Walking the Wire •KatsuDeku •

La Cascada del Dragón

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Edit: Editare parcialmente los caps por que no me terminaba de gustar como me quedaron, no cambia en nada la historia solo cambie unas cosillas uwu besitos~

CAPITULO 2 .- La cascada del Dragón

Pequeñas colinas desaparecían pero unas nuevas estaban a la vista al momento, al frente lo único permanecía siempre era esa enorme montaña con las nubes siempre cubriéndola lo más alto celosamente. El camino se dividió, un sendero llevaba al siguiente pueblo, solo había estado un par de veces ahí pero no había algo que valiera la pena, salvo la taberna de las ranas donde trabajaba una antigua amiga. El otro lugar llevaba al Camino real, pero ninguno de estos era su sendero. Las riendas llevaron a Belly a internarse en el bosque, aun faltaba para llegar a su destino. Entre un grupo de gruesos arboles y espeso follaje encontró su atajo. Su madre le enseñó el camino desde los cinco años. Iba tarareando una canción que escucho una vez de un bardo que visitó el pueblo y después de un rato las palabras de Gran Torino llegaron a su mente de nuevo.

¿Qué era eso de que olor estaba cambiando? Izuku temía que fuera un mal presagio que no terminaba por entender. Recordó que una vez Shoto le dijo algo similar pero nunca lo tomó enserio y ese día solo terminaron riendo como siempre.

— Una carga valiosa... Incluso él pudo notar el libro —rebusco entre su bolsa y lo saco, no había podido darle un buen vistazo después de que la vela se apagará en la noche— Supongo que es el poder de los sabios, ellos sienten la magia después de todo.

Revisó de nuevo el mapa, las letras entre el dibujo era incomprensibles para él— Tal vez nunca encuentre el camino entonces...— habló para el viento y fijó su vista en el camino, la montaña se alzaba cada vez más frente a él ya estaba cerca del lago. Habían pasado cerca de cinco horas desde que salió de casa.

No todos conocían ese camino, era algo casi como un secreto que solo los Midoriya y quien sabía de herbolaria compartían. Un camino engañoso que solo los conocedores no tendrían miedo de avanzar. El lago era un lugar especial en medio del bosque muchos decían que ahí lloraban las hadas y que por eso las plantas y flores que se daban ahí era peculiarmente más potentes que las que nacían en otro lugar y un baño relajante en esas aguas cristalinas a cualquiera le sentaba bien. Bajó de su caballo y lo aseguró en un árbol, ya era hora de continuar con su encargo.

Pasaron cerca de cuatro horas más y una vez que sus bolso estuvieron repletos de todo tipo de plantas, raíces, corteza de varios arboles y flores se tomo un descanso junto a un sauce. Amaba ese lugar, el agua cristalina, la brisa fresca ,el olor de las flores silvestres; los árboles le ofrecían la mejor sombra y la montaña el mejor paisaje, se saco las botas y se tiró sobre una roca mientras sus pies se refrescaban sobre el agua. A su lado tenía una canastilla con las tartas de frambuesas, saco el libro y volvió a leerlo o por lo menos hasta donde podía entender. Permitió a su mente fantasear por un largo rato , su vista estaba fija hacia el cielo, las ramas de los arboles bailaban suavemente y una sensación de paz lo invadió, no fue hasta que un fuerte estruendo que cimbro todo el suelo como si del fin del mundo se tratase lo sacó de su ensoñación, provenía del bosque. Tragó duro, parecía como si los altísimos y gruesos arboles se rompieran como si fuera una ramita en el suelo y un rugido le dejo helado. A sus espaldas escuchó a belly alterado.

— Pero qué... — sus rodillas temblaron de miedo pero aun así se levantó agudizando sus sentidos. El estruendo se detuvo y vió a cientos de pájaros huir del lugar. — Esto es real... — se dirigió hacia el caballo y lo sujeto fuertemente a un árbol, se había alterado tanto que se aflojara el amarre — Tranquilo belly , todo estará bien, solo daré un vistazo — dijo mientras se calzaba de nuevo las botas y empezó a internarse en el bosque únicamente con su bolso atado a su costado, ahí guardaba una pequeña navaja curva con la cortaba corteza y una que otras raíces más nunca la había usado para defenderse.