CAPITULO 23

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"¿Estás seguro que aquí es?"

"Según lo que él dijo, sí"

"Al otro lado de aquí queda mi pueblo"

"Fue a donde Louis llegó"

"Sí. Es hora, bajemos"

Ambos alfas bajaron del auto, el mayor lo bloqueó con el control y caminaron hacia el interior de aquel edificio. Louis estaba nervioso, Harry podía sentirlo a través del lazo y le molestaba mucho la presión que sentía en el pecho gracias a eso. Solo esperaba volver pronto para verlo, besarlo y perderse en ese tibio cuerpo.

Los omegas no sabían a donde habían ido sus alfas, ellos solo dijeron que saldrían a dar un paseo y conversar como un suegro y un yerno normales. 

Sin embargo, esa no era la verdad. 

Pero ellos no tenían por qué saberlo.

Harry y Thomas iban con las barbillas en alto, las manos en los bolsillo de sus gabardinas, caminaban a paso firme con un aura poderosa, más alfas que nunca.

Una omega anciana los recibió muy amablemente y les invitó a pasar a una oficina que se encontraba en el segundo piso. En algún momento a Harry le picó la nariz, la mezcla de cientos de olores de omegas hembras y machos llegó a molestarlo, pero decidió que debía ignorar aquello ya que ellos eran los intrusos.

Las miradas sobre ambos no pasaban desapercibidas, y era normal, dos alfas en medio de tantos omegas que no frecuentan contacto con ellos.

Entraron a la pequeña oficina, tomaron asiento frente al escritorio mientras que la anciana detrás de el.

"¿En que puedo ayudarles, queridos?"

El celular de Harry vibró, miró la pantalla, suspiró y lo bloqueó. 

"Venimos desde muy lejos, nuestro..." Thomas miró a Harry. "... tío trabajó aquí hace algunos años de director, y pues, nosotros"

Harry intervino.

"Nosotros estamos aquí porque perdimos contacto con él, queremos que nos ayude a encontrarlo, por favor". El tono de voz del rizado había cambiado, tanto que la anciana los miró con tristeza. 

"Oh, no sabía que Jhon tenía hermanos y sobrinos". La anciana se levantó, fue hasta una percha de folders, y sacó uno, lo puso sobre el escritorio y volvió a sentarse. "Jhon trabajó hasta hace cinco años, fue despedido por... incompetencia laboral". Les tendió una hoja. "Ahí podrán encontrar sus datos"

Thomas le tomó una foto con su celular a la hoja, sonrió en agradecimiento a la anciana. Ambos se levantaron al mismo tiempo acomodando sus gabardinas, le tendieron la mano a la omega y salieron bajo la atenta mirada de todos los omegas internados del lugar.

Subieron al auto y lo pusieron en marcha, les esperaba un largo viaje de regreso a la ciudad. Harry estaba asqueado, el miserable alfa tenía sesenta años ahora, y hace catorce años tenía cuarenta y seis y su omega solo era un pequeño de dieciocho años. 

Estaba más que furioso, pasó las manos por su rostro y por su cabello. Thomas estaba sereno, en silencio y pensando. Iban camino a encontrarlo, y tenían que pensar con cabeza fría o terminarían matándolo.

El celular de Harry volvió a sonar, vio el nombre de su pequeño en la pantalla, respiró hondo y atendió.

"Harry"

Harry recostó la cabeza en el asiento, cerró los ojos y sonrió.

"Lou"

"Alfa, ¿Por qué no respondías?" Podía incluso imaginar la molestia pintada en el rostro de Louis, quería llegar a casa y verlo. "Estoy preocupado, nervioso y asustado por tí"

TARDE, PERO MÍODonde viven las historias. Descúbrelo ahora