-- Como puedes observar, el foyer de este teatro es muy espacioso, inclusive cuenta con ambigú para apaciguar las esperas --, especificaba orgulloso Gon Freecss, caminando con gracia y elegancia a través de esa habitación.
El foyer funciona como vestíbulo de la sala del teatro, destinado más que nada a la espera, por su parte, el ambigú se situaba justo a un lado, y ya que consta de un bar, contaba con una barra donde se ofrecen refrigerios o bebidas alcohólicas.
Tan sólo con este sitio, Killua estaba intrigado, la habitación tenía clase, no le incomodaba en absoluto pero tal vez sí al público. Zoldyck Circus tenía la humilde característica de recibir a toda clase social a sus espectáculos; una sala de este tipo era el lugar perfecto para humillaciones de nobles hacia plebeyos.
-- Emm, ¿en dónde se ubica la taquilla?
-- Obviamente en la entrada principal --, respondió Gon--. ¿Por qué?
-- Es que por donde entramos, no la vi.
A pesar de ya haberlo predicho, Gon no pudo evitar articular una mueca de burla; ¡el bufón frente a él de verdad creyó que en el foyer recibirían gente piojosa y sucia! Que la gente con hermosos vestidos de seda se mezclarían entre mugrosos de tercera clase. Solo pudo tranquilizar sus ganas de reír acariciando su sien con lentitud.
-- ¿En serio creyó que la nobleza pediría sus boletos junto a los de tu tipo? Qué disparates dice. Por donde usted y yo llegamos es algo así como la entrada de primera clase, y, la taquilla que da hacia la calle, es exclusiva para los mugrientos pueblerinos.
- Es ofensivo que llame de esa forma a la gente, señor Freecss -. Killua en verdad realizaba su mejor esfuerzo para no golpear el mentón del ajeno, pero su rostro lo delataba, su ceño fruncido y el tic en su ojo daban mucho que desear.
-- Tal vez es ofensivo, sin embargo, no miento, huelen peor que un puerco, y por si fuese poco, tan pronto como se anuncien sus presentaciones, la caseta que funge como taquilla estará a nada de colapsar.
-- Cualquiera mataría por ver el espectáculo de un circo --, defendió el albino.
-- ¿Matar solo para ver a un tipo caminar en una cuerda floja y a alguien hacer malabares? --, sarcástico, Freecss acomodó sus guantes, clavando su mirada en el Zoldyck--. Para ser un payaso, cuenta malos chistes.
Killua iba a replicar con más de mil argumentos, ¡él siempre ha sido parte del circo! Claramente, tenía una perspectiva distinta de lo que en verdad significaba un acto de esa índole. Para su suerte, el moreno reanudó el recorrido por el teatro, tuvo que quedarse con la palabra en la boca, no obstante, renegaría tan pronto tuviese oportunidad.
~°~
Ambos jóvenes caminaron a través de los deslumbrantes pasillos, adentrándose en los camerinos, vagando en la sala de ensayo, etcétera; revisando así, que todo estuviera en orden, descartando las nulas imperfecciones o daños que pudieran poner el contrato en juego y demás, tal como encomendaron sus respectivos padres.
Durante la inspección, Gon tuvo cierto momentos melancólicos, el silencio que rodeaba las instalaciones era similar al de su hogar, ¿acaso la ausencia de sonido le iba a acompañar a donde sea? Comenzaba a creer aquello, sino fuera porque la molesta voz del actor de circo resonaba de la nada, Killua no podían pasar ni diez minutos callado debido a que cuestionaba cada desperfecto en las paredes o en las tablas de madera.
El burgués trató de ser tolerante y explicar que tales imperfecciones eran por la antigüedad del teatro, ¡no porque ya fuera a colapsar la estructura!
-- ¡¿Cuántas veces debo explicárselo?! Hasta un perro entiende algo a la primera, payaso ignorante --, exclamó irritado Gon.
-- Discúlpeme, no volverá a pasar --. En realidad lo hacía a propósito con la mera intención de malgastar al contrario, su sonrisa de triunfo lo incriminaba.
Continuaron por las zonas menos importantes hasta llegar a la mejor parte del teatro.
El escenario.
La euforia de Killua en sus ojos era inigualable, no tardó ni medio segundo para aventurarse por la arena y las butacas destinadas al público, lucía tal cual niño pequeño en plena juguetería.
La arquitectura de la sala en sí era sencilla, tipo herradura, con dos niveles, el gallinero -la zona más alta de los asientos, cuenta con menor visibilidad pero es más económica- y los placas -la parte más baja, destinada a primera clase-.
Gon, estupefacto, solo rodó sus ojos hacia la derecha antes de revisar el mantenimiento de las butacas más cercanas al escenario, eran más primordiales que la de los pleyeblos. Sin embargo, Killua se aseguró de revisar que estas estuvieran en buen estado para su público.
-- ¡Ha, ha! ¡Increíble! ¡Jamás habíamos estado en un teatro con una arena tan inmensa! Apuesto que es igual de grande que esas lonas americanas --, pronunciaba Killua, bulloso.
-- Nunca he visto una, sin embargo, aceptaré el cumplido --, desinteresado, el moreno revisó la hora en su reloj de plata, si se apresuraba, llegaría media hora antes a la cena.
-- ¡Oh Dios mío! ¡No me llamó payaso! ¡Qué alguien consiga un médico, pronto! --, dramatizaba Killua, burlesco a más no poder, el joven Freecss se ofendió ante esa actitud tan infantil, e iba a replicarle, pero Killua no le dejó ni escupir.
Presumiendo su gran flexibilidad, el albino subía como si nada de la arena al foro, estirando sus manos, como si imitara un anfitrión, y enunciando melódicamente:
-- Zoldyck Circus alcanzará fama por toda Europa, y algún día será tanta su grandeza que hará una gira por toda América, atravesaremos Canadá, viajaremos por todo Estados Unidos y nos asentaremos en la mejor provincia, ¡para presentarnos cada noche ininterrumpidamente! ¡Consiguiendo llenar siempre los asientos de espectadores ansiosos por ver nuestro show! --, aseguraba Killua--. Sin olvidar que le demostraré que un payaso puede ser más rico que un noble como usted, Gon Freecss.
Aplaudiendo sin ganas, el recién nombrado aprecio esa innecesaria presentación y ¿advertencia?
-- Finalmente mis oídos pueden escuchar un buen chiste, ¿ustedes, más ricos que yo? ¡Ha, ha, ha! --, soltando un suspiró de alivio, prosiguió--. Mantenga los pies bien fijos en la tierra, los soñadores de tu clase tienden a tener caídas desastrosas después de chocar con la realidad.
-- Soy un trapecista, no le tengo miedo a las alturas, ni a caerme, ¿y usted? ¿Tiene temor a caerse de su burbuja de oro luego de que reviente? --. Killua irradiaba seguridad, sí o sí ganaría esta discusión contra Gon.
-- No debo porqué temer a algo que es imposible, payaso de circo --, renegó. Su paciencia muy pronto llegaría al límite.
-- Repito, soy un trapecista, ¡hasta un perro lo entiendería la primera!, burgués ignorante.
Fue tan satisfactorio regresarle su jugada a ese niñato, que el albino estaba a estallar de la risa, obligado a mantener la compostura, Killua tuvo que esperar una respuesta.
Gon, por su lado, se sentía humillado de cierta forma, ¡por supuesto que no se iba a quedar así esto! Su honor estaba en juego, ¡y su orgullo también!
-- Estúpido Killua --, pensó a regañadientes--. Recuerda con quien hablas, si yo quisiera, podría cancelar el contrato que une a nuestras familias.
-- Hágalo, no es como si fuera tan difícil conseguir otra sede.
-- No me retes, porquería.
Ahí supo Killua que debía de parar, en realidad les sería muy complicado rentar otro lugar así de bueno en tan poco tiempo; lástima, su momento de superioridad fue efímero.
-- De acuerdo, no le reto. Le ofrezco mi más sinceras disculpas, señor Freecss. Corregiré mi comportamiento para no causarle inconvenientes a futuro --. En modo de respeto, el trapecista realizó una reverencia, esperando ahora que Gon no saliera con un berrinche.
-- De rodillas. Te ordeno que me pidas perdón de rodillas, asqueroso fenómeno de circo --, exigió el moreno, forzando una ligera sonrisa.
Perder la dignidad o revelarse, eso se preguntaba Killua ahora.
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The Other Side [~KilluGonKillu~]
Fanfiction[Londres, Inglaterra. Siglo XIX] Una fundación de reconocimiento mundial con un próximo heredero, y un extravagante circo afamado por el público, cuando ambos lados son unidos por un contrato, las cosas suelen ponerse interesantes para dos destacab...