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—¿Por qué me odia tanto tu padre? —inquirió Jungkook mientras estaban sentados en la limusina que los llevaba a la casa de Jungkook en Tokyo. Taehyung tenía las manos entrelazadas en su regazo mientras miraba a su marido con expresión de sorpresa.

—¿Perdón?

—¿Por qué me odia tu padre? —repitió Jungkook—. Digo, si está dispuesto a casarte con alguien tan mierda y ni le importa que ya esté yo casado contigo... es obvio que me odia. ¿Por qué? —Taehyung tenía que admitir que era un argumento lógico para una pregunta aún más lógica.

—Simplemente te odia. —Taehyung se encogió de hombros, no tenía muchas ganas de explicarle por qué su padre odiaba a una de las personas más ricas del mundo. Era una de esas cosas sobre el honor y el respeto que tenían los ricos. Jungkook había deshonrado a Yesung, por lo que Yesung no le mostraba ningún respeto a Jungkook. Eran un montón de trivialidades.

—La razón, por favor —exigió simplemente Jungkook y Taehyung se encogió, ahora sabía cómo había llegado tan lejos en el mundo de los negocios. Este hombre sabía lo que quería y lo obtenía tanto si a los demás les gustaba como si no. Y ahora estaba atrapado en un falso matrimonio con ese hombre. Oh, no podía esperar a contarle que estaba embarazado de él.

Nótese el sarcasmo en esa última parte.

—¿Necesita una razón? Yo odio el marrón y no tengo ninguna razón que lo justifique —El argumento de Taehyung era ilógico y Jungkook resopló, sabiendo que éste era uno de esos días en los que podía ganarle a su querido esposo en una batalla de ocurrencias.

Pero, puede que, si esta sensible, le estuviera afectando el embarazo. Jungkook estaba empezando a preguntarse cuándo se lo diría... ya habían pasado casi cuatro días desde que estaban juntos... y casados.

—Ya sabes a lo que me refiero, Taehyung —bufó Jungkook y Taehyung puso los ojos en blanco.

—¿Y?

—Dime por qué me odia tu padre.

—No lo sé.

—Sí que lo sabes.

—¡Que no!

—¡Que sí!

—¡Que no!

—¡Que sí!

—¡Que no!

—Que... hemos llegado. —Jungkook detuvo su discusión infantil con tanta facilidad como la había empezado. Taehyung parpadeó con sorpresa antes de poner los ojos en blanco. Jungkook salió de la limusina y se dio la vuelta, extendiendo su brazo hacia su esposo.

Taehyung lo apartó con un golpe y salió por sí mismo. Justo cuando salió de la limusina se tambaleó y Jungkook lo cogió, sonriendo con altanería. Taehyung abrió los ojos como platos al ver su casa.

—Vives... en... esa... gran... ¡¿COSA?!

—Corrección, vivimos en esa gran cosa.

—¡Ni siquiera creo que pueda ser calificada como casa! —Taehyung estaba completamente sobrecogido. Ni su propia casa llegaba al tamaño de la pantagruélica montaña que tenía por casa.

—En realidad se le califica como mansión. —La actitud arrogante de Jungkook hizo acto de presencia al impresionar a su esposo con tanta facilidad con su gran casa. Ya vería cuando viera el interior. Las bajas lámparas de candelabros del tamaño de camiones iban a dejarlo patidifuso.

—Creo que debería ser calificado de castillo elevado a diez. —Taehyung no notó que el brazo de Jungkook estaba envuelto alrededor de su cintura. Al dar un paso adelante, el brazo de Jungkook tiraba de la cintura de Taehyung mientras él caminaba inconscientemente a su lado.

The taste of loveºKVºADAPTACIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora