CAPITULO 4 .- AyudaLa iluminación era cálida en la pequeña habitación de Izuku, en medio de la oscuridad solo estaba una vela y una silla de madera, no veía nada más; sobre la silla una mujer le daba la espalda, tenía una sensación familiar en el pecho que lo tranquilizó. Se acercó. Acunado en los brazos de la mujer se vio a sí mismo como un bebé pero ella no era su madre. Ella cantaba suave y su sonrisa le dio paz.
— Hay secretos que deben guardarse hasta el momento adecuado— Ella beso la frente del bebé y este le sonrío entre sueños. La mujer levantó el rostro y ahora lo veía a él a los ojos
— ¿Verdad? Izuku.
La voz de esa mujer le pareció tan reconfortante como su la de su madre.
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Los ojos le pesaban tanto que le costó abrirlos. Lo primero que vio fue el techo de madera, lo siguiente que comprendió fue era su habitación y estaba sobre la cama. Junto a la mesita cerca de todos sus libros ya no estaba la vela consumida de la noche anterior, si no una lampara de aceite forjada en hierro negro y con la insignia de fuego de los Todoroki.
— Izuku... —La voz sonó como un susurro en el viento, tan difusa que pensó que era su imaginación, lo llamaban con suavidad, creyó que era su madre pero notó que era una voz masculina. Giro débilmente su cabeza y se encontró con su amigo, el Príncipe Shoto tan galante y apuesto como siempre. La mitad de su cabello albina se veía casi como el cobre a al luz de la lampara y la mitad de su cabello rojiza solo se veía más intensa. Una cicatriz rojiza le atravesaba buena la parte izquierda del rostro desde la frente hasta debajo del ojo. Vestía su ropas elegantes de algodón, seda azul e hilo de oro, tardó unos segundos en comprender.
— Shoto... su alteza — se corrigió sonriendo e Intentó levantarse pero el otro lo evitó negando con la cabeza.
— Descansa, estas muy lastimado. — Izuku se resignó en un suspiro que hizo que le doliera todo, no sabía qué parte dolía más, luego su vista dio con el vendaje ajustado en su antebrazo derecho, ardía y punzaba y todo lo que paso aquella tarde volvió a sentirse real. — ¿Qué fue lo que te paso? ¿Fue una bestia? — inquirió Shoto preocupado.
Izuku lo miró y se mordió la lengua, Shoto probablemente no estaba del todo equivocado, aquel hombre tenía los ojos como de una bestia. Estaba dubitativo, sabía que no debía de hablar de todo lo que vio esa tarde después de todo las criaturas mágicas estaban prohibidas en Yuuei, eso todos lo sabían y ademas... pensó en el hombre herido en la cueva.
—N-no lo sé . — Era un pésimo mentiroso pero dijo una verdad a medias. Aun trataba de hilar los hechos desde el rugido en el cielo hasta que la noche cayó sobré él junto con un cansancio por todo su cuerpo y los gritos de su madre a lo lejos — Mamá...
— Ella esta bien, la convencí de que durmiera un poco pero no hizo caso y hace unos momentos bajó, está preparando algo caliente para ti — El Principe lo tranquilizo palmeando su mano derecha. Izuku le sonrío . Miró a la ventana, y el alba asomaba.
— ¿Cuánto dormí? ¿Cuándo llegaste? ¿Cómo me encontraron?
— Una pregunta a la vez. — El príncipe se acomodo en la silla sin perder su porte recto y comenzó a explicar — Solo han pasado unas horas desde que llegamos del bosque. Llegué ayer en la medía tarde y por ultimo tu madre nos guió a mí y a mi escolta por el camino entre los árboles. Se preocupó cuando no llegaste para el atardecer. Ese bosque es buen lugar para perderse, pero tú no eres de los que se pierde con facilidad.
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Walking the Wire •KatsuDeku •
Fiksi PenggemarA/B/O La vida de Izuku Midoriya, un joven sin magia y con curiosidad insaciable cambia cuando el Libro rojo llega sus manos. Una día de caza las cosas no salen como esperaba Katsuki Izuku Midoriya se dará cuenta que el mundo que conoce no es como c...