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«Siempre me preguntaba cómo sería matar a alguien.»


Emma

Sus dedos recorriendo cada parte de mi cuerpo me tenían al borde de la excitación, jamás había experimentado algo así, joder que bueno dedos tiene. 

—Tienes muy buenos dedos —le hago saber— necesito mas por favor. 

—Eso pídeme y ruégame que te de mas, hoy estas a mi merced. 

—Mierda...—dos de sus dedos se iban introduciendo dentro de mi lentamente, esta tortura iba a acabar conmigo definitivamente. 

Poco a poco fueron entrando y saliendo de mi, estaba mas mojada de lo normal. 

Este chico definitivamente me ha calentado hasta el cerebro. 

—Estas estrecha dulzura, y no sabes como me encanta — susurro con una voz ronca en mi oído, parece que esta noche si tendré mi orgasmo. —Te hare ver la luna, las estrellas y la maldita galaxia dulzura, jamás dejes que te den menos. Te merecen lo mejor y esta noche te dare el mejor orgasmo de tu vida. 

Menciono entrando en mi de una sola estocada. 

Creo que necesitare una silla de ruedas.

Y si que fue mi mejor orgasmo. 


—Walter por favor haz silencio. —le digo tratando de normalizar mi respiración al recordar lo sucedido anoche. 

Solo con pensarlo ya estaba mojada...mierda. 

Este chico si que me dejo marcada.

Es sábado de mañana y tan temprano suena el teléfono ... esperen es el teléfono, no es Walter, me levanto un poco agitada y busco el pequeño aparato que no se donde lo deje.

Busco unos cuantos minutos más y doy con el.

—Si bueno días 

Señorita Emma buenos días, me disculpo si la interrumpo.

—Señor Lee, para nada ya estaba despierta puedo ayudarle en algo—mentira baboso, me interrumpiste mi recuerdo. 

Es bueno escuchar eso, de hecho si necesito su ayuda. La chica que le tocaba turno completo hoy no pudo asistir  por enfermedad y como es su día libre quisiera que usted cubra ese lugar, de paso le da indicaciones al nuevo empleado. Gracias

Si...claro.—ni siquiera pregunta solo me ordena, viejo estúpido si tuviera otro trabajo hace rato me hubiese largado de allí. 

 Muy bonito. Justo hoy mi día libre se le ocurre enfermarse a no se quién y a parte me cogen de guía turística muy bonito.

Miro a Walter allí mirando a la nada pensando en la ñaña...digo pensando en la nada

—Lo siento Walter no quise decir eso y si tal vez debí decirle que estaba de viaje  para pasar el día contigo pero ya no puedo hacer nada.

Y antes de que haga más tarde me doy una buena ducha para quitar un poco la mala noche bueno no tan mala jeje.

Mientras me ducho miles de recuerdos invaden mi mente, preguntas sin respuestas. Me pregunto que se sentirá tener una madre que te despierte que te diga lo orgullosa que esta de ti, aquella que en tus peores momentos te diga que ella siempre va a estar allí.

SECRETSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora