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Mientras escribía éste cap escuchaba "Renegade" de Aaryan Shah, la versión "Slowed + Reverb", se los súper recomiendo escucharla mientras leen ✨

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Hacía mucho calor de repente. Nuestros cuerpos estaban cubiertos por una capa de sudor. Mis manos se entretenían en recorrer su espalda ansiosamente, casi arañándola. Las suyas no soltaban mi trasero, agarrándolo entre sus manos. Nuestros labios se devoraban mutuamente, nuestras lenguas no paraban de juguetear. Mis manos dejaron olvidada su espalda y acabaron acariciando sus hombros, descendiendo hasta su pecho.

- Le tenías ganas eh. - se burló, separándose de mis labios, besándome el cuello y la mejilla. Me reí, recorriendo su duro abdomen con mis dedos. Me mordió el cuello y con un movimiento brusco, se restregó por completo contra mí. Gemí. Él soltó un gemido ronco cuando agarré algo más duro que los músculos de su torso. - Si me tocas ahí... me vas a hacer reventar.

- No es mala idea.

- Si reviento se acaba el juego, muñeco. - mis manos volvieron a su cuello, nuestras frentes juntas, nuestros labios rojizos debido a tantos besos.

- Revienta en mí. - su boca entreabierta, tomando aire a bocanadas torció el gesto en una mueca maliciosa.

- Ven aquí. - sus manos acabaron en mi cintura, tirando de mí hacía arriba. Apoyé los antebrazos sobre los asientos, levantando un poco la espalda y mi trasero quedo sobre sus piernas flexionadas. - Muñeco...

El calor era intenso, los latidos de mi corazón también.

- Házmelo. - me abandonaba por completo a él. Por completo a un desconocido. Eso sonaba demasiado fuerte para mí, algo imposible, algo que nunca haría, pero él... no era un completo desconocido, era algo más...

Sino sabía que tenía para provocarme tanto placer, lo que me hacía desear pasar esa noche con él, al menos disfrutaría a su lado.

- ¡Aaaahhh! - cuando me penetró de golpe, grité. No resultaba agradable sentir que algo tan grueso y duro se introducía en tu cuerpo con tanta brutalidad. Dolía. Se me saltaron las lágrimas de puro dolor. Él me apretaba contra su cuerpo, yo arqueé la espalda hasta que mi cabeza dio contra el asiento. Se movía, el dolor aumentaba. Apreté los dientes, tragándome los gritos, esperando que terminara cuanto antes y de repente, paró.

𝕄𝕌ℕ̃𝔼ℂ𝕆 || 𝐍𝐨𝐌𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora