Sibila

Sibila (Introducción)

"Querido Chat Noir:

No quiero olvidarte, pero sé que lo haré; esta maldición que llega dentro me condena a permanecer alejada de todo ser amado que tenga. Y, como sea, mi cuerpo humano ya habrá muerto para entonces.

Sólo espero que para este momento tú ya hayas conocido a alguien más, vivas como un adolescente normal. Espero que logres salir adelante después de todo."

Adrien era incansable. No se rendía fácilmente. Los padres de Marinette habían sido muy amables, al menos su madre; había aprendido a usar la computadora después de noches enteras de práctica, trabajando en un café local más el préstamo que le había hecho el campesino había juntado para un teléfono.

Sabía que tenía que haber alguna forma de salvar a Marinette. Debía haber otra forma de entrar a ese mundo sin el libro. Después de noches de búsqueda acerca de lo que le había sucedido al reino del que le había hablado Fu, druidas y cosas relacionadas a la brujería, no dio con nada. No fue hasta que casi por acto de suerte se encontró con una historia muy peculiar en la red acerca de un nombre que le resultaba familiar.

"Madame Chamak"

Era más de una las historias sobre ella. Algunos la llamaban "Prime Queen". La historia decía que por alguna razón que nadie se explicaba, cada vez que daba la media noche todos los canales televisivos eran interrumpidos por la imagen de una mujer y lo que parecía ser una casa en decadencia. Adrien decidió confírmalo, hallándose con que esa casa en decadencia era en la que Marinette, Volpina y él habían estado.

Entonces, de alguna manera, Madame Chamak lograba estar en contacto con este mundo, sólo debía averiguar cómo.

Quizás todo sería más fácil cuando encontrara a Edward para ayudarlo.

Luka, a Viperion le gustaba hacerse llamar Luka con este cuerpo de humano. Salir de aquel lugar no fue tan imposible como le había dicho su compañero de habitación; si él había creído que su cuerpo era frágil los de las otras personas lo eran aún más. Encargarse de ellos no fue tan complicado, es más, resultó exquisito puesto que hubo sangre de por medio.

Este nuevo mundo era extraño, pero podía averiguar cómo relacionarse en él. Las personas eran muy manipulables, sobretodo los más jóvenes, eran demasiado egocentricos; sólo menciónales los fantásticos que son cada uno y ya. Tenía que hacerse de una fama para poder atraer a las personas indicadas, alguien que le ayudara a sumergirse en un mundo más oscuro aún estando ahí.

—¿Me invitas un trago?— regresó a ver quien más estaba cerca de la barra de copas. Una mujer de cabellos morados y chaqueta de cuero lo miraba con una sonrisa petulante. Luka dio un sorbo a la bebida.

—¿Y tú eres?— cuestionó alzando una ceja, la mujer nada más soltó una risa y se acomodó a su lado.

—¿Acaso eso importa?— preguntó la mujer junto con una sonrisa coqueta. Luka no entendía sus juegos, pero se sentía intrigado por un tatuaje que tenía en su cuello, el dibujo le resultaba familiar. Le sonrió.

—Mesero, una copa igual para esta dama.— ordenó sin dejar de ver a la chica. El bartender fue por la bebida mientras los dos no se dejaban de contemplar. Luka abrió la boca dispuesto a romper su duda.

—¿Y qué es esa marca?— preguntó mostrando su claro interés en ella. La mujer se tocó el cuello sabiendo a lo que se refería el muchacho y finalmente, sonrió.

—¿Sabes lo que significa?— respondió picara. Luka hizo un ligero movimiento con sus manos hasta llevar sus dedos hasta la marca de la mujer y dibujó una sonrisa con coquetería.

—Es probable.

Ya sabía quién lo guiaría hacia su meta.