La visita nocturna de Bola de pelos.

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Spin off de caperucita Roja por mi aguantado trasero en cuarentena.
Cuánto extraño a Rojo.

Es un oneshot.

Me gusta decirle al lobo feroz 'Bola de pelos'.


No pude dormir por ese maldito calor, empujé las sábanas al suelo y no conseguía quitarme la sensación. Me quedé en ropa interior y un polo sin mangas rosado, aún mi piel despide sudor luego de la cuarta ducha que me doy en la noche.

"Podría apagar mi lámpara" pensé, aunque algo me impedía hacerlo, más bien alguien. Este calor me recordaba cuando la bola de pelos me secuestraba, pasaba horas desnuda, sudando y llorando con él encima mío, toda una bestia. Me sujetaba de las muñecas y a veces le gustaba hacerme llorar diciéndome que me iba salir de mi pancita un bebé, yo creo que me saldría un perro.

Claro, perdí el sueño completamente no solo por este maldito calor, sino por el sentimiento de que me falta algo, tal vez quisiera que el peludo idiota también sintiera lo mismo y venga, entre por mi ventana gruñendo y derribándome.

Me acerqué a abrir la ventana y el aire enfrió mi piel empapada de calor, sentí un poco de escalofríos. Observé el vecindario, ningún movimiento, casas apagadas, todos inconscientes menos yo. En ese momento vi una gran silueta en cuatro patas venía a toda velocidad hasta mi ventana. Se detuvo ocultándose entre arbustos y me observaba.

Mis pechos se endurecieron, tal vez por el viento, pero no logró quitarme eso que sentía, era urgente que me refresque o me quite está sensación cuanto antes así que, sin quitarle los ojos al perro, lentamente me quité el polo y lo tiré al suelo. Me quedé así ante todo en el pueblo, pero nadie me vería, nadie estaba despierto, solo él y yo.

En tres saltos se mete a mi habitación, sus ojos brillaban y no dejaba de salir baba de su boca, vi que le dolía estar duro y me se llevó el índice sobre los labios, haciendo 'Shhhh' y con la otra me atraía, señalando su cosa esa.

Dudé un momento y me tomó del brazo, su garra encajaba en la mitad de mi brazo, me puso sobre mi cama, retiró mis bragas y su lengua empezó a saborearme ahí abajo, las cosquillas estaban atacando ese sentimiento, que se quería escapar de mi boca en forma de ruidos raros que Bola de pelos los tapaba con su garra.

"No hagas tanto ruido, pequeña." Sus palabras las decía bajito y cerca de mi sexo.

"N-no puedo-- es tu culpa..."

"Mía? Ja, eres tú la que me estuvo provocando" Se detiene y se queda arrodillado, agarrando mis piernas y colocándolas a los costados "mira lo que has hecho, esto no está bien." Estaba bien grande.

"Mi mamá me va a matar, estás loco."

"Me alegra que esta vez la excusa sea que no quieres ser descubierta y no porque no quieres" traza esa sonrisa que odio "Sé sincera, pequeña: ¿harás muchos ruidos lindos?"

Asentí y empezó a frotar la punta contra mi clítoris, aguanté el aire "Dime, si no lo harás, empiezo a jugar contigo, eh?"

Estaba muda, si abría la boca yo sabía muy bien que no iba a ser la respuesta sino algo peor, que haría a mi mamá despertar.

Su cosa empezó a empujar mi entrada mientras me susurraba 'dime, dime' por un momento sentí que iba a explotar, quería detenerlo y a la vez no.

Empezó a ver una lágrima saliendo de mi ojo y rápidamente me levantó, volvió a su forma de perro muy grande me envolvió en mi sábana y me subió a su espalda.

No quería dormir, después de todo.

De un salto hacia mi ventana veía todas las casas pasar rápidamente y luego solo veía árboles, me estaba llevando al bosque. Al encontrarse con el río sigue la corriente hasta llegar a la laguna que guarda el agua del río. Es uno de mis lugares favoritos en el verano y Bola de pelos lo sabe, aprendí a nadar sola y al salir siempre me lo encontraba para jugar.

"Llegamos, mi niña. Espero tengas muchas ganas de nadar conmigo o si deseas jugar también puedo darte mucho amor" me dio tanta vergüenza que esperé a que se vuelva humano y me derribara al suelo "si no dices nada, lo consideraré un 'ahh más~' "

Enrojecida arrojé lo único que me cubría el cuerpo y me metí al agua lo más rápido que pude. Quería ir al centro de la laguna, pero lo escucho decir que tenga muchísimo cuidado. Nada mil veces más rápido que yo, lo suficiente como para otra vez llevarme en su espalda.

"Mi niña, ¿Practicaste tu respiración?"

"Un poco"

"¿No me mientes?"

Negué con la cabeza, se sumergió, se dio media vuelta y me besó por diez malditos segundos. Ya en la superficie jadeando desesperadamente y él tan tranquilo burlándose de mí.

"Guarda eso cuando esté dentro de ti, niña." Trazando su estúpida sonrisa, me sostiene en sus brazos frente a frente y me observa, tanto que me incomoda.

"Qué te pasa, tonto."

Él se ríe suavemente "Te miro, mi niña. Observo cada gesto que haces, al reír, al llorar, al estar al borde del placer..." Salpiqué en su cara para que deje de decir cosas tan tontas y siguió con la misma dulzura "...cuando me extrañas, cuando me despido de ti y no me vez días de días, y extrañas que vuelva para jugar contigo. Las primeras veces me tenías tanto miedo y ahora ni bien me vez te emocionas ahí abajo, me encanta. Cada vez eres más mi niña."

Yo no sabía que decir, menos que golpearle, pero si sabía que debía darle un beso porque no sé, algo en mi estómago me hizo sentir que sus labios tenían que encontrarse con los míos, mi lengua también se emocionaba en rozar la suya y eso hice.

Sin alejarnos del beso Bola de pelos empezó a salir del agua, cargándome en sus brazos. El agua hacía mi cuerpo deslizar y mis partes rozaban su cosa que seguía muy dura, estaba caliente a diferencia de su cuerpo. También mis partes estaban húmedas de otra cosa al saber cuán grande estaba.

"...Bola de pelos."

"Sí, mi pequeña?"

"Quisiera... Quisiera jugar."

Sus pupilas se dilataron horrible y me puso sobre mi espalda, sin quitarme los ojos de encima, una gota de saliva caía de su lengua a mis partes y con la punta esparcía si saliva en mi sexo, me dio otro beso, empezó a entrar tan lento como el beso hasta que luego de un largo rato ya se encontraba embistiéndome y yo le gritaba cosas vergonzosas, me pedía que dijera cosas y también me puso sobre mi pancita y me dio más fuerte todavía, ya sentía que mis ojos se llenaban de agua, Bola de pelos entraba y salía tan fuerte que mi mente se volvía en blanco y ya no podía gritar. Empecé a escucharlo respirar rasposamente me avisó que iba a acabar y acabé antes que él, después que mi pancita se llenó de electricidad y cosquillas sentí su líquido entrar, cálido y espeso. Me gustaba que haga eso.

***

Desperté en mi cuarto de nuevo sin sensación de calor ni sudor, había amanecido y estaba sin ropa, me dolía un poco mis partes pero me alegro saber que no fue un sueño.

Igual lo odio por siempre extrañarlo tanto.

SuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora