Oía los gritos y las pisadas de las personas correteando hacía la puerta de entrada del edificio para salir y volver a casa. Lo oía todo, a mí lado, como si aquello sucediera en el mismo lugar en el que me encontraba y, en cierto modo era así. Sólo nos separaban de los demás una fina puerta. Una fina, pobre y mugrienta puerta de madera sin contar las cuatro finas paredes que nos rodeaban.
Rogaba por dentro por que a nadie le diera por entrar a mear a última hora y me encontrara así, inclinado hacía delante, con los pantalones y los boxer bajados hasta casi las rodillas y la camiseta empapada subida hasta las axilas. Mis manos apoyadas sobre el espejo de cristal, empañado por el vaho que emanaba de mi boca con cada gemido que intentaba acallar sin mucha suerte. Las extremidades me temblaban y sentía mi pene a punto de estallar, sacudiéndose levemente por cada movimiento que hacía, de atrás hacía delante, hinchado, duro y tieso. La punta humedecida.
No aguantaría mucho más, la erección me mataba de placer y gusto.
Jeno... Jeno me agarraba firmemente de la cintura con una mano, con la otra me estrujaba la nalga derecha hasta casi hacerme sentir como sus cortas uñas quedaban plasmadas en ella. Podía ver su expresión a través del espejo, ruborizado, con los ojos cerrados y los labios entreabiertos mientras me penetraba, al principio despacio, con cuidado, luego, con tanta rudeza y fuerza que en más de una ocasión, me había estampado contra el cristal... y esa brusquedad era el colmo de la excitación.
No entendía que era lo que le ponía tan bobo de mí hasta hacerle perder los papeles de esa forma, pero tenía una cosa clara... me encantaba.
- Je-Jeno... - mis manos se escurrían por el cristal, dejando un rastro sobre la parte empañada. Jeno estrujó con más fuerza mi trasero. Sentí sus escasas uñas clavarse en él y un pinchazo en la ingle me dejó ver que no aguantaría mucho más. Casi se me salían las lágrimas de puro gusto. - Jeno... no puedo... - murmuré y yo mismo me sorprendí de la ronquera de mi propia voz. - ¡Ya, córrete ya! - y de nuevo, me estampó contra el cristal, acorralándome entre la frialdad del espejo y su sudoroso cuerpo pegado a mi espalda. La embestida fue brutal y grité su nombre con todo lo que me dieron los pulmones. Me había atravesado, me había reventado por dentro... no aguantaba más cuando sentí su mano apoderarse de mi miembro, estrujarlo y presionar con fuerza la punta. Me desesperé de inmediato. - ¡Jeno! - le medio grité/gemí, esta vez de pura angustia al sentir como era incapaz de correrme, como estaba apunto de explotar y su mano no me lo permitía.
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𝕄𝕌ℕ̃𝔼ℂ𝕆 || 𝐍𝐨𝐌𝐢𝐧
FanfictionADVERTENCIA: »Sexo explícito »Estupefacientes »Autoflagelaciones »Toxicidad »Perversión »Lenguaje explícito »Insesto ••• 🔹Esta es una historia sobre dos integrantes de NCT. Denle una oportunidad, gracias. 🔹Mención de otros integrantes de NCT y...