CAPITULO 4

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Podía ser coqueto con su alfa, ¿sí?

Aunque no debía si pensaba en no firmar el acta, darle la oportunidad de que el lindo y tímido alfa consiga una bonita omega, joven. Tal vez su padre tenía razón, alguien igual a él.

Definitivamente el encuentro de hoy fue algo –bastante- calmado, a diferencia del primero. Hablaron un poco, pudo notar el nerviosismo del alfa cuando pronunciaba alguna frase o trataba de decir algo.

Era tan tierno, sus largas piernas parecían enredarse entre sí cuando caminaba. Hoy había visto dos hoyuelos acompañando su sonrisa haciéndolo parecer más joven de lo que era.

"Profesor. Buen día". El director entró a la oficina ofreciéndole una cálida mano. "Me alegro que haya venido"

"Buenos días. Aquí estoy". Hizo una mueca parecida a una sonrisa, esperando que el director empiece a hablar.

"Primero que todo, ofrezco mis disculpas hacia usted, no pensé que correría peligro en la universidad de alfas". Se acomodó en su escritorio. "Hablé con mi colega y los padres del joven. Dice que usted es su omega".

Mordió su labio evitando que una sonrisa salga.

"Creo que sí"

"Me temo que no puede volver a dar clases hasta que tenga una estabilidad emocional con su alfa". Louis abrió la boca para decir algo, pero el directo lo cayó con una mano levantada. "Ustedes son destinados, no son cualquier pareja de alfa y omega. Necesitan fortalecer el lazo que por nacimiento ya tienen, necesitan tiempo para que ambos estén... a solas"

El omega se sonrojó, pero no bajó la mirada.

"No puedo quedarme sin trabajo, director"

"Oh, no, no lo hará, conseguiremos un reemplazo hasta que pueda volver". Sonrió el omega mayor.

"¿Cuánto tiempo?"

"Dos meses". Louis jadeó. "Corren luego de firmar el acta"

"¿Qué pasará si no la firmo?"

"¿No va a firmarla?". El director pareció realmente sorprendido.

"No lo conozco..."

"Nadie puede conocer lo suficiente a su destinado antes de firmar el compromiso"

Louis no dijo nada. Se resignó a pasar un tiempo en casa, no serían dos meses ya que iba a programar un encuentro con el alfa, y llegar a un acuerdo, sin embargo, no quería pasar en casa sin hacer nada.

"Está bien, director. Lo mantendré informado de lo que suceda". Se levantó de la silla, le tendió la mano al omega y salió del lugar.

¿Estaría Harry afuera?

Se dio cuenta de la decepción que sintió cuando no vio rastro del pequeño rizado.

El olor del alfa había quedado en la punta de su nariz, picante, olía a mar, a lluvia cuando golpeaba contra la tierra, olía a los días frescos en su patio.

Manejó hasta su casa, tenía el celular atenazado en sus manos cuando se recostó en su cama. ¿A quién iba a llamar? No podía llamar a Anne, ni al alfa ridículo, pero debía acordar un encuentro con Harry.

Se decidió por Anne, después de todo quien dijo palabras huecas fue Robbin.

"¿Hola?"

"Buenos días, señora Styles". Estaba nervioso.

"Louis, hola, cariño". La omega sonaba contenta de escucharlo. "Dime, ¿Cómo estás?"

"Bien... Me preguntaba si Harry... ¿Puedo hablar con él?"

TARDE, PERO MÍODonde viven las historias. Descúbrelo ahora