"Querido Chat Noir
Lo que eran ecos y palabras poco entendibles se han vuelto palabras articuladas que pronuncian mi nombre. El rey destronado me está llamando, sólo que no sé de dónde, su voz parece rebotar por todo el lugar, incluso parece querer que la bruja lo oiga.
Es atemorizante, puedo ver que incluso las bestias no soportan ese sonido. Me preguntó si todos lo oirán de igual manera, de ser así a ellos les ha de susurrar pesadillas pero a mí sólo me llama por mí nombre, porque he visto bestias que hasta se arrancan los odios por tal de no oírlo.
Quizás sea mi aliado, fue tu padre en tu anterior vida ¿Qué tan malo puede ser?
Desearía que me pudieras responder esta carta, saber qué es de ti ahora, si vives la vida de un adolescente normal.
Si has vuelto a amar..."
Kagami observaba al chico desde el otro lado de la habitación que ella rentaba. Era joven, quizás hasta tenía su edad: se preguntaba si tenía una familia que lo buscaba, de alguien que huyera.
Porque estaba segura que ese monstruo que tenía en su interior era algo que lo alejaba de todo ser amado.
Ser amado...
—¿No piensas comer nada?— le sugirió la azabache sacando sopa instantánea de un estante y poniéndole el agua de la cafetera. Él seguía pensativo, con su cabeza pérdida lejos de ahí.
¿Qué podía estar pensando un sujeto como él? ¿Pensaba él o la criatura extraña que vio?
¿Por qué no corría de él? Cualquier persona normal lo haría.
—No tengo mucho apetito hoy, Ryukko, gracias.— le dijo con una débil sonrisa. Ella negó y acercó un vaso de sopa instantánea hasta donde estaba él para después sentarse a su lado.
—Tienes que dejarla calentar, cuando el agua caliente allá dejado blanda la pasta la podrás comer.— él asintió y después perdió su vista en el humo que escapaba del vaso.
¿Por qué siempre lucía tan triste?
—Adrien ¿Quién es la persona que quieres recuperar?— el rubio regresó su mirada hacia ella, la fémina sólo soltó un suspiro.— Es decir, espero no ser demasiado entrometida pero... ¿el haberla perdido tiene algo que ver con la cosa que vi hace rato?
Adrien alzó la mirada al techo y soltó un soplido. Es cierto, por poco se le olvidaba que durante los segundos que estuvo él en La Frontera Penny y ella lo observaron en su forma demoniaca.
Pero ni siquiera sabía dónde empezar a explicarlo.
—¿Te dijo algo?— le preguntó a Adrien. La chica apartó su mirada y abrió su sopa, su estómago rugía, ya quería que estuviera lista.
—Casi nada, en realidad; era más por la manera en cómo me observaba, tenía miedo de que me hiciera daño, y me dijo algo que no te he contado a ti, algo que no le he contado a nadie, en realidad.
Adrien se sentía sorprendido. Según lo que le había dicho Marinette, Chat Noir era un ser sin conciencia, que sólo atacaba y se volvía un monstruo que destruía y hería todo a su paso; incluso cuando él controlaba el cuerpo y poderes de demonio, siempre era él mismo quien articulaba las palabras.
Se empezaba a cuestionar más sobre con qué clase de criatura compartía cuerpo.
—¿Y qué es eso? Si se puede saber.— ella giró la vista apenada.
—Pues si ya lo sabe el otro tú, no veo lo malo en decírtelo.— tiró con cierto tono de vergüenza, de decepción propia.— Yo tenía dinero, venía de una familia rica y mi infancia fue acomodada. No tenía que rentar habitaciones con el dinero que sacó de mesera, pero...— parecía tener un nudo en la garganta.— Asesiné a mi padre, no fue a propósito pero jamás supe cómo dar la cara a mi madre después de eso, así que huí.
Adrien entendía que eso estaba mal, de alguna manera; porque lo último que recordaba de este mundo es que a veces los hijos asesinaban a sus padres por cualquier razón, pero el mundo era distinto y no veía que las personas se siguieran comportando de esa manera.
—¿Y qué te dijo Chat Noir?— ella apretó los párpados.
—Que mi madre jamás me perdonaría por haberlo matado.
Hubo un par de segundos de silencio, pero finalmente Adrien puso su mano sobre la rodilla de la chica.
—No sé exactamente quién sea mi otro yo, pero sólo estoy seguro que jamás diría la verdad; es más probable que sólo haya logrado saber cuál es tu mayor temor. La única manera de saber si te perdonaría o no, es ir con ella e intentarlo.
La mirada cariñosa aunque sin sonrisa que le sostenía era agradable, proporcionaba calidez en su corazón y la hacía sentirse menos sola de alguna manera. En definitiva no era el mismo chico, y se negaba a aceptarlo.
—Después de que te encuentres con Luka ¿me acompañarías a hacerlo?
Por un segundo Adrien estuvo a punto de aceptar, sin embargo después negó. Pudo ver la cara de desilusión de la chica en ese instante.
—En cuanto encuentre a Luka le pediré que me ayude a recuperarla. Tengo que sacarla de ese mundo así como ella me sacó a mí.
Ryukko parpadeó aturdida, todo el momento de dulzura y confianza que hubo entre los dos segundos previos desapareció ¿Quién era ella? ¿A quién querría recuperar?
—Adrien, lo que viviste con Penny fue muy fuerte, tu cuerpo también sufrió daños. No sé si tu sufrimiento valga tanto la pena por una chica.— insistió la azabache.
—El mundo en el que está ahora es una mierda, y se va a poner peor, mi cabeza estuvo en otro sitio mientras tú veías a Chat Noir; si no la sacó de ahí quién sabe lo que le pueda pasar después.
—¿Y vas a traerla aquí?— rió con ironía.— Como si este puto mundo fuera un cuento de hadas. Además, si ella es como tú, no dudo que se pueda proteger.
—No entiendes. Todos en ese lugar quieren asesinarla y quién sabe quién carajos baya ahora a destruirla, no puedo quedarme aquí como si nada.
Kagami se paró molesta y sintiendo su pecho arder.
—¡Bien! Ve a salvar a la pobre damisela en apuros, cuando quieras regresar a la puta realidad no vengas a buscarme. No estoy dispuesta a ver cómo te vuelves a transformar en esa cosa.
No la entendía. En un segundo se comportaba como la criatura más comprensiva del mundo y al siguiente lo regañaba por querer salvar a alguien. Pero le importaba poco, o al menos trataba de que fuera así, porque nada lo detendría para salvar a Marinette.
—Pues no tienes que quedarte sino quieres. Puedo seguir de ahora en más solo.— le reclamó. Ryukko ya no le regresó la mirada, se sentía demasiado agotada de ir nadando contra corriente siempre.
—¿Qué no entiendes?— preguntó con tono triste.— La que no puede seguir sola ahora, soy yo.
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Sibila
FanfictionLuka busca con desesperación volverse un demonio. Adrien lucha contra su demonio interior mientras busca salvar a su amada. Marinette acepta su trágico destino. Tres historias descritas en diez capítulos. Personajes de Miraculous Ladybug Libro 2 de...