Parte 8 ¿Joon? ¿Hae Joon?

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-Gracias Joon, por caminar conmigo, seguro te aburrí...

-para nada pequeña Sara, ¿te divertiste?

-sí. Definitivamente quiero ir a Corea del Sur.

-espero que vayas entonces y logres tus sueños.- me dijo y sonrió, su sonrisa era la más linda que había visto en mis cortos años de vida.

-Gracias Joon. Estoy feliz, tu papá me va a enseñar tu idioma y ¿podré verte? ¿Cuándo vaya a clases?- pregunté esperanzada.

-no lo creo pequeña Sara, yo debo volver a Corea del Sur. Ahora soy el responsable de todos los negocios de mi padre, es mucho trabajo.- me miró con seriedad.

-pero yo quiero volverte a ver... es triste, cuando por fin creí tener un amigo, no te volveré a ver...- mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

-no llores pequeña Sara, por internet nos mantendremos en contacto, cuando estés con mi padre te llamaré y cuando pueda volver nos encontraremos. Jamás te olvidaré, lo prometo.- me dijo y acarició mi mejilla. Yo cerré mis ojos y dejé que mis lágrimas brotaran libremente.

-Está bien Joon. Es una promesa- al decir esto con timidez y todo el coraje que pude le di un simple y casto beso en la mejilla.- gracias- dije y sonreí.

-¡JOON! Es una promesa, ¡jamás te olvidaré!- sentí que era sacudida y mi cuerpo dolía, desperté de repente, con lágrimas en los ojos. Otra vez volví a soñar con mi pasado.

-¡Sara! ¿Estás bien? –cuando salí del estupor de ese sueño tan hermoso y nostálgico pude ver a Hae Joon preocupado de rodillas sobre mi cama y sujetándome por los hombros.

-sí, estoy bien, solo fue un sueño. Disculpa por despertarte...- intenté incorporarme y secar mis lágrimas pero su agarre era firme.

-no te levantes, quédate acostada, debes reposar.- dijo y con suavidad pasó sus dedos por el camino húmedo que dejaron mis lágrimas, siguió acariciando mi rostro hasta que me relajé y pude apartar ese vívido sueño de mi mente, cerré mis ojos y disfruté de sus suaves toques sobre mi.

-gracias Hae Joon, por ayudarme, estaba soñando, recordando en realidad a una persona muy importante para mí... – le dije y por un momento creí que mi amigo Joon y este hermoso hombre podían ser la misma persona. Debo haberme vuelto loca... solo yo puedo pensar algo así... aunque no es muy descabellado...

-en fin Hae Joon, puedes por favor decirme ¿qué hora es?- traté de sonreír mientras seguía pensando en la posibilidad que rondaba mi cabeza, debía averiguar más sobre este hombre.

-sí, según tu reloj son las 6 de la mañana.- su actitud relajada me confundía. Era súper tarde para ir a la universidad.

-¿y por qué estás tan relajado? ¡Vamos a llegar muy tarde, puedo perder mi beca! Mejor me levanto.- cuando intento incorporarme él vuelve a detenerme.

-no. Ni tú ni yo vamos a ningún lugar. Hoy me ocuparé de ayudarte para que puedas mejorar y así puedas volver sin ningún malestar a clases el lunes.- abro mis ojos ante semejante declaración.

-y ¿qué voy a decir en la universidad para que no me quiten la beca?- apunté desesperada.

-nada, yo me hice cargo de todo. Ayer llamé al director de la universidad, le dije lo que sucedió contigo y como finalmente tú eres mi responsabilidad, él me dejó llevar tu caso con confianza. Tienes un reposo que debes cumplir.- me dijo con absoluta seriedad.

-pero, tú... ¿vas a faltar a tu trabajo?- pregunté un poco sorprendida.

-por eso no debes preocuparte, todo está bien. Hoy ambos estamos libres- y volviendo a su lado de la cama me sonrió.

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