9. ¡Sé ve tan.. Sexy!

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Julia.

Llegué a la casa de Paulo, me dirijo a la puerta, tengo en el bolsillo de mi chaqueta el USB con la canción que grabaron en la disquera, su primera canción oficial con LeRoy Records, la traigo para que le de una revisión. Abre la puerta una cara conocida, Dayana, ya ni así quiera puedo verla de la misma forma después de todo lo que me contó Paulo.

- Buenas tardes. - saludo amablemente.

- Hola Julia - sonríe, lleva una bolso grande, como una maleta, pero lo lleva en su hombro. - Paulo está en su cuarto si quieres ir a verlo, por cierto, me tengo que ir, se me hace tarde, ¿Le podrías decir que su comida queda en el refrigerador? Fiorella tuvo que irse temprano, adiós - pasa por mi lado y se va a un auto que estaba estacionado justo fuera de la casa.

¿Cuál Fiorella? Bueno, en realidad no pensaba en subir, solo le iba a dar en USB a su madre e irme, creo que ahora tengo que subir yo. Entro y cierro la puerta, es la primera vez que vengo así que no tengo ni idea donde será su cuarto, veo trofeos, reconocimientos, medallas y fotos en una gran vitrina, todos son de Dayana y de su aventura como gimnasta, subo las escaleras y encuentro con unas cuantas fotos Dayana y un niño pequeño que supongo por sus características que es Paulo, tiene una gran sonrisa en sus labios, sonrío pero rápidamente dejo de verlo y sigo buscando su habitación.

- Por fin. - digo para mi misma cuando creo haber encontrado la habitación de Paulo.

Abro la puerta y entro, no hay nadie pero veo algunos portaretratos con su cara, así que ahora estoy más segura que es su cuarto, me detengo a ver una de las fotos, está él, una chica y un chico, parecen ser de su misma edad. La chica es muy bonita, su cabello es largo, teñido de un tono dorado, sus ojos caféses muy claros. El chico es también atractivo, su cabello es de un color café muy oscuro, es alto igual que Paulo, sus ojos casi negros. Tampoco quiero meterme en su vida, solo vine a entregarle en USB, nada más. Me siento en el filo de la cama y espero que aparezca.

Ok, Julia esto será así: le das el aparato, te agradece, te vas y listo, no te entretengas con nada.

No te entretengas.

Repito una y otra vez en mi mente hasta que mi vista se dirige a una de las puertas de la habitación, la del baño supongo al ver saliendo de ahí a Paulo con nada más una toalla cubriendo su parte inferior.

- Hola, tu mamá de dejó pasar.- digo y me inclino, veo su cuerpo.

Vaya... Que abdomen..

Pienso pero rápido sacudo la cabeza y me levanto, camino hacia él hasta quedar frente a frente. Él no dice nada es como si estuviera ¿En shock? ¿Imaginando? No tengo ni idea.

- ¿Paulo?- arrugo mis cejas.- ¡Paulo!- No responde así que chasqueo mis dedos en frente de su rostro.

Aclara su garganta y baja su mirada hacia mí, - Hola, - sonríe mientras se acerca más de lo que yo quisiera, puedo sentir parte de la toalla rozando con mi estómago.

Me alejo deteniéndolo, no vine para entretenimientos.- No te hagas ideas, mi padre me pidió que traiga esto para ti. - saco el USB y se lo doy.- tu canción.

La felicidad en su rostro es tan visible que es contagioso, pero no puedo seguir aquí.

- !Gracias!- me da un beso en el cabello. Siento en mi estómago algo raro y me hace sonreír.

Esa es la señal para irme de una vez por todas, camino hacia la puerta pero antes de que pueda tomar la manija él propone.

- ¿Quieres que la escuchemos juntos?- siento su mirada en mi espalda.

- En realidad no, tengo otras cosas que hacer.- respondo rápido.- Por cierto, Fiorella dejó tu comida en el refrigerador. - agrego.

Siendo sincera, no tengo nada que hacer, solo no quiero distraerme, además cuando lo miro recuerdo como ayer me besaba y.. NO.

Basta, basta Julia.

- Entiendo, y gracias- noto su tono de desepcion.

Abro la puerta y estoy a punto de salir pero luego vuelve a hablar con normalidad. - entonces, ¿Puedes salir conmigo? Una cita rápida o como lo quieras ver para que aceptes.

Me paralizo, no se que hacer, mi cabeza dice, no respondas, vete, no lo vuelvas a ver nunca más, pero en mi estómago siento esas cosquillas que me dicen que me quede, corra y lo bese con todas mis fuerzas, claramente sabemos cual es la lógica, seguir lo que dice mi cabeza.

- Yo.... - dudo en dar una respuesta, no sé qué me pasa, de repente me giro mirándolo a los ojos. - Si. - Sorpresa en sus ojos,- digo, una reunión normal, de dos personas, que tienen algo en común..

Él se acerca. - ¿Que vendría a ser eso en común?- sus ojos me miran fijamente, puedo ver el agua aún cayendo de su cabello, ¡Sé ve tan.. Sexy!

Aclaro mi garganta y aparto la mirada pero no me puedo ni mover,- la.. La disquera, somos dos compañeros o algo así.

El toma mi mentón y lentamente dirije mi rostro hacia el suyo quedando cerca de él, lo suficiente para ver mi reflejo en esos ojos grises tan hermosos.- ¿A qué hora quieres que pase por ti?- susurra.

- ¿No me dirás donde vamos, primero? - Alzo una ceja sin demostrar lo nerviosa que estoy.

- Es una sorpresa.

- Hhmm, no me gustan las sorpresas.- con mi dedo índice lo empujó del pecho alejandolo, él sonríe de lado, pongo mi mano sobre la manija de la puerta. - Mañana a las 9:30pm está bien. - salgo y cierro la puerta.

¿¡Qué acaba de pasar!? ¿Qué hiciste Julia? ¿Por qué simplemente no dije "no quiero"? ¿Por qué me siento tan débil cerca de él? Bueno ya qué, ahora tenemos una cita Julia.
¡Felicidades!

Bajo las escaleras lo más rápido posible, llamo un Uber y lo espero con ansias, ¿Qué hago? Nunca antes había tenido una cita, encima no se donde vamos, ¿Y si me lleva a una montaña y yo uso tacones?

¡ODIO LAS SORPRESAS!

Bueno lo de la montaña no podría ser una opción, ¿Quién llevaría a su cita a una montaña a las nueve de la noche? ¿Y si no me gusta donde vamos? No sé yo, pero no hay muchos lugares a donde me guste ir o que de verdad disfrute, no puedo fingir bien y no quiero que se sienta mal o algo, en realidad todo podría salir mal, en un principio tuve que haber rechazado la propuesta.

Y así fue, unos minutos después de peleas conmigo misma llegó el Uber y me fui. Llegué a mi casa y subí a mi cuarto a toda velocidad. ¿Qué me pongo? Sé que faltan como más de veinticuatro horas para la cita pero no quiero estar en apuros a la hora, necesito ayuda, a alguien que tenga un estilo único, que sepa como me siento, que ya haya pasado por algo así y creo saber quien es la persona correcta para este momento.
Estoy templando, tomo mi celular con dificultad y llamo a Carla, no contesta a la primera, ni a la segunda así que decido dejarle mensajes, no le llegan.

¿EN DÓNDE SE HA METIDO?

Estoy desesperada, justo ahora se le da por desaparecer de la faz de la tierra, ya no se que hacer, recorro todo mi cuarto esperando una respuesta por parte de Carla, la única amiga que tengo. Podría contratar a un estilista o algo por el estilo pero siento que es una situación algo personal y además no requiere mucha profesionalidad, es solo una cita, una cita con el tipo que logra moverme el piso.

Del Odio Al Amor [ESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora