capítulo 4: danza de fuego y coraje

6.3K 441 159
                                    

Creo que lo que diré ahora solo podría considerarse como una muy extraña coincidencia, pero al final, paso así por una razón, liliruca arde, ese es el nombre del soporte que contrato bell, me contó que pertenecía a la familia soma, no los eh acompañado en ningún momento, por ahora vamos por separado, eh explorado varios pisos por completo y eliminado a los monstruos que salían por completo, supongo que fue una limpieza completa, muchas piedras de varios pisos, llene unas 4 bolsas hasta desbordar, no se cuanto gane pero no pasare del piso 7 por ahora, debo explorar bien y grabarme los pisos por completo para buscar salidas rápidas si un miembro del grupo resulta herido, así paso normalmente el día, aprendiendo mas del calabozo mientras consigo dinero y aprendo como matar a los monstruos, pero creo que debo cambiar un poco mas mis hábitos, no eh podido averiguar como usar la magia "mímico" y tampoco puedo ir a la sede de la familia Loki para pedir hablar con los altos mandos de los mismos, Bell por lo que se, fue traicionado por lili, pero aun así quiso ayudarla, yo solo llegue cuando la conversación entre ellos término, bell había salido corriendo y me tope con el, parece que nuestra fortuna familiar aumento bastante, tenemos casi 1,000,000 de valis, pero debemos conseguir un poco mas, nunca se sabe cuando necesitaremos equipos nuevos o cosas útiles, ahí la segunda razón por la cual término limpiando todos los pisos a los que voy, cada que salgo del calabozo recibí una media de 47,000 valís, aun que yo me quedo todo el día en el calabozo y salgo antes del anochecer para reunirme con Bell en el bar de mía grand, hoy creo que no podremos hacerlo, no se que planes tiene Bell, pero en algunas ocasiones no entramos al calabozo, solo paseamos, algunas veces ayudamos con unas cosas en el bar, yo no puedo negarme por haber causado problemas antes, es mi forma de pedir perdón, todo esta muy tranquilo, esperen... Bell perdió su brazal... Creo que fue al gremio a pedirle perdón a eina por eso, no creo que nada pase por eso.

Narración de Bell
Estoy de camino al gremio, debo pedirle perdón a eina por perder el brazal, ella me lo regaló y me salvo en muchas ocasiones, no quiero que se enoje o desanime por que ya no lo tengo puesto, ¿eh? ¿Esta hablando con alguien?
-oh, hablando del diablo- ella me sonrió y saludo, yo respondí el saludo, hasta que vi quien estaba ahí, era aiz wallenstain, la persona que me hace correr como un conejo asustado, esta no fue la excepción, salí corriendo nuevamente sin mirar atrás, pero choque con alguien
-oh, lo siento, ¿estas bien?- era un hombre, parecía preocupado
-s-si, no se preocupe- ahí intente escapar a gatas del lugar, pero volví a chocar con algo, era suave pero también sentí la tela de lo que creo, es la falda de un vestido.

Narración de aiz
La encargada de ese chico, bell cranel, esta aquí, ella me alegro cuando me dijo que el estaba agradecido por haberlo salvado, pero siempre corre cuando me ve...
-oh, wallenstain-shi, ¿como estas?- ella sonreía y estaba alegre de verme, así que solo le hable de lo ocurrido
-ya veo, asi que es eso, le diré lo que me has dicho y le devolveré el brazal- pero... No quiero perder esta oportunidad, quiero saber cual es su secreto de ese crecimiento tan rápido
-si fuera posible... Me gustaría entregárselo yo misma- me aferre al brazal con un poco de fuerza, no quería entregarlo
-entiendo, pero si el siempre huye... Esta bien, te ayudare, podríamos encerrarlo en un cuarto y así evitar que escapé- me parecía un poco cruel, parecería que lanzarían a un conejo a ser devorado, mini aiz solo negaba ante la idea
-pero...- no pude terminar de hablar
-oh, hablando del diablo- ella comenzó a saludarlo, entonces me voltee a verlo, cabello blanco como la nieve y unos ojos rojos brillantes, en cuanto el cruzo miradas conmigo comenzó a correr, solo pude ver como mini aiz estiraba sus brazos tratando de alcanzarlo, no quería que se fuera, por suerte, el choco con alguien y pude evitar su avance, pero fue vergonzoso... El chico con mi trasero y pude sentir por un segundo su respiración, la mini aiz estaba avergonzada y sonrojada por lo que había pasado.

Narración de Bell
-oh, princesa de la espada- eso me saco del shock y trate de huir nuevamente, pero eina me detuvo
-cielos, Bell-kun, es de mala educación salir corriendo de ese modo- estaba siendo regañado, justo ahora me quería enterrar en la tierra
-yo... Esto... Lo siento pero, esto... Esto... ¿Como? ¿Por que? - estaba muy nervioso por tenerla enfrente y no poder irme, entonces como si fuera un timbre recordé la voz de David no huyas de la persona que admiras, podrías causar un mal entendido
-la señorita wallenstain dijo qué quería hablar contigo- definitivamente ahora no puedo huir, David dame un poco de tu calma... Ahora ella estaba sentada y yo estaba firme como un soldado
-hace poco estabas siendo atacado por orcos en la mazmorra, ¿cierto?- ella no paraba de mirarme con esos bellos ojos dorados, mi corazón se volverá loco
-s-si, pero... ¿Como sabe eso?- esto era... Extraño...
-encontre esto en el suelo después de que te fuiste- ella me extendió el brazal, me sentí aliviado en ese momento, pero otra cosa me volvió a poner nervioso
-¿entonces fuiste tu quien me ayudo?- estaba mas sorprendido que nervioso, David, gracias por prestarme tu calma
-quería disculparme- ella se levantó y me miro finamente, eramos casi misma de la misma estatura, solo soy unos centímetros mas alto, -resultaste herido por que deje escapar a ese minotauro, perdón- ella se inclinó, ahí... Solo deje que mis palabras salieran
-¡n-no!, no fue tu culpa wallenstain-san, lo que quiero decir es que fuiste la persona que salvo mi vida, en realidad tendría que ser yo el que debería pedirte una disculpa, oír estar siempre huyendo en vez de disculparme.- entonces di una reverencia, -perdoname- no podía verla, no podía saber que expresión tenia, pero al fin... Pude agradecerle, cuando volví a levantar mi cuerpo, ella me sonrió, no pude evitar sentir como mis mejillas se calentaron debido a eso... Ella, realmente es linda... Una vez salimos del gremio, ella volvió a a hablar
-has estado empeñandote en la exploración de la mazmorra últimamente, ¿verdad?- entonces volteo a verme, -es increíble que llegaras al décimo nivel tan rápido- no pude evitar sentirme feliz y nervioso por esto, me estaba halagando la persona a la que admiro y quiero alcanzar
-no, eso no es verdad- comencé a agitar mis manos en el aire debido a mis nervios, -aún debo hacerme mas fuerte- dije un poco desanimado mientras me inclinaba un poco y cerraba los ojos, -me falta mucho todavía, no soy mejor que un novato peleando- ahí me incline mas por el desanimo que sentía, -asi no puedo mi acercarme a lograr mi meta, no soy muy bueno, y... Esto... Esto...- negaba con mi cabeza levemente
-¿no conoces a nadie que te pueda enseñar a pelear?- ella seguía un poco firme ante sus palabras y sin cambiar su tono
-hay otro miembro en mi familia... Uno que solo me da consejos pero no puede enseñarme a luchar por no saber que estilo enseñarme...- di un ligero suspiro de resignación al recordar como David dio su punto, si el intentaba enseñarme, terminaría perjudicando mi modo de luchar en lugar de ayudarme a mejorarlo
-entonces... ¿Quieres que yo lo haga?- estaba incrédulo, no podía creer lo que me dijo, pero estaba feliz, no pude evitar sonreír como un niño al cual le están comprando un juguete o su dulce favorito.

un cazador de duendes en orarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora