𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐈𝐕𝐄

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐅𝐈𝐕𝐄

𝘉𝘭𝘢𝘤𝘬 𝘢𝘵 𝘏𝘰𝘨𝘸𝘢𝘳𝘵𝘴

𝑵𝑨𝑻𝑯𝑨𝑵𝑰𝑬𝑳 fijó sus ojos claros en la poción que tenía frente de él

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𝑵𝑨𝑻𝑯𝑨𝑵𝑰𝑬𝑳 fijó sus ojos claros en la poción que tenía frente de él. Para él, todas las pociones del mundo eran lo mismo. Pero si quería sacar un Extraordinario en quinto (si, ya se estaba preocupando por los TIMOS) tenía que comenzar a mejorar su nivel en la materia.

Viéndolo con sus ojos ámbar, Elizabeth Diggory intentaba que Nathaniel pudiera identificar la poción frente a él, que era la sencilla e incolora poción de la verdad. Pero parecía que el chico no tenía ni idea de lo que era aquel brebaje.

-Es el filtro de la verdad-le dijo Elizabeth. Nathaniel soltó un resoplido y apunto de romper el frasco donde estaba la poción se sentó y se calmó. Sin duda estaba empeorando y enojarse no ayudaba en nada.-Te enseñaré a realizarla.

-No pude identificarla, ¿que te hace creer que podré ser capaz de realizarla?-le espetó Nate a Elizabeth. Ella sonrió.

-Porqué yo te voy a ayudar-dijo como si fuera obvio.-Abre tu libro en la página 394 y léeme la primera instrucción.

Nate refuñó pero obedeció. Sinceramente, él no se sentía molesto. Era imposible enojarse cuando la chica frente suyo le sonreía abiertamente, le ayudaba y le explicaba cuando él necesitaba ayuda. La chica ni siquiera parecía ofenderse por el frío trato de él, de hecho, parecía hacerla más cálida. Nate estaba ligeramente descolocado por las acciones de la castaña.

Leyó las instrucciones para ella. Elizabeth le indicó los ingredientes y él estuvo un rato memorizando cada ingrediente, Elizabeth de repente le soltaba un dato curioso de cada uno y él lo anotaba en su pergamino. Notó de inmediato que la chica pudo haber quedado en Ravenclaw por la inteligencia que poseía, pero entendía porque había quedado en la misma casa que él. Era buena persona, se notaba.

Aún existía la duda, tres años después de su selección, de porqué un Snape estaba en la casa amarilla. Con el humor que tenía, mínimo pudo ser Gryffindor, como Andrew, pero no. Algo hizo que el sombrero, con sólo tocar su cabeza, fijara su destino en aquella casa que le parecía repugnante a Nate. No era que no le encantara, pero él sabía que esa decisión era un error. Dolores parecía ser más adecuada a ser expulsada antes de que él quedara en aquella casa. Pero ni a ella la habían expulsado, y él no quedó en la casa de sus sueños.

Él idolatraba a su papá. Quería ser tan bueno en todo como él, pero ya había fallado en dos cosas importantes. Severus Snape era Slytherin, y era un dios con las pociones. Nathaniel Snape era Hufflepuff, y era un asco en pociones. Eso ya le había dado una idea a Nate de que definitivamente su destino era ser todo menos como su padre.

Dolores en cambio, a perspectiva del chico de ojos azules como los de su madre, creía que era un mini Severus Snape. Slytherin y se notaba, la chica de cabello negro y ojos negros era el reflejo de su padre. Callada, introvertida, odiaba a todos (o al menos eso parecía), odiaba a Potter, tenía un odio por todos los Gryffindors, era una diosa en pociones y defensa contra las artes oscuras, y claro, era Slytherin. Eso era lo más importante, Nate deseó toda su vida pertenecer allí.

𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐍𝐀𝐏𝐄 𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora