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—¡Cógelo! —siseó Namjoon mientras Jungkook volvía a mirar su móvil con gesto vacilante. El tono de llamada seguía tocando una canción de pop japonés que se estaba volviendo indirectamente molesta. Jungkook miró a su prometido, que no tenía expresión en su cara, sólo molestia.

—¡¿A qué estás esperando?! —Namjoon alzó una ceja mientras Jin fulminaba con la mirada a su marido.

—No puede cogerlo, ¿verdad? ¡Han roto!

Jimin frunció el ceño y Taehyung suspiró.

—¡Cógelo ya! No va a colgar —insistió Taehyung y Jungkook, indeciso, respondió al teléfono y lo presionó contra su oreja.

—Aquí Jeon —dijo con la voz más estoica que pudo poner tras estar planeando su boda. Era una tarea dura sí, pero no era algo que Jungkook no pudiera hacer.

—¡Kook! —chilló Sung Oh al otro lado y Jungkook tuvo que sostener el teléfono a una mano de distancia de su oreja para evitar que se quedara sordo. Yoongi y Namjoon aguantaron la risa y Taehyung alzó una ceja con diversión. Jin y Jimin no dijeron nada, estaban acostumbrados a la falsa alegría de Sung Oh.

—¿Qué pasa? —inquirió Jungkook con voz seca mientras le lanzaba un guiño a su prometido. Taehyung puso los ojos en blanco y se giró, continuando en voz baja con sus planes.

—¿Qué? —gruñó Jungkook—. ¡¿Maldición, Sung Oh, pensabas que estaba de broma cuando dije hemos-terminado?!

Eso captó inmediatamente la atención de Taehyung y su cabeza giró en dirección a donde Jungkook parecía que iba a explotar de ira. Sus labios estaban presionados en una fina línea y sus ojos estaban fuertemente cerrados. Parecía estar muy cabreado en ese momento y Taehyung apostaba a que estaba enfadado con la persona que tenía al teléfono.

—¡¿Qué?! —Jungkook estaba alzando la voz—. ¡No, no estaba de jodida broma!

—¿Pensaba que estaba de broma? —Jimin parecía divertido y Jin tuvo que contener la risa. Namjoon y Yoongi se contuvieron para no reírse, pero sus rostros violetas tampoco ayudaban demasiado. Sus caras cómicas en una situación tan graciosa fueron demasiado para Jin, que estalló en carcajadas.

Jungkook le lanzó una mirada asesina y Jin se calló inmediatamente.

—Nadie se está riendo —dijo Jungkook severamente y Jin apretó una mano sobre su boca.

—¿Ups? —fue un sonido ahogado que escapó de entre los huecos de sus dedos. Las manos de Taehyung estaban cerradas en su regazo y la mirada baja. Eso no pasó desapercibido para Jungkook. Gruñendo con impaciencia, devolvió su atención a Sung Oh que parloteaba al otro lado del teléfono.

—¿Has terminado? —Alzó una ceja, un movimiento inconsciente.

Un poco más de parloteo antes de que Jungkook cerrara los ojos, frustrado.

—Deja de tener esperanzas —afirmó Jungkook con calma—, y déjame seguir con lo que estoy haciendo.

Taehyung asumió que Sung Oh le había preguntado qué estaba haciendo basándose en la mirada amenazadora que cruzó sus ojos.

—No es que sea asunto tuyo, pero estoy planeando mi maldita boda.

Otra pausa.

—¡Sí, con Taehyung!

Otra pausa.

—Ya te lo he dicho —Jungkook sonrió con suficiencia—, hemos terminado. —Y colgó.

Todos permanecieron callados un rato antes de que Yoongi, el único valiente, hablara por todo el grupo. ¡Demonios, incluso Taehyung estaba asustado y él era su legítimo prometido!

The taste of loveºKVºADAPTACIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora