6. Encerrados I

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Julia. 

Él sonríe, me toma de la mano y me lleva dentro de la cabina, yo entro primero y luego él,  lo veo sentarse en una silla que tiene un micrófono, un tipo de audífonos para escucharse, yo miro alrededor, el lugar es aprueba de sonido, escucho como Paulo tararea una canción lo único que hago es mirarlo y sonreír. 

- ¿Canto bien?- me pilla mirándolo con una sonrisa.

- No llenaré tu orgullo.- aparto la mirada.

- ¿Eso es un sí?- se levanta de la silla.

- Bueno ya suficiente, vamos.- me dirijo a la puerta y trato de abrir pero abre.- ¿Paulo?

- ¿Qué pasa, primor?- va a mi lado.

Respiro para tranquilizarme.- No sueles cumplir tus promesas ¿O si?

- ¿De qué hablas? 

- ¿Cerraste la puerta?- me giro para verlo.

- Si.- responde y le lanzo una mirada asesina.- ¿No..?

- ¡Cerraste la puerta y ahora no se abre!- lo miro.

- Calma, podemos pedir ayuda.

Yo río sarcásticamente.- Dime cómo señor inteligente.

- Gritaremos.- se acerca al cristal.

Le doy un ligero golpe en la nuca.- Este lugar es aprueba de sonido.

Se queja y se gira mirándome.- ¡Ya sé! Podemos llamar a alguien.

Alzo una ceja.- ¿Con qué señal?- me cruzo de brazos.

- Con..- saca su celular y se le borra la sonrisa del rostro- No hay señal...

Suspiro.- Felicidades, vamos a morir aquí.- me deslizo hasta quedar sentada en el suelo.- Esto es tu culpa.- lo miro.

Él imita mi acción sentándose en la otra esquina.- Perdón, no sabía que no había que cerrar la puerta.

- Ya tranquilo, ahora lo sabes, si la puerta se cierra solo la pueden abrir de afuera, aprueba de sonido a menos de que presionen el botón de afuera y sin señal porque a papá no le gusta que interrumpan y eso.

- La próxima vez prometo no cerrar la puerta.- ríe.

- ¿Así que pretendes traerme aquí de nuevo?- alzo una ceja.

- ¿ Aceptarías?

- Tal vez.- alzo los hombros.

- Supongo que hasta que alguien se de cuenta que estamos aquí, deberíamos intentar llevarnos bien, contar cosas vergonzosas y tristes ¿No crees?- se acerca hasta sentarse al lado de mi.

- Bueno, me parece bien, tampoco vamos a estar en silencio.

- Bien.- me mira y sonríe.

Lo miro.- Bien.- sonrío.

Por alguna razón no me molesta que vaya a estar encerrada en esta cabina con Paulo, tal vez pueda averiguar si de verdad siento algo por él como dijo Carla o es solo una sensación cualquiera.

- Cuéntame tu historia niño bonito- tomo un poco del café que era para mi padre pero que es obvio que no le podré dar.

- A ver, todo comienza con la famosa gimnasta Dayana García, a sus 17 años en una competencia en Francia, conoció a un guapo veinteañero, fueron novios unos meses, la dejó embarazada y después la dejó, ella quiso abortar, sus padres no la dejaron, nací yo, mi madre solía decir que arruine su carrera ya que perdió la competencia de su vida por el embarazo y tuvo que retirarse, mis abuelos me criaron hasta los 10 años, mi abuelo me enseño el mundo de la música, fue cuando supe que quería dedicarme a eso, ser famoso ha sido mi sueño.

Del Odio Al Amor [ESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora