Capítulo 8

1.5K 151 159
                                    

Pov. Paulo

—Muy bien, lo vamos a tener en cuenta. —respondí al oficial, con una suave sonrisa, después de haber chamuyado como nunca en mi vida para que creyera que acá no se encontraba nadie que haya salido completamente desnudo y gritando a la calle. —¿Necesitan algo más? —pregunté, manteniendo mi sonrisa y rogando internamente que se vayan de una vez porque ya estaba cansado de sonreír.

Lo peor era que Valentín, quien me convenció de dar la cara diciendo que iba salir conmigo, se quedó todo el rato mirando pajaritos. Siquiera, porque era de noche todavía.

El policía estaba por responderme, cuando se escucha un golpe seco.

"¿Ahora que hicieron estos pelotudos?", pensé, dando lo mejor de mi para seguir sonriendo y no echar mi cabeza hacia tras y suspirar antes de mandar a todos a la mierda.

Me giré para ver que pasó, escuchando pasos apurados bajando la escalera.

Mi expresión pasó a preocupada al ver a Lit llorando fuertemente, tratando de secarse las lágrimas.

Parece que se sintió observado, porque alzó la mirada, y se mostró indefenso, débil. Quise ir corriendo a abrazarlo, pero no pude. Lit miraba a todos, probablemente sintiéndose expuesto.

—¿¡Qué!? ¿¡Nunca vieron a un chico gay tener una crisis porque no es correspondido!? —gritó con molestia, corriendo hasta la puerta y pasando por al lado nuestro y de los policías como si nada.

Abrí la boca para seguir la conversación con el oficial, pero no supe que decir.

—N-nos vamos. Recuerden lo que dijimos, fue una advertencia. —habló el hombre, y Paulo se limitó a asentir antes de verlo irse.

Duki se acercó. Al parecer había resurgido de las cenizas como el fénix.

—Voy a buscar a Mauro. —me dijo simplemente, a lo que yo solo asentí y lo vi irse. Suspiré.

—¿Dónde está Lit?

No sé en qué momento apareció Ignacio, pero me tuve que contener de no darle una piña por haber hecho llorar a Mau. Además, Lit al parecer ya le había dado una buena cachetada.

—Se fue. —respondí, y él se acercó hasta la puerta—Eh, eh, bonito ¿Dónde mierda crees que vas? —pregunté, poniéndome en su camino.

—A buscarlo. —dijo con obviedad y yo reí como si de un chiste se tratara.

—Ya fue Duki. —respondí— Además, justo ahora sos la última persona que Lit quiere ver. Y yo que vos mejor me siento a pensar como mierda solucionar lo que acabas de generar.

—No me importa, yo... —lo interrumpí.

—Me chupa un huevo lo que pienses. Deja de ser un egoísta de mierda y pensá en Mauro. Si te ve ahora va a ser peor todo. —dije— Sentate y chapate a la mina esa que te comiste hoy si queres, pero deja a Mauro tranquilo.

El me gruñó y agachó la mirada, pero al final me hizo caso; se fue a sentar y empezó a bajarse una botella de cerveza.

Yo me quedé en la puerta, viendo a la gente irse, lo cual era normal considerando que había caído la gorra y que además el ambiente se había vuelto bastante pesado.

Tuve que contenerme de ir con ambos Mauros. Confié en que Duki estaba haciéndose cargo bien.

Sonreí involuntariamente.

Monzón era casi como nuestro hijo adoptivo, con Mauro siempre lo cuidábamos y le cumplíamos algún que otro capricho. Recordé que incluso una vez bromeamos entre nosotros sobre eso.

Last Friday Night [(T)rap]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora