CAPÍTULO 5 Desastre desde el principio

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CAPÍTULO 5

Desastre desde el principio

Sara.

-Un nuevo día y a estudiar; debo ser la mejor y ganar el respeto de todos, aquí debo elegir bien el atuendo para ir a estudiar, las personas son muy conservadoras y yo tengo más carne que todas ellas, cualquier cosa que me ponga terminará luciendo ajustada a mi cuerpo. Que agotador verme mil veces en el espejo hasta estar conforme de que no ofenderá a nadie y que aburrido hablar conmigo misma, necesito al menos una amiga- Cuando finalmente estuve lista, después de haber hecho mis ejercicios diarios, haberme duchado, desayunado y estar conforme con mi ropa, suena el timbre.

-Es muy temprano, tienen que ser mis vecinos. ¿Y si es Min Joon? No estoy preparada para su irresistible sonrisa- con curiosidad fui corriendo a ver quién llamaba.

-Buenos días Sara, mi madre le manda el almuerzo, está preocupada por su alimentación y yo vengo a ofrecerme a acompañarla hasta la universidad, por ser su primer día, claro si usted quiere- mi espectacular vecino estaba frente a mi puerta impecablemente vestido con jeans y un suéter que se apretaba a su cuerpo, se veía irresistible.

-Muchas gracias Min Joon, si no es molestia, yo encantada ¿Nos vamos? - dije tomando mi bolso y mi chaqueta.

-Por supuesto, vamos. - se hizo a un lado para que yo pudiera salir y sin más nos fuimos.

Mientras caminamos conversamos de muchas cosas, él tenía curiosidad por mi país, se sorprendió cuando le dije que allá era normal que las personas se saludaban con besos en la mejilla y abrazos, también le costó creer que allá no se manejaba el "lenguaje formal e informal", tan solo se trataba con mayor respeto a los mayores y a los jefes. Llegamos a la universidad y él me entregó la caja con el almuerzo.

-Entonces puedo decirte Sara, sin el lenguaje formal ¿Verdad? - Su manera de hablar sin tantas formalidades era agradable y me gustó.

-Sí Min Joon, sería bueno que fuéramos amigos, así no estaría tan sola, ustedes son los únicos que han sido amables –inmediatamente recordé al bailarín Park Hae Joon, él fue extrañamente amable conmigo y mi corazón definitivamente enloquece cada vez que pienso en él.

-Bueno me marcho, hasta luego Sara - me tomó por sorpresa que él se acercara a besar mi mejilla, fue solo un roce, pero me puse nerviosa, no estaba acostumbrada a las muestras de afecto y jamás habría esperado que un hombre de esa cultura fuese tan atrevido. Cuando se apartó de mí me sonrió y él sabía que su sonrisa era incitadora porque se fue riendo al ver mi expresión, yo ni idea tenía de qué cara vio en mí para reírse tanto.

- ¡Buen día, sería tan amable de moverse que está en el camino hacia el estacionamiento! - un grito me sacó de mi ensoñación.

- ¡Sí! Disculpé, me moví e incliné mi torso en señal de disculpa y cuando subí la mirada quedé pasmada, quien me había hablado era él, mi compañero de baile, me miraba con enojo, estaba muy molesto y en un impulso fui detrás de él, sentí que debía explicar lo que había visto, seguí su auto y esperé hasta que se estacionó; era un vehículo muy hermoso y de los más costosos; seguramente era un hijo de algún millonario.

-Park Hae Joon, buen día, disculpe, lo de antes... lo que usted vio... no es lo que parece yo...- intenté explicarme pero estaba muy nerviosa.

- ¿Acaso a usted le pareció que debía darme alguna explicación de lo que hace con su vida privada? Por favor deme permiso, usted tiene clases y llegará tarde - me hizo un gesto con el maletín que traía para que me apartara de su camino.

-Bueno, yo solo quise decirle... yo...- frente a ese hombre mi cerebro era incapaz de ordenar una frase elocuente, estaba quedando como una tonta.

-No tiene nada que decirme señorita, vaya a su clase, deje de estar en el camino de los demás - me dijo y se fue, dolió tanto que no pude controlar mis lágrimas y las palabras que salieron sin permiso de mis labios.

- ¡Es un idiota! - grité y luego me tapé la boca asustada, hasta que me di cuenta que lo dije en español, era imposible que él hablara mi idioma natal; pero él se detuvo, se volteó y me dijo en un perfecto español.

-Señorita quizás si soy un idiota, pero prefiero ser un idiota sincero que un hipócrita. Tenga cuidado con lo que dice - me dijo acercándose a mí hasta quedar a centímetros de mi rostro, de repente olvidé hasta cómo respiraba, cuando sus ojos se desviaron hasta mis labios pero se alejó de mí y se fue caminando rápidamente, necesité algo de tiempo para recordar cómo debía llenar mis pulmones de aire. Ese hombre me confundía, parecía frío, lejano y controlador, pero cuando bailábamos podía sentir que era devorada por la pasión de sus movimientos, lo mismo acababa de ocurrir cuando se acercó y con su actitud imponente miró con deseo mis labios.

Comencé a caminar automáticamente hasta el área de orientación, esperando por la información necesaria para poder iniciar mis clases, apenas di mi nombre la recepcionista tomó una carpeta que estaba en su escritorio, comprobó mis datos y me llevó hasta mi salón de clases, seguía sintiéndome acalorada, ese hombre causaba desastres en mi interior. Entré y todos se quedaron en silencio, al parecer yo era la última en llegar porque quedaba un solo puesto vacío, sentada de primera en la fila próxima a la ventana donde además entraba el sol de lleno. Traté de sentarme evitando llamar la atención, pero no lo conseguí, todos me observaban, fue muy difícil mantener la calma; pero afortunadamente llegó el profesor junto a otro hombre, quien para mi sorpresa era el que hace unos segundos me había dejado paralizada en el estacionamiento de la universidad.

-Buen día para todos, les habla el profesor Kim Tae Wo y el jefe del postgrado, el profesor Park Hae Joon. - todos nos pusimos de pie e inclinamos nuestro torso en señal de respeto, mi cuerpo actuó automáticamente porque mi cerebro había perdido la capacidad de hacer sinapsis.

-Buenos días, sean bienvenidos a el postgrado en lenguas internacionales, promoviendo el valor del Coreano y de la integración en el mundo, hemos mantenido la iniciativa de becar a estudiantes insignes para que se trasladen a nuestro país con la única finalidad de aprender de nuestro idioma, nuestra cultura y de todo lo que se impartirá en este nivel de estudio; se les recuerda que en dicho postgrado solo están los estudiantes más capacitados, por lo que debe haber respeto, cordialidad y el cumplimiento de cada norma establecida; además, tendrémos cátedras adicionales, donde se enseñará alemán y ruso, tendrán clases dedicadas a la nomenclatura de cada una de sus carreras universitarias, por eso la mayoría de este salón son psicólogos y periodistas- hizo una pausa y paseó su mirada por todo el lugar, deteniéndose brevemente en mí- si alguno tiene dudas pueden acercarse a mi departamento allí hay personal capacitado para orientarlos inmediatamente y para finalizar, dando cumplimiento a nuestro programa de becas internacionales, les presento a la Licenciada Sara Henríquez.- escuché mi nombre y mi cuerpo seguía respondiendo de forma automática volví a inclinar mi cabeza en forma de saludo y reverencia, pero no salía de mi sorpresa, ESE HOMBRE era el responsable de MÍ beca; supo quién era desde la primera vez que me vio en el estudio de baile. Que difícil estaba resultando mantener la compostura.

-La Licenciada Henríquez, destacó en sus evaluaciones para conseguir esta beca, fue la única de su país, proviene de Venezuela; tiene dos títulos universitarios, resalta como una persona muy capaz entre todos ustedes, pero ella no está aquí para satisfacer la curiosidad de ninguno de los miembros de este grupo de estudio, se agradece que no se distraigan y finalizando con este procedimiento todos pueden tomar asiento, profesor Kim, queda a cargo; buen día- se fue así sin más, después de dejarme en claro que conoce todo acerca de mí y de mi origen, qué terrible había comenzado este día y peor era el hecho de recordar que apenas era el primer día de los siguientes próximos dos años de mi vida.

Mi primer día fue catastrófico, para variar a la mitad de mis compañeros no les agradaba y la otra mitad no sabía cómo sentirse al respecto, sin contar a mi profesor; el cual aparentemente se mostraba muy colaborador, pero su mirada no dejaba de alterarme, me daba un poco de miedo. El almuerzo fue escalofriante, todo mundo me miraba como si fuera un ser de otro planeta, así que preferí sentarme en lo más lejos del comedor y comí lo más rápido que pude; la mañana me alcanzó para sentarme en la zona más apartada de los jardines a leer el resumen de la clase del día porque no fui consciente de mis anotaciones, pero no pude leer todos mis apuntes porque dos hombres que seguro eran unos estudiantes curiosos se me acercaron sentándose muy cerca de mí y comenzaron a hablarme, preguntando mi nombre, mi edad y si estaba interesada en tener un novio y para evitarlos decidí fingir que no entendía nada de lo que decían, les hablé en español y mientras ellos buscaban cómo comunicarse yo recogí todas mis cosas y salí corriendo de allí.

Es Mi PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora