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Taehyung tenía los ojos cerrados, no quería ver el resultado, estaba a punto de sacar el resultado del tubo cuando alguien llamó a la puerta del baño. Metió el test de embarazo en el bolsillo de su pantalón, se lavó las manos y se arregló el cabello antes de abrir la puerta, descubriendo a su madre.

—¿Qué estás haciendo, cariño? —Chungha sonaba descorazonada—. ¡Tu padre te ha estado llamando los últimos diez minutos! Minjae dijo que estabas en el baño.

—Sí, yo me... me encontraba un poco mal. —Bueno, eso era más o menos verdad. Taehyung se encontraba mal. Pero no de la forma en que su madre interpretaba su malestar.

—¿Estás bien, cariño? —La voz de Chungha se volvió inmediatamente chillona, algo normal cuando la madre de Taehyung se preocupaba. Mientras trataba de controlar la urgencia de poner los ojos en blanco, Taehyung asintió.

—Sí, estoy bien...

—¡Bien! Tenemos unos cuantos trajes abajo para ti. Quiero que escojas tu favorito para cuando Minhyuk venga dentro de dos días. ¡Oh, señor! ¡Mi hijo se va a casar! ¡Esto es tan emocionante!

Chungha salió rápidamente de la habitación y Taehyung la siguió, atontado, vagamente consciente del test que se le enterraba en la pierna como un garfio. Entró en el salón y se encontró a su padre inclinado sobre tres trajes bastante exquisitos.

—¡Ah! Taehyung... ¡ven!

-x-

Jungkook estaba sentado en su habitación de su verdadera mansión. Su mansión era cinco veces más grande que su casa de verano, pero en ese momento a él le parecía una caja fuertemente comprimida. En su casa de verano había estado lleno de luz y alegría cuando Taehyung estaba allí y se metía con él. Cuando lo llamaba Casanova cada vez que él se refería a él como amour. Jungkook se pasó los dedos por el cabello y no oyó que se abría su puerta.

—¿Nene?

Jungkook se encogió inmediatamente. Al girar la cabeza a la izquierda vio a Sung Oh en la puerta con una expresión similar a la preocupación. Aunque nunca se igualaría a la preocupación de Taehyung cuando se ponía así.

—¿Qué quieres? ¿Es que no ves que no estoy de humor?

—Había pensado pasarme por aquí y ayudarte —susurró Sung Oh seductoramente mientras caminaba hacia Jungkook, balanceando las caderas en un movimiento circular. Eso le dio asco a Jungkook. Sung Oh se esforzaba demasiado y eso no le ponía nada. Taehyung era tentador incluso cuando no lo intentaba, y eso era algo especial que se añadía a su inocencia.

Inocencia que le había arrebatado Jungkook y, sin embargo, Taehyung todavía caminaba con la cabeza en alto.

—No necesito tu ayuda—dijo Jungkook en voz baja. Se levantó y se giró hacia él, con los ojos inyectados en sangre—. De hecho, no te necesito. Apreciaría que te fueras de mi casa y no volvieras nunca más. Hemos terminado.

Sung Oh abrió los ojos como platos.

—Estás... ¿rompiendo conmigo?

—Creo que ya lo he hecho. Y ahora, vete.

—¡Pero, Kook!

—Soy Jungkook. Es que... ahora mismo no te soporto.

Sung Oh frunció el ceño y se cruzó de brazos.

—Es por ese tipo que cuidaba de Ai, ¿verdad? ¡El padrino de esa niña ha hecho que rompas conmigo! ¡Sólo porque él sea el jodido V no quiere decir que yo no sea nada! Comparado conmigo él no tiene ningún atributo.

The taste of loveºKVºADAPTACIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora