VINGT-HUIT

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Se colocó el traje que Sebastian le había encargado un día antes para que asistiera con este puesto al sepelio, su amiga iba hacer enterrada ese día, el de ojos avellana no podía creer que algo así estuviese pasando. –Es hora tenemos que irnos –era la voz de su hermano Jaebeom del otro lado de la puerta –compre lo que me encargaste –hubo un silencio ya que Jimin no respondió, solo salió y se dirigió al auto del mayor.

Al llegar al lugar había muchas personas que reconocía de la escuela y otras que suponía eran parientes o amigos de la familia, aunque estuviese lloviendo a cantaros se encontraban afuera de la iglesia donde se efectuaría la misa, ya que un grupo de chicas eran las que estaban dejando entrar a las personas, entre ellas pudo reconocer a Mina la presidenta del salón de Jiwo.

–¿Qué haces aquí? –Hoseok apareció frente suyo apenas salió del vehículo asustándolo.

"Camina e ignóralo, Jimin, Hoseok solo está herido y lo sabes."

Jimin no se giró, ya que sabía que ella no estaba detrás suyo y siguió mirando directamente a los ojos de Hoseok que lo miraban con desprecio. –¿¡Por qué!? ¿por qué no me dijiste que se sentía sola?

–Tampoco lo sabía –susurró Jimin mirando hacia abajo, ya no pudiendo mantenerle la mirada a Hoseok. Jimin rezaba porque Jaebeom encontrara estacionamiento rápido.

–Dime quién eres tú para que ella me diga que te proteja cuando no pude cuidarla a ella –gritó Hoseok con los orbes volcando mares de lágrimas que no pudo ocultar por más que quiso, aunque las gotas de lluvia estuviesen mojando su rostro por sus ojos rojos se podía apreciar que estaba llorando. Hoseok de repente tomó de las solapas del traje negro de Jimin, halándolo con fuerza, ambos podían ver lo destruido que se encontraba el contrario –¡regrésame a mi hermana! –su voz se escuchaba tan dolida y rota –¿por qué tenías que arrebatármela cuando todo empezaba a ir bien para ella? Si no se hubiera juntado contigo seguiría viva.

–¡Yo también la perdí! –fueron las palabras que Jimin soltó en un alarido, miro como su amigo se desmoronaba y algunas personas quedaron mirándolos hasta Taehyung quien se encontraba llorando en el hombro de Jungkook –sino fuera por mi ella no se hubiera juntado con nuestro grupo de amigos y puede que veas mal ahora lo que hice de pasar más tiempo con ella que con ustedes, pero ella estaba sola, necesitaba a alguien quien le dijera que asistir a terapia no estaba mal –"yo la necesito" lo pensó, pero no lo menciono.

–¡Alguien con problemas como tú, jamás iba hacer nada bueno para ella! Era mi hermana... puede que no pasaba tiempo con ella, pero yo la quería –las palabras que dijo Hoseok jamás se le borrarían a Jimin.

–Hola chicos, disculpa que los interrumpa, pero Hobi... tu mamá te busca –la chica les sonrió a ambos y a diferencia de ellos, ella parecía muy tranquila.

A Jimin le pareció extraño ver a Nayeon allí, ya que Jiwo parecía siempre querer evitar cruzarse con ella y su grupo en los pasillos de la escuela, además que había visto a está molestando algunas veces antes a su amiga, luego recordó a Jiwo decir cada que la chica la fastidiaba un "así jugamos ella y yo" quizás estaba descubriendo que realmente no conocía a su amiga y que esta tenía otros amigos aparte de él.

Quería irse, pero Jimin sabía que no podía hacerle algo así, tenía que darle el último adiós a Jiwo. Sacó valor y se quitó las manos de Hoseok de encima, miro a su costado como su hermano mayor llegaba con las rosas azules que le había encargado comprar al recordar que esas flores eran sus favoritas. Tomo el ramo para después dirigirse con este dentro del lugar.

Ya allí la mayoría de los asientos se encontraban ocupados, el lugar estaba decorado con flores blancas, al final del pasillo había varias coronas de flores, una foto en grande enmarcada de su amiga.

Jimin recordó ese día, Taehyung y Jennie le hicieron una fiesta sorpresa junto a la mamá de Hoseok, también ese fue el último cumpleaños que le celebraron a ella, el de ojos avellana inmortalizó esa sonrisa brillante de Jiwo y como la mamá de está le rogaba para sacarle la foto. Ahora Jimin agradecía que su amiga accediera, ya que no era muy amante de que le tomaran fotos.

En el medio de todo eso se encontraba el féretro, fue como un valde de agua fría Jimin en ese momento sintió todo más real ya no como un sueño del que quisiera despertar. Se fue acercando lentamente, sus manos le temblaban, su corazón latía acelerado y sus ojos ardían.

Al llegar la vio, parecía como si estuviese dormida, llevaba su vestido preferido era uno azul que Hoseok le había regalado, su rostro parecía inflamado y tenía un maquillaje que, hacia ver sus labios y mejillas rosadas, como si la sangre aun fluyera dentro de su cuerpo.

Dejo el ramo justo arriba del cajón, lo único que pudo hacer fue alejarse junto con su hermano y espero que alguno de sus amigos lo detuviera, pero ninguno se había atrevido acercarse a él, solo evadían su mirada, en ese momento supo Jimin que todos estaban de acuerdo con Hoseok y que era meramente su culpa porque no debió meterse en la vida de ella y mucho menos ser su mejor amigo.

...

–Por favor Anita noona, dígale a Markie que solo llegué treinta minutos tarde, que no fue mi intención, pero podría atenderme los minutos que aún me quedan –el joven tenía su carismática sonrisa falsa que utilizaba para engañar a las personas, estaba recargado en el mueble que lo dividía con la secretaria.

Ella tecleaba sin parar, lo miro justo en el momento que supo había terminado su discurso. La mujer tenía como unos treinta, cabello rizado hasta los hombros, con unos vacíos ojos cafés, Ana percibió con su nariz perfilada el olor dulce con el que distinguía siempre al peculiar chico de ojos avellana.

Ya que él siempre llevaba consigo una bolsa repleta de todo tipo de dulces, la mujer definía eso como un tipo de ansiedad ya que siempre le ofrecía a alguien más y no degustaba ninguno lo cual era extraño porque Jimin siempre miraba la bolsa anhelante.

–Sabes que no puedo hacer eso –la mujer volvió a teclear como si él no estuviese frente a ella, se podía escuchar el ruido que hacia el muchacho al hurgar la bolsa que contenía los dulces, dejo un puñado de dulces extranjeros frente a la mujer sabiendo que esos les gustaban mucho ya que le traían recuerdos de su país natal, ella lo tomó y aun así le señalo los asientos de espera –lo siento Jimin, pero sabes que tienes que esperar hasta que él se desocupe.

–Sí como sea... –dijo Jimin sin importancia, borró la sonrisa y miro de reojo los dulces de la bolsa, traerlos le traía calma, aunque no degustara ninguno.

Camino hasta las sillas de espera, pero cuando estaba por llegar se tropezó con una chica que estaba sentada en el suelo.

Ambos se quejaron por el dolor, al momento en el que Jimin iba a quejarse se topó con aquellos ojos que lo miraban con un puchero, reconoció esa cara ya que, aunque no se hablaran sabía de "la creída" hermana de Hoseok, así que decidido siguió su camino hasta las sillas, pero un golpe de un zapato en su espalda lo hizo girarse.

–Al menos discúlpate –se levantó de donde estaba y cruzó sus manos sobre su pecho.

–Nadie te manda a estar tirada en el suelo, por tú culpa casi me caigo –Jimin esperaba seguir discutiendo, pero ella se disculpó y decía que fue una broma.

Ese día Jimin descubrió que ella no era nada parecido a como él se la imaginaba, es más descubrió que ella era muy amigable, honesta y un poco torpe.

Se llevaron bien al instante ya que tenían en común que ambos escondían sus trastornos mentales, ella mediante miles de pastillas y Jimin siendo sociable, fingiendo y guardando sus traumas para él mismo.

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⏰ Última actualización: Aug 17, 2020 ⏰

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Profesor Min  ●○YOONMIN●○Donde viven las historias. Descúbrelo ahora