CAPÍTULO 3 ¿BAILAMOS?

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CAPÍTULO 3¿BAILAMOS?


Me desperté agitada y con lágrimas en los ojos. Había aprendido a dejar de llorar y en menos de veinticuatro horas derramó más lágrimas que en el último año que estuve en Venezuela, todo estaba muy mal.
-no puedo creer que he soñado con ese hombre, que pesadilla tan horrible ¡AAGGHH! Estoy segura que fue por lo de anoche. - me levanté de golpe, eran las cuatro de la mañana y la pesadilla me había quitado el sueño completamente, decidí buscar mi celular y escribirle a Laura para contarle todo lo sucedido, nuestra diferencia horaria me tenía trece horas de adelanto, en Corea del Sur eran las cuatro de la mañana del lunes, mientras que en Venezuela, apenas eran las tres de la tarde del domingo y conociendo a mi alocada amiga, estaría con sus abuelos en el ancianato que siempre visitaban y llevaban regalos, sabía que luego ella me contestaría, al enviar el mensaje fui al pequeño salón donde tenía mi nuevo sillón y comencé a hacer ejercicios de gimnasia, era muy temprano para poner salsa y comenzar a bailar.
En mis veintitres años, básicamente he vivido para bailar, he aprendido a bailar casi todos los ritmos y estilos que hay, cada vez que me siento triste o tengo algún problema me refugio en la música. Comencé a danzar concentrada en conocer muy pronto el estudio donde voy a practicar el tiempo que esté en Corea, sabía la ruta, la había memorizado pero no había entrado al lugar, aunque por fuera lucía espectacular. La finalidad de la segunda beca es aprender más técnicas de baile, lo positivo es que estaré bailando sin parar. Qué hermoso es ser libre y dejarse llevar al compás de la música, aunque aquí debo contener ciertas expresiones que no son adecuadas en la cultura.
Bailé por más de dos horas, comenzando por ballet, gimnasia rítmica, bachata, salsa casino y finalicé con una danza entre lo erótica y lo romántica muy suave de David Bisbal, uno de mis cantantes favoritos; amaba imaginar ese hombre que él describe en "desnúdate mujer" ¿Algún día podré experimentar un amor o una pasión así de intensa?
Quedé ruborizada por los sentimientos que le imprimí a mi expresión y sonó sin previo aviso el timbre de mi puerta, fui a ver quién llamaba con la mente un poco dispersa y era mi sensual vecino, vestido con un mono deportivo que colgaba de sus caderas de una forma muy provocativa junto a una franela sin mangas, podía detallar sus musculosos brazos, era evidente que invertía mucho tiempo entrenando su cuerpo, para lo delgados que eran la mayoría de los coreanos, este hombre tenía mucha masa muscular.
-Bu... buenos días, señor Lee, dígame, qué le trae por aquí tan temprano- mi vecino era capaz de quitarme el aliento por momentos.
-Buenos días señorita Sara, por favor ante todo no me llame señor Lee, ese es mi padre; puede llamarme Min Joon, finalmente somos casi de la misma edad, dejemos tantas formalidades ¿Le parece?
-Si por su puesto... Min Joon, ahora sí, ¿Qué le trae por aquí? - comencé a batir mi mano para ventilarme, de repente estaba acalorada.
-Escuché la música y me sorprendí que se levantara tan temprano, quería saber si había desayunado, mi madre está preparando el desayuno y puede venir con nosotros. - su sonrisa sin duda era conquistadora.
- ¡Oh! Si no es molestia, encantada voy. - acepté inmediatamente
-No es molestia todo lo contrario, mis padres se sienten felices de recibirla.
-Pues, muchas gracias. Así no me sentiré tan sola ¿Le parece si voy en diez minutos? Necesito ducharme y cambiarme de ropa.
-Perfecto, le esperamos. - y volvió a su departamento. Me fui corriendo a la ducha, debía estar lista en diez minutos y lo logré.

Fue un desayuno agradable, conversamos de muchas cosas, supe que la familia Lee era humilde, pero todos muy trabajadores, este nuevo día me correspondía verificar mis inscripciones, primero la del estudio de baile y como Min Joon iría a trabajar cerca, nos fuimos juntos lo que facilitó el viaje.
-Veo que le gusta escuchar todo tipo de música, eso es bueno que tenga gustos variados.
-Yo no escucho todo tipo de música solamente, yo la bailo Min Joon; me levanté muy temprano y solo bailar me relaja, bailando puedo pensar con claridad las cosas, así es que me siento libre y verdaderamente feliz.
-Jamás había pensado en el baile, así como lo expresa usted; ¿Es por eso que va al estudio de baile?
-No solo voy porque es mi pasión bailar, tengo una beca que me permite estudiar aquí en Seúl su idioma natal y tengo otra beca por ser bailarina profesional, para perfeccionar mi arte y ser de ayuda en el desarrollo de los distintos estilos de baile que existen en el mundo.
- Usted es sencillamente impresionante, se le da muy bien eso de las artes ¿Así que bailarina profesional? Me gustaría verla bailar un día, sobre todo esa música latina, la que tiene mucho ritmo.
- ¿Usted habla de la salsa? Pues ese es mi fuerte, es uno de mis estilos favoritos, posiblemente un día le pueda enseñar un poco ¿si usted quiere?
-Lo voy a pensar, bueno ya llegamos a su destino, me voy se me hace tarde ¡hasta luego!- y así, se marchó apresuradamente, iba de punta en blanco con otro de esos trajes que le quedaban a la perfección.
- ¡Gracias! ¡Que le vaya bien!- me despedí con entusiasmo mientras él se alejaba rápidamente.

El estudio de baile era tan maravilloso como lo decían los documentos que me entregaron al aprobar la beca, era enorme, con muchos salones para practicar; había profesores de diversos estilos de baile, incluyendo los más latinos... Allí se enseñaba a bailar reggaetón, en mi país esa música era muy común y todo el mundo se las arreglaba bien bailándolo. Aquí era muy diferente, las personas no llevaban el ritmo. Me iba a divertir muchísimo. Luego de conocer al profesor que estaba a cargo, me llevaron con el resto de los profesores y bailarines, fui presentada y vi que a algunos le desagradaba la noticia, sus caras eran muy peculiares, reconocía el desprecio muy bien. Sin embargo, mi profesor estaba muy animado, el famoso bailarín Hyo E Do, todos lo llamaban EDo, mucho más fácil y no tan formal, él quería verme bailar. Entre todos los bailarines que estaban en mi salón de baile había un joven que se mantenía un poco apartado y callado durante el rato que estuvimos con las presentaciones, creí que era tímido o no sabía bailar. Como era mi primer día me pidieron que observara la dinámica de la clase y que luego me incorporara, al cabo de veinte minutos viendo cómo se desarrollaba todo y conociendo que estaban bailando vals decidí unirme a la clase.
-Profesor, ¿puedo unirme al grupo por favor?
-Por supuesto. Estoy ansioso por verla bailar señorita Sara.
-No hay una pareja disponible, la extraña no puede bailar profesor, déjela fuera que va a interrumpir con su baile que seguro está muy por debajo de nuestro nivel -dijo una jovencita bastante exagerada y desagradable, estaba tan maquillada y el sudor solo empeoraba su aspecto.
-Kim Jae Rim no sea grosera, sí hay un bailarín disponible- señaló al joven que había permanecido al final del salón- señor Park ¿puede incorporarse al grupo con la joven Enríquez?
-Sí. Voy profesor. - aquel hombre distante y callado pasó al frente del salón, se paró cerca de mí y me extendió la mano para comenzar a bailar.
-Bien, podemos continuar - dijo nuestro instructor, Pero fue abruptamente interrumpido.
-Pero profesor, ¿Cómo le va a pedir a nuestro bailarín estrella que se una a esta simple clase? no lo moleste por cosas tan insignificantes, que la nueva no baile, está sobrando aquí en este grupo élite. - esta mujer realmente estaba colmando mi paciencia; no podía creer que desde el primer día iba a tener que defenderme.
-Kim Jae Rim, le voy a agradecer que no interrumpa más la clase; si yo nunca me incorporo a las prácticas es porque ninguna de ustedes está al nivel que lo requiero, pero la nueva, así como usted la acaba de llamar es reconocida con el título de bailarina profesional. ¿Acaso no escuchó la descripción que el profesor dio al presentarla? ¿Cree que alguien con el título de bailarín profesional no puede seguir una clase tan sencilla como la de hoy? - el hombre misterioso que estaba junto a mi miraba con impaciencia a la fulana Kim.
-Mejor no pudo expresarlo Park Hae Joon; vamos a continuar que perdemos mucho tiempo. - me impresionó como ese hombre me defendió, si ni siquiera había dejado que le detallara. Escuchó todo lo que el profesor dijo, ubicó por mí a la muñeca maquillada y finalmente pude comenzar a bailar, añoraba poder ir al compás de la música.
Cuando el "bailarín estrella" se dispuso a tomarme para bailar primero, se quitó el suéter que escondía su rostro y su torso y pude finalmente detallarlo, era un hombre muy atractivo, podía codearse con la belleza de mi vecino, alto, con ojos castaños bastante claros; algo que no era común en los asiáticos, el cabello negro le caía liso sobre los bordes de su rostro, se veía muy sedoso, sentí deseos de acariciarlo, tenía los labios más hermosos que jamás vi en un hombre, eran carnosos y tenía un lunar decorando el borde de sus labios, eran sin duda de esos que te invitan a besar. Era perfectamente blanco, de hombros anchos y cintura estrecha, el pantalón deportivo se ajustaba a sus caderas y caía de una forma muy sensual, la franela que usaba se pegaba a su torso como una segunda piel, demostrando unos bíceps bien torneados y firmes y ni hablar de sus pectorales, sentí que dejaba de respirar.
- ¿Te parece si comenzamos y dejas de verme? - dijo con una sonrisa ladina en su rostro, se dio cuenta que me lo estaba devorando con la mirada y si creen que una mujer con la piel morena no podía sonrojarse, pues yo estaba roja de la pena.
-Por supuesto, disculpe, me llamo Sara- dije mientras caminaba hacia el centro del salón para colocarnos en la posición que correspondía, él me tomó de la cintura y con su otra mano sujetó la mía; sentí que me hormigueaba la piel en las zonas donde él me tocaba.
-Mi nombre es Park Hae Joon, durante la clase puedes llamarme Hae Joon- y así simplemente me habló de manera informal, sin tensiones, con comodidad. Lo que hizo cortocircuito en mí fue la forma cómo me habló, su tono de voz y la sonrisa tan provocativa que se extendió hacia sus ojos, me miró por un breve instante con verdadero deseo y luego su mirada se volvió inexpresiva.
Que experiencia tan interesante, todo en él era exasperante, su belleza, su seriedad, la comodidad con la que bailaba, verdaderamente era el mejor en todo el estudio, sus pasos eran fluidos y hermosos, fue el mejor vals que bailé en toda mi vida. Durante el resto de la clase él fue mi compañero, bailamos distintos estilos de baile de salón, salí con la espalda bastante cansada por la postura recta y elegante que debía tener. El profesor me dijo que en la próxima clase debíamos probar el resto de los estilos de baile y que no debía sentirme cohibida.
Caminé a casa pensando solo en ese hombre Hae Joon, todavía sentía sus manos sobre mi cintura, a pesar de que estuvimos solamente bailando yo sentía que esas manos me acariciaban o así lo guardó mi triste mente que se esmeraba en revivir cada instante con él. Llegué a casa y el señor Lee me recibió con la noticia de que mis cosas habían llegado y que estaban en el recibidor, así que con su ayuda subimos todo hasta el tercer piso y me dispuse a armar lo poco que compré, él se ofreció a ayudarme y con gusto acepté; rápidamente armamos la cama y la colocamos en el área dispuesta cómo habitación, luego la mesa y el mueble los movimos hasta el otro extremo del espacio y así tenía ya mi sala y mi habitación. -Tiene muy pocas cosas- el agradable señor me miraba con cara de preocupación.

-No pasa nada, he ido comprando poco a poco, por lo menos no voy a seguir durmiendo en ese saco de dormir- sonreí señalando lo que había arrumbado en una esquina.

-Si necesita algo más, no dude en decirme- asentí y lo acompañé a la salida- lo bueno es que este lugar tiene esa hermosa pared de espejos- señaló el espejo en el que me he mirado desde que llegué.

-Así es, me encanta, por lo pronto voy a bajar a comprar algunas cosas que necesito para el baño y regresaré antes de que oscurezca- él salió de mi apartamento.

-Tenga mucho cuidado, los extranjeros suelen llamar mucho la atención- sonreí y me despedí de él, luego fui por mi cartera y bajé hasta una de las muchas tiendas que había en el barrio, tenía cama, colchón, almohadas, sábanas y cobertores agradables pero aún me faltaban muchas cosas para hacer de ese espacio un hogar.

Compré de todo para decorar el baño y también para el aseo, mi baño contaba con una bañera enorme donde podía sumergirme con tranquilidad y disfrutar de un tiempo relajante así que a mis compras añadí sales de baño y luego regresé al edificio donde vivía no sin antes hacer una parada en un café y comprar algo para cenar pasé el resto del día ordenando mi ropa y preparando todo para mi primer día como estudiante universitaria internacional, anhelando volver a bailar con Park Hae Joon y recordando que aún necesitaba un televisor, lo bueno es que contaba con internet y podía hacer mis trabajos desde mi portátil. Hice todo casi en modo automático, sin ser consciente de mis movimientos; mi mente se concentraba solamente en revivir los momentos en el estudio de baile y sin darme cuenta ya mi hombre imaginario para interpretar "desnúdate mujer" tenía rostro.

Para las nueve de la noche, tenía todo en su lugar, mi habitación se me antojaba cálida y acogedora y la sala era un espacio agradable, allí tenía mis libros, útiles y el portátil, mi ropa estaba perfectamente colgada en el closet y el baño estaba limpio y perfumado, ahora me tocaba darme un largo y relajante baño para luego cenar y dormir. Agradecía este día donde las clases de baile eran en las tardes y salía temprano, con tiempo de sobra para hacer mucho más.

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