Capítulo 2: ¡Este pueblo tiene de todo!

10 1 0
                                    

Continué mi camino sola. Sé que soy una mata pasiones por excelencia, pero en esta ocasión quise respetar la relación de Matías y Adru.

Iba siempre sobre Purupuru porque John me dijo que no era conveniente buscar un lugar para descansar cerca del castillo, así que solo me quedaba avanzar hasta Pueblo Cultivo.

Iba más rápido que mi hermano, aunque quedamos de juntarnos antes de llegar a la Liga.

Camino a Pueblo Cultivo pasé por un desierto. Era necesario pasar por él, ya que el Pueblo queda justo en medio, aunque tuve la suerte de pasar justo en el momento y lugar en que no había una tormenta de arena.

Purupuru se acercó a una piedra que lo desvió del camino, no dejaba de gruñirle, así que la guardé en mi mochila para averiguar qué era más adelante. Continuamos y, una vez en el pueblo, me acerqué a un chico.

– Hola, disculpa, ¿Aquí está el cuarto Gimnasio? – dije.

– Sí, es tipo planta y se llama Luis – dijo el joven extraño – Veo que tampoco eres de por aquí, ¿Cómo te llamas?

– Soy... tan solo dime Sylveon... y tú eres…

– Yo soy el Masi.

– ¿”Masi”? Que nombre tan raro, me suena a “Maxi”… Supongo que tus amigos te dicen así.

– ¿Nombre raro? ¿Y lo dice la chica con nombre de pokémon?

– ¡Oye!... Así que tú serás mi nuevo acompañante… Interesante…

– No sé de qué hablas, el Masi nunca accedió a nada.

– Pero es parte de la historia, necesito un compañero, y tú también, de lo contrario serán solo las aburridas historias de pokémon que todo el mundo conoce.

– ¡La gente ama esas historias!

– Pero nosotros les agregamos originalidad, así que irás conmigo – dije, convenciéndolo finalmente.

– ¿Por qué vas sobre tu Houndoom?

– Porque no puedo caminar – dije sonriendo, siempre quise saber qué se sentía tener una pierna rota y por fin había cumplido ese sueño.

– Al centro del pueblo hay un curandero, sígueme.

Llegamos hasta el curandero, que era un señor bastante viejo y algo rellenito, se veía muy adorable.

Me revisó la pierna y me dio unas bayas.

– Pero eso es comida de pokémon… - dije.

– Tranquila, los humanos también pueden comérselas, aunque tienen efectos diferentes. Si pides que te muelan estas bayas y preparen un té en la cafetería que está al frente, tu pierna quedará casi como nueva.

– Muchas gracias – dije con una adorable sonrisa, aunque lo que dijo el curandero parecía tener menos sentido que la cara de mi hermano.

Ahora íbamos a la cafetería. Creí que estaríamos todo el día dando vueltas sin nada de acción, lo cual era una lástima, porque de verdad tenía ganas de luchar contra ese tal Luis.

En la cafetería nos encontramos con un chico llamado Diego, tenía un adorable Rattata. Él nos aseguraba que su Rattata era especial, a tal punto que llegaba a hartar a todo el mundo.

También había una dulce chica llamada Aurora, quien se encargaba de preparar los pedidos, aunque no había mucha gente, de todos modos.

– Hola, ¿Podría preparar un té con estas bayas?

Pokémon Adventure - Load Game  ~| Parte 2 de 4 |~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora