"Otro día de mierda" Azul llega con las justas al tren. Es empujada por más personas tras ella, y las puertas se deslizan hasta encontrarse, sellando a la multitud en una apretada situación.
"Otra semana de mierda" maldice el día en que el cuerpo humano desarrollo el tacto, con su cuerpo se iba encontrando con cada hueso, codo, hombro, pelvis y estómagos voluminosos contra sí. Sentía como el hedor de algunas personas penetraban en su cerebro todos los malditos días. Golpes al pecho o su rostro en la mayoría de los viajes. Agradece no tener busto; sin embargo su genética fue muy generosa con sus caderas. Siempre roza todo en ese asqueroso tren. Siempre hay tacto masculino en su cuerpo. En ese tren, en cada viaje 5 de cada 5 hombres que 'accidentalmente' tocan su trasero, desarrollan lesiones en las manos. Pero el tacto está grabado en su cerebro.
"Otro año de mierda" masticar para sí. Como si maldecir su mañana apretada y manoseada en ese tren fuera su pan de cada día, hasta llegar a la universidad.
Una vez dentro del ámbito académico, es otra chica. Con una voz naturalmente delgada, apenas se digna a alzarla para responder una pregunta, exponer o coordinar trabajos grupales. Probablemente juegue bajo el rol de 'invisible'. Tiene miedo que alguien la note, y le haga preguntas estúpidas. Pero también quiere tender la trampa, como en los viejos tiempos.
Una Azul de trece, en uniforme escolar saltando por el parque tras su casa, atrajo a su vecino hasta un basurero. Este muchacho le era infiel a su novia, y Azul tuvo la amabilidad de coquetearle y exponerlo ante esta chica. Sin embargo, en el basurero, este muchacho fue brutalmente atacado por algo. En su cuerpo sólo hay eternas hendiduras de garras. Parece haber sobrevivido al ataque de un tigre.
"Azul?" Una voz de confianza trae de vuelta a Azul.
"Sí?" Inocentemente trata de ignorar su sed de volver a despedazar idiotas.
"Nada de 'si~', responde, vienes o no"
"No sé de qué me hablas, Pato--"
"Azul... Quiero que me ayudes a decorar mi casa. El 31 es ahorita."
"Oh, supongo que sí. Será divertido."
Misma mierda cada vez que Pato hace sus fiestas el 31.
Ebrios y ebrias rebotando o balanceando torpemente en las paredes, el suelo o la habitación de Pato.
El baño hecho un infierno bilioso.
Pato ebria sobre Salmón.
Azul en alguna esquina, tecleando con los dedos temblando una carta de amor a su sed de violencia.
Misma mierda.
"Pensaba en invitar a gente de Arte, no hay peligro, verdad?" Pato supo de aquél muchacho en esa facultad.
Puso el mundo de Azul de cabeza.
Azul vacila.
Algo se forma en su estómago.
Traga saliva.
Aprieta sus mangas y asiente.
"Entonces, este sobre va para él..." Bromea Pato "...Yo no deseo entregarle la invitación a ese--"
Tan pronto los ojos de Azul se posan en el sobre, ella ya se encuentra fuera del comedor hacia la facultad de Arte. Ella jura haber escuchado a Pato suspirar fuerte por no saber qué hacer con su amiga perdidamente enamorada de un enfermo.
***
"Disculpa--"
Rojo escucha una seda acariciar sus oídos, vibrando hasta su lengua. Detiene un dibujo de la anatomía de un conejo a medio terminar. Se puede apreciar con detalle todos y cada uno de los órganos, tractos sanguíneos, y los ojos brillantes como a punto de llorar.
Descubre su rostro bajo su sudadera, levanta la mirada y pese a encontrarse sentado en el suelo, no ve a Azul más que un simple conejo, como el de su cartulina: totalmente estudiado y minuciosamente detallado. La observa extendiéndole el sobre y percibe su mano temblar en angustia, no se decide si tiembla por aceptación o vergüenza.
"Una simple llamada o mensaje de texto habría servido-- Querías verme, no?"
Azul asiente.
Rojo recibe la carta y guarda sus cosas. Le traza a Azul un camino con la mirada hacia el baño. La orden es clara.
Azul gira antinaturalmente y camina hasta el baño de hombres. Se dirige y entra a la cabina del fondo. Uno que otro muchacho se congela al verla y salen, otros se quedan hasta que unos minutos entra Rojo y los que quedaban deciden abandonar el baño.
Hasta aquí, auxilio. El encierro me consume. Tomen awa.
lxs tkm
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Suya
RandomMaldita sea, dos años y termino la escuela, solo dos años más y me largo de aquí, estudiaré Artes Escénicas y seré una gran actriz sobre las tablas. Mis sueños, aspiraciones y yo. Nadie más. Todos los días lucho contra mí misma, convenciéndome que u...