IV

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Iniciaré mi viaje por el seductor camino de la inconciencia, me sumergiré en las tinieblas, vagaré por los infinitos campos de nada, visitaré a los viejos fantasmas, situaré mi vivienda en las orillas del Abismo,
y moriré..

Partiré solo, y desde donde no se vuelve, soñaré con los vivos, con sus alegrías y sus miserias, con su búsqueda constante por dar con aquel pequeño idilio llamado felicidad,
y moriré..

Ya no sentiré en cíclica ilusión ni pesará la amarga condena sobre mi espíritu. Seré libre, seré egoísta, no me importará el destino, sólo seré en el recuerdo de los vivos,
y moriré..

Partiré solo y sin rumbo, las arenas del tiempo ahogarán los miedos, y sin el miedo, sin la necesidad de fingir, de ser alguien que no soy, dejaré muy atrás el amor y el odio (dos delirios que se confunden hasta matar y despedazar el alma),
y moriré..

Llegaré hasta donde me espera el eterno cadalso, siempre con la mansedumbre de la aciaga quietud en los huesos,
con toda la macabra presencia del amor corroído por el tiempo,
y moriré..

El último AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora