parte 12 LA LLAMADA

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CAPÍTULO 12

HAE JOON

Han pasado dos días desde la llamada del corrupto Henríquez, en esas cuarenta y ocho horas hemos logrado rastrear la mitad de los archivos que Sara me entregó, sí... he acumulado poder y renombre, para mi familia, mi padre y mi futuro. En Venezuela somos una familia importante y tenemos aliados valiosos. Porque el lema de mi padre siempre fue "prevé, no des por sentado las cosas y haz aliados. El camino al éxito no se construye sólo". Desde que Sara llegó a nuestras vidas, pudimos prever la ambición de sus papás, pero jamás imaginé que caerían tan bajo. Sus negocios eran turbios, con muchísimo dinero ilegal, si exponiamos esto, iba a caer una de las redes más grandes de lavado de dinero en el país. Debíamos actuar con cuidado... pero no podemos esperar más. La vida de la mujer que amo está en peligro...

En esos dos días, me había dedicado a distraer a Sara, prácticamente vivíamos juntos. Con precaución para no incomodarla en su vida universitaria, manteníamos las apariencias. Puse una red de vigilancia a su alrededor con mucha discreción, su teléfono tenía un identificador y rastreador. Debía cuidarla, ahora que sabía de todo lo que esa escoria era capaz.

Hoy finalmente nos separamos, tenía compromisos ineludibles, un conglomerado de empresas que dirigir y controlar. Estaba en una de las oficinas de nuestra cadena hotelera cuando sucedió...

mi celular sonó, el número registrado era de Venezuela, la persona al otro lado del auricular... Marta Báez, la madre de mi Sara.

-alo, habla Marta Báez-un susurro apenas audible- señor Park Hae Joon, sé que este es su número... necesito hablar con usted- su voz temblorosa.- por favor escuché lo que tengo que decir y ayúdeme.

- Señora Marta, primero dígame, cómo consiguió este contacto... sino puede responder, no tengo nada que escuchar.- ira contenida en cada una de mis palabras.

- no me queda tiempo y a Sara tampoco. Entre las personas que lo rodean, hay un traidor, una mujer joven se ha contactado con mi esposo- un hipido detuvo su discurso- una mujer de apellido Kim, creo, ella fue quien pasó sus datos y yo logré conseguir su número.- otra respiración fuerte y sonora y no pude aguantar más, la avasalle con preguntas

-antes de que siga, ¿por qué debo creer su palabra?- le cuestioné sin inflexión.

-porque yo fui quien dejó la información en el computador de mi esposo, también fui quien le retuvo para que Sara pudiese llevarse toda la información y sí. Se que nunca he demostrado mi desacuerdo en la corrupción dentro de los negocios Henríquez pero la vida de mi hija peligra, usted la ama, yo nunca he sido una buena madre, pero no estoy dispuesta a seguir dañando el corazón inocente de Sara. Tuve que callar y aguantar mucho por temor de las amenazas de Carlos y me hundí en sus inmundicias, pero ya no más- sollozos se escuchaban y le hacían difícil hablar, casi creí sus palabras.

-digamos que creo lo que dice, debe darme una prueba de que no es otro engaño del rastrero de Carlos Henríquez.- su nombre fue ácido en mi lengua.

-le voy a decir todo lo que sé, no me molesta ir a la cárcel, puede comprobar lo que le voy a decir y usted decida como hacer. yo...- respiraciones profundas y sollozos entre palabras.- yo solamente estoy cansada, hay límites que no voy a cruzar, suena hipócrita viniendo de mí- su risa amarga hizo eco de mi propia amargura- porque he sido capaz de negociar a mi hija como mercancía, no creo que me entienda, pero me cegó lo que sentía por Carlos, su ambición se volvió la mía, hasta muy tarde me di cuenta que he actuado mal, muy mal.

-permítame que dude de su momento de arrepentimiento y vaya directo al punto de su llamada, veamos que tan valioso es lo que tiene que decir.- no podía creerle, las lágrimas de Sara estaban grabadas en mi corazón.

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