Lips

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Día 8: Confesión.  AU de strxberrykiss.

Dicen que confesarte es el acto más valiente y más estúpido que puedes hacer. Bueno, Samuel de Luque podía confirmar eso. Nunca supo cómo fue que saco el valor para decir lo que tenía dentro de él desde hace mucho tiempo pero lo logro. El noruego terminó por robarle el corazón más de lo que ya lo había hecho. Y es que, ¿Rubén no podía ser más tierno? Todo en él era tierno. Su forma de pronunciar las palabras en español, el como no podía dejar de ser tierno, el como le quedaba su sudadera, el como fruncía esos labios preciosos que tenía.

¿Se podía tener un fetiche con los labios? La respuesta, si le preguntaban a Samuel, era sí. Sin ninguna duda, sobre todo si eran los labios rosados de Rubén. Las veces que este iba a su casa a comer, le encantaba verlo, ver como su boca se abría y se manchaba de la salsa de algún pasta, carne o sopa. Era... Emocionante.

Sabía lo que iba hacer, era estudiado, sí, pero también muy valiente. Quería decirle a Rub todo lo que le encantaba de el, lo que sentía cada vez que el noruego lo llama a para hablar, le quería decir que lo amaba y tal vez, con poco de suerte, podría comerse esa boquita que le traía loco.

Se volvió a repetir mentalmente todo lo que le iba a decir al noruego. Esa semana se aseguró de ensañarse vocabulario que tuviera que ver con su declaración. Enseñarle las metáforas y las comparaciones poéticas. Se aseguró de hacer que Rubén entendiera que le amaba desde los primeros días que lo conoció.

Al llegar a la escuela estuvo todo el día ansioso. Desde la primera hora no había dejado de mover su pie izquierdo, y se puso más nervioso cuando le tocó compartir clases con Rubén.

Le pidió que esperara a que él llegara a su salón para ir a recogerlo. Rubén espero pacientemente, viendo cómo su salón se vaciaba mientras él se quedaba ahí, esperando. Comenzó a dibujar el rostro del mayor, con delicadeza en cada trazo, quería regalárselo como agradecimiento de las clases de español que le proporcionaba.

— Siempre me ha gustado como dibujas, Chiqui - La voz del mayor hizo que se sobresaltara y jurara en noruego. Volviendo a poner esa carita toda preciosa que tenía, Samuel juro que se derretía de amor.

— Gracias Samu, de hecho - Se detuvo un poco, analizando que tan mal le había quedado esta vez el dibujo -. Es para ti, solo que... No me quedo tan bien - Entrego el dibujo que era un retrato precioso para el poco rato que había tenido.

Y como no, se sabía de memoria toda la cara de Samuel y tenía toda una carpeta de retratos con su rostro, o su cuerpo, o Kira. Claro que le amaba, pero era cobarde, así que nunca le diría. Samuel admiro el dibujo preciso y hermoso, le sorprendió que supiera como era que se veía.

— Es precioso Chiqui, gracias - Le dio un abrazo y ahí lo mantuvo un rato -. Chiqui, ven, siéntate aquí, tengo que decirte algo importante.

La seriedad en Samuel le causó curiosidad, así que simplemente se sentó sobre el escritorio.

— Verás, desde el primer día te me hiciste interesante, no solo es por que eres de extranjero - La palabra de recién se la enseño hace no mucho -. Creo que, eres una persona grandiosa, hermoso, genial, guapo, tierno - Las palabras caían  en su mente y taladraban su corazón, ¿Era lo que pensaba que era? -. Yo, es que, Rub, quiero que, sea lo que sea que te diga hoy y ahora, no dejarás de ser mi amigo, ¿Me lo prometes? - Rubén solo asintió, con 0 dudas y una esperanza arrasadora en su corazón - Rubén Doblas Gundersen, te amo con todo mi corazón desde el primer momento en que te vi.

El silencio fue absoluto, el de cabello negro no sabía si eso era bueno o malo. Y el de cabello castaño analizando y llenándose de dicha al escuchar las palabras del mayor. Sin embargo, su proceso de felicidad lo llevó a poner una cara seria y con la vista perdida. Y eso para Samuel fue suficiente. Su mente lo llevó por el peor de los caminos, no le quería. Fin.

— Comprendo si no sientes lo mismo yo - Los labios de Rubén sobre los ajenos fue suficiente para que Samuel se sacara del canal. Rubén lo estaba besando... ¡Rubén lo está besando!. La sensación era maravillosa, preciosa, perfecta. Le calentaba.

— Jeg elsker deg også, Samuel - "Yo también te amo, Samuel" Sabía que no lo iba a entender, pero se lo dijo, y es que la emoción del momento le borro de la cabeza toda palabra en español que se sabía. Después de las palabras volvió a besar, beso que Samuel se aseguró de disfrutar como nunca.

Los labios de Rueben comenzaron a ser succionados con algo de fuerza, el dueño de estos solo se dejó llevar, después de todo, era la primera vez que besaba a alguien. Comenzaron a ser mordidos, con cuidado, lamiendo ahí por donde los dientes pasaban, y chupando por donde la lengua dejará rastro.

Con inseguridad, el noruego comenzó a abrir su boca de a poco, dejando al contrario explorar dentro de él. Samuel se separa lento, deseando quedarse pegado a esa boca toda su vida, pero las subes palmadas del menor lo hicieron hacerse Para atrás, viendo como este recuperaba el aire de a poco.

Rubén parecía tener droga corriendo por su sistema. Se sentía débil pero satisfecho, al notar sus piernas las cerró con cuidado. Que vergüenza que Samuel lo viera así. Samuel sonrió para si al ver la acción del más alto, así que solo siguió con su monólogo.

— Rub, ¿Quieres ser mi pareja? - Expectante ante la respuesta del menor. Este solo asintió. Avergonzado y al mismo tiempo feliz.

Dicen que confesarte es la cosa más valiente y estupida que a,guíen puede hacer pero, aveces las cosas pueden ir como uno quiere. Y eso Samuel lo podía confirmar.

💜 Rubegetta month 💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora