CAPITULO 7

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Harry había amanecido con fiebre esa mañana, todo su cuerpo dolía, a mitad de la noche se despertó muy acalorado, fue hasta el baño y la debilidad se hizo presente en todo su cuerpo haciéndole caer de rodillas. Desde ese momento Anne se había quedado con él poniendo paños húmedos en su frente logrando que el alfa vuelva a dormir. Pero ahora podía decir que se sentía incluso peor.

Y hoy tenía una cita con Louis.

Y Anne dijo que no saldría de casa.

"Mamá"

"Mi amor, ¿Qué pasa? ¿Te duele mucho? Déjame ver tu temperatura". Anne se inclinó en la cama tocando su cuello con una mirada preocupada.

"Debo llamar a Louis"

"Está bien, está bien". Anne le pasó el celular. "Voy a estar afuera, cariño". Dejó un beso en la frente de Harry y salió de la habitación.

Harry marcó el número del dulce omega, rogando que no haya llegado al lugar donde habían acordado verse.

"Harry". Sonrió cerrando los ojos al oír su aguda voz.

"Hola". La voz del alfa sonaba ronca y lenta. "¿Cómo estás, Louis?"

Podía oír los pasos de Louis por su departamento, como revolvía cosas y como muchas se caían haciendo mucho ruido y sacando quejidos de él.

"Estaba alistándome. Voy a salir ahora, ¿Tú estás ahí ya?"

"No iré, no puedo". Pudo escuchar un suspiro del otro lado de la línea. "Tengo mucha fiebre, estoy en casa"

"¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? Oh, Harry, voy para allá".

Colgó.

Harry soltó una risa ronca, tomó aire.

"¡Mamá!". Gritó lo más fuerte que pudo. "Lou viene"

.

Harry estaba bañado, en muy mal estado, pero limpio cuando Louis aparcó frente a su casa. Anne asomó la cabeza por la puerta avisándole que el omega iba a entrar.

El alfa sonrió ampliamente al ver su rostro preocupado cuando entró a la habitación y lo vio en la cama. Louis se acercó hasta él, se sentó muy despacio en el borde de la cama.

"Hola". Susurró bajito provocando una sonrisa pequeña en Louis.

"¿Cómo te sientes?"

"Caliente". Cerró los ojos, pero los abrió de inmediato cuando oyó la risa de Louis. "¿Qué?"

Oh, claro.

"Hey...". Harry negó con la cabeza. "No corrompas mi mente, por favor"

"Venga, déjame ver". Louis se inclinó, sintió su manito helada en su frente haciendo que suelte un leve gruñido. "Quieto, lobito"

"Estás helado". Harry sacó las manos de la cobija, agarró la mano del omega entre las suyas masajeando con sus pulgares.

"¿Tomaste una pastilla?"

"Sí, muchas en las últimas ocho horas"

"Me quedaré aquí un rato". Sacó la bufanda de su cuello.

"No"

"¿No quieres que me quede contigo?". El omega levantó una ceja.

"No quiero que te quedes un rato". Harry tiró de la mano que sostenía. "Quédate mucho"

"Antes... escuché que la fiebre hace que las personas digan cosas sin sentido"

El alfa pudo respirar su aroma muy de cerca ya que Louis se había inclinado hacia su cuerpo hablando bajito. Harry intentó sostenerse en sus codos para estar más cerca del omega, pero Louis puso la palma de su mano sobre su pecho empujándolo nuevamente contra el colchón.

TARDE, PERO MÍODonde viven las historias. Descúbrelo ahora