugar.

—Es la chica Hamilton, Black.

   Esas cuatro palabras, sólo cuatro, lograron poner al chico pelinegro de ojos azules, de pie. Sus facciones no eran para nada iguales a las de Samara, pero en ese momento ambos sentían lo mismo.

Sorpresa.

   Black caminó un par de pasos hacia Samara, pero no se acercaron mucho más. Sus ojos estaban posados en ellos mismos, ignorando lo demás que los rodeaban. Al fin, Samara sentía que había encontrado lo que le faltaba, lo que podía explicar el porqué ella era como era, el porqué se siente tan sola aunque esté rodeada de personas y el porqué de su existencia. Todo eso y mucho más, estaba frente a ella; en Black Hamilton.

—Sé que no habrá abrazo porque ambos son un manojo de espinas, pero deben apurarse —habló Estefany a un lado de ambos.

   La señora siguió hablando con Lucianne, pero Black y Samara seguían metidos en su mundo de miradas.

—Necesitamos irnos ahora —exigió Lucianne a Estefany.

   A Samara le vibró el móvil, eso provocó que rompiera el lazo con Black y observara su teléfono. Un mensaje atemorizante para ella afloraba en él, provocando que la castaña entrara en pánico y quiera salir de allí inmediatamente.

"S.O.S"

—Tengo que irme —exclamó la chica, dándole una última mirada a Black, Lucianne y Estefany en el lugar.

   Con mucha prisa, salió corriendo de la casa de Estefany Hampton, la vecina de Black. No encontró las respuestas que quería, no obtuvo el porqué estaban todos esos policías y ambulancias allí, pero al menos encontró a su hermano.

Samara anhelaba poder quedarse más tiempo, conocer a su hermano, preguntarle cosas.

Pero lo que a Samara no le sobraba, era tiempo.




(...)




Imágenes distorsionadas se hacen presente aquí por falta de piezas.

—¡¿Por qué hiciste eso?! ¡Yo no quiero ir a la cárcel! —exclamó Samara enojada.

   Es como un rompecabezas al que le falta una pieza, una que no está en la caja, pero de igual manera la buscarás por todos lados.

—¡Todo esto es una mierda! Al fin encontré mi lugar en el mundo, no caeré culpa de ustedes.

   En ese rompecabezas, la pieza faltante es la clave. Es el corazón del juego. Si no la encuentras, nunca lo terminarás de jugar.

—Yo me voy de aquí. Vivan sus vidas de mierda. —La chica intentó salir por la puerta, pero un gran impacto se sintió detrás de su cabeza.

La pregunta aquí es... ¿quieres terminar de jugar?

La chica se llevó una de sus manos donde fue golpeada. Acercó esta a su campo de visión y vió sangre en ella, y mucha más brotaba de su cabeza. La sentía caer al suelo. Samara se tambaleó hacia varios lugares, hasta que logró girar y ver a su atacante, provocando que su corazón se rompiera en mil pedazos. Mil pedazos que aún lo querían.

Ella no se esperaba esto, menos viniendo de esa persona. Pero su final fue así.

Samara, al lograr ver a su agresor, cayó al suelo. Su vida y su alma dejaban su cuerpo, alejándola de conocer a su hermano, vivir la vida como se debe y encontrar el porqué del porqué. Yacía muerta en el suelo de una casa muy conocida para ella.

   Si quieres terminar el juego, tienes que encontrar la última pieza del rompecabezas. Para eso hay pistas.

El cuerpo muerto de Samara, fue llevado hasta el techo de la universidad por su agresor. Este y los demás presentes, no querían ser encarcelados por homicidio culposo.

Y allí fue donde pasó.

Samara, su cuerpo sin vida ni alma, fue arrojada desde el techo de la universidad, aparentando ser un suicidio.

El culpable no fue encontrado, al menos no aún.

¿Encontrarás la pieza que falta para terminar el juego? 








Sólo Mírame © [Alone #1]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora