Capítulo dieciséis; Gustos y disgustos.

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Pero Zuko al cambiar su ambición tuvo problemas con el fuego control. Ryu y Toph habían desaparecido. Katara y Aang no dejaban de hablar y Sokka, bueno, Sokka sólo pensaba en la chica que había conocido en un pueblo, Suki.

A pesar de todo, esto sólo era la calma antes de la tormenta.

Me acerqué a Zuko que descansaba en unas ruinas donde nos estábamos refugiando. —¡Aún no puedes controlar el fuego?

—Ni siquiera sale. —Zuko miraba sus manos preocupado. Habían pasado unos días desde que llegó con Ryu, y para sorpresa de los chicos, este zuko era muy amable y hasta tímido, me alegraba el hecho de haber conocido esta faceta antes, cuando se hacía pasar por Lee. Aun así me preocupaba el hecho de que perdiera el control del fuego. —Bueno, no creo que debas preocuparte demasiado por eso. Aang no se estaba sintiendo bien y escapó, Katara fue a buscarlo junto a Appa. 

—¿Crees que fueron a buscar otro maestro fuego? Ryu y Toph también salieron hace un buen rato. 

—¿Ryu y Toph? Bueno, parecen llevarse muy bien. Toph intenta bromear con Ryu pero solo termina avergonzada por su amabilidad. Al menos Sokka no se ha ido.

—No se ha ido, pero ha estado llorando todo el día por una chica. —Reí ante la cara de fastidio que hacía Zuko, era verdad, Sokka no dejaba de llorar por Suki al punto que lo teníamos que echar para que fuera a lamentarse a otro lugar.

—Zuko, ¿no quieres practicar conmigo? Así a lo mejor puedes recuperar tu poderes.

—Claro. —Zuko se veía emocionado y eso me hacía feliz. Nos pusimos en guardia y yo ataqué primero, con una fuerte brisa desestabilicé a Zuko haciéndolo caer. Estuvimos así un buen rato hasta que estábamos muy cansados, peor, nos habíamos acercado demasiado a unas ruinas que no estaba tan firmes y cuando ambos nos empujamos una columna de magnitudes bastas  perdió la fuerza y comenzó a caer hacia nosotros. Empujé a Zuko con una brisa para evitar un accidente pero al hacerlo quedé encerrada entre la columna y los escombros. 

—¡Ágatha!

—¡Estoy bién! Sólo quedé encerrada. —El polvo que se había levantado me hizo toser y sentí a Zuko gritar nuevamente mi nombre. No podía ver nada por la oscuridad pero no pasó mucho cuando una línea de luz llegó a mis ojos. Zuko había roto unas tablas para hacerse paso en el agujero en el que estaba, aún así la oscuridad reinaba. —¿Ágatha?, ¿estás bién?

—Sí, estoy abajo, creo que puedo llegar si me impulso con el viento. 

—Espera. —Zuko formó una llama en su mano para iluminar el lugar y pude ver su rostro claramente, que al verme sana y salva se tranquilizó. Que se preocupara de esa manera por mí me hacía sentir nerviosa, dejé de mirarlo y me impulsé de una vez. Zuko me afirmó cuando llegué arriba y me ayudó a bajar. 

—Grac... —Le iba a agradecer cuando Sokka apareció. 

—¡¿Qué rayos pasó aquí?! 

—Estábamos entrenando pero esta columna cedió. —Dijo Zuko aún sujetando de mí. 

—Rayos, me asustaron, espantaron hasta las ratas del lugar. —Sokka comenzó a burlarse, habíamos quedado cubiertos de tierra. —Mejor vayan a tomar un baño.

Al menos ese día Zuko tenía devuelta su fuego y comenzó a enseñarle a Aang desde entonces. También tuvimos abandonar las ruina, por obvias razones y llegamos a un pueblo en el que se haría una obra de teatro del Avatar. 

Después de discutirlo muy poco gastamos el dinero que nos quedaba para comprar las entradas. Nunca me había arrepentido tanto en mi vida. Mi personaje no se parecía para nada a mí, era despistada, enojona y actuaba como la mamá de todos, también mencionaron que me estafaban todo el tiempo con dinero y sólo fue UNA vez -Katara no volvió a dejarme dinero- pero de todas formas yo no era así. Me crucé de brazos. Lo que más me molestó es que me emparejaban con Sokka. Por todos los dragones. Cualquiera menos Sokka.

—Disculpen, voy a tomar aire. —Aang se había marchado y Katara lo siguió. Comencé a poner atención en la obra nuevamente y entendí el porqué. A katara la habían emparejado con Zuko, que por cierto moría de la vergüenza cuando su personaje hablaba de capturar al Avatar. Pero era una obra, y todo estaba mal. Supongo que a Aang le dolió.

Miré a Zuko que miraba a Sokka y después bajó la cabeza. Probablemente se sentía culpable de hacer sentir mal a Aang. —¿Estás bién? —Toqué su mano para que me mirara pero se ocultó más. —Voy a tomar aire. 

Supuse que iría a hablar con Aang. Me acerque a los asientos de Toph y Sokka que le contaba con detalles lo que ocurría. Quedé sentada al lado de el último y al rato llegaron Aang, Katara y Zuko. 

Volví a mi puesto original al lado de Zuko, había llegado más decaído que cuando se fue, al contrario de Aang y Katara, que a pesar de que estaban molestos con la obras también estaban más alegres. Qué rayos había pasado afuera. Tal vez trataron mal a Zuko, pero ellos no eran así, pero no me explicaba el comportamiento de él. —¿Me acompañas a comprar un refresco? —Murmuré cerca de Zuko. 

Había aceptado sin problemas, fuimos hasta un puesto de refrescos y Zuko compró por mí. —Gracias. —Le sonreí y le pregunté. —¿Te ha gustado la obra?

—No. —Vaya, hace tiempo que no veía a Zuko de mal humor. Probablemente esté molesto de las cosas que hizo antes.

—A mi tampoco me gustó mucho, pero debo admitir que me dio mucha gracia como interpretaron a los demás. Creo que al que mejor caracterizaron fue a Sokka ¿No lo crees? —Reí al recordar una escena. 

—Ágatha, ¿a ti te gusta Sokka?



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NT de autora;

¡Gracias por leer y por sus comentarios! les dejo a un Zuko molesto viendo la obra de teatro uwu Perdón por la demora del capitulo, actualizaré pronto.


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