VI. A place where woman never smiled

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— Joven Gon, ¿ocurre algo?

— ¿Por qué la pregunta, Mito?

— Tiene un error ortográfico en este párrafo —, señaló la mujer, apuntando con su índice la palabra mal escrita—. No recuerdo cuando fue la última vez que usted cometió un error de este tipo.

Gon frunció el seño con pesadez y, con fastidio, rasgó a la mitad el papel para comenzar de nuevo su manuscrito como castigo.

No sé hallaba del todo concentrado desde anoche, su cabeza estaba repleta de posibles futuros del cómo concluirá la apuesta con el trapecista de Zoldyck Circus, es decir, confiaba totalmente en su capacidad de mantener una cara arrugada todo el tiempo pero, ¿qué ocurriría si si llegase a pasarla bien?, ¿tendría que pedir disculpas públicas? Todos en su familia lo aborrecerían.

Y peor aún, ¡le daría el gusto de la victoria al poco hombre de Killua Zoldyck! Soportaría la incertidumbre de la sociedad pero lo anterior jamás.

Consideró incluso contratar un bufón para prepararse mentalmente, sin embargo, no sabía si eso era trampa o no, su código de honor le impedía por completo hacer algo que atente contra la armonía de la apuesta, podría ser cruel y arrogante pero faltar a su curiosa moral nunca se le pasó por la cabeza.

Inesperadamente, su cuerpo dió un brinco, reconocía a la perfección qué significaba.

— Mito, ¿olvidé hacer algo el día hoy? Recuérdame.

— ¿Hoy? Por supuesto, tu señor padre te ordenó ir al banco a revisar el reporte anual de sus ingresos aunque, ¿no debía de ir usted más temprano, joven Gon? Ya es más de medio día —, preguntó consternada, Mito no entendía porqué esta mañana su sobrino estaba tan distraído.

— Dios, ¿por qué no me lo recordaste antes? ¡Se supone que ese es tu trabajo, mujer! Es tu único maldito trabajo en esta casa —, gritó molesto.

— Discúlpeme, pero usted sabe que no estuve durante las primeras horas del día, supuse que sería capaz de recordar su itinerario de hoy sin mi ayuda —, defendió Mito con aires tranquilos, manejar las rabietas de su sobrino era su pan de cada día, nada del otro mundo —. Puede decir en Barclays Bank que tuvo un percance que le impidió asistir temprano.

— No me interesa la estúpida excusa que le diga al obeso de Barclays, me estresa que si yo no te hubiera mencionado que olvidaba algo, tu no te hubieras dignado a preguntar si lo hice o no.

— Insisto, supuse que ya lo había hecho.

— ¡Deja de suponer mis malditas acciones! Las mujeres como tú deben dedicarse a atender bien al hombre en lugar de seguir suponiendo cosas —, escupió al levantarse, apoyando sus palmas sobre el escritorio—. Ahora ve a decirle a Abe que me prepare un traje.

Con porte arrogante, el joven comenzó a sacar documentos de los muebles que adornaban su oficina, maldecía una y mil veces en silencio la penosa situación que enfrentaría en el banco, no obstante, frenó en seco cuando se percató que su tía no se movió ni un milímetro de su lugar. — ¿Te hablé en otro idioma acaso?

— Gon Freecss, no olvides tu posición, soy la prima de tu padre, no una criada más de esta casa así que dirígete a mi con más respeto, por favor —. La voz de Mito era tan firme que Gon por un momento se sintió intimidado.

— No tengo tiempo para tus tonterías —, aún así, no cedería ante las palabras de la mujer—. No hagas un drama mujer, dedícate mejor a cumplir mis...

Sin dejarle terminar, Gon recibió una bofetada de su tía Mito.

La habitación se sumió en absoluto silencio, el muchacho solamente sujetaba su mejilla sonrosada por el golpe, nunca imagino que su tía tuviera las agallas de alzarle la mano.

The Other Side [~KilluGonKillu~] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora