Capítulo 1

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— Si me preguntas, yo creo que es un poco drástico irte completamente de Corea de esta forma tan repentina.— Comentó Namjoon observando como su mejor amigo hacía la maleta.

Dos días atrás, Jeon Jungkook había estado cenando junto a su novia en casa del mayor cuando el castaño se quedó viendo a la nada por varios minutos, sin escuchar lo que todos decían. Tuvieron que llamarlo varias veces para incorporarlo nuevamente a la conversación pero, las primeras palabras dichas por él tras ese lapso en el que estuvo perdido tomaron por sorpresa a todos.

Es que sinceramente, nadie se imaginó que Jungkook le pusiese fin a una relación de casi un año de la nada. A la vista de todos estaban bien pero él simplemente no se sentía a gusto, a decir verdad, ni siquiera entendía por qué comenzó esa relación en primer lugar.

Recordaba que un día estaba en el medio de un parque tratando de plasmar el paisaje en el lienzo, tratando que su inspiración pudiera fluir pero aquello no ocurrió. Sin embargo, Song Woogi     apareció cuando estaba a punto de destrozar aquella pieza de arte que él consideraba sin sentido. Lo felicitó por su trabajo e incluso quedaron varias veces para que ella pudiera ver sus antiguos cuadros, brindándole la posibilidad de una exposición en la galería de la que era dueña.

Fue un éxito en Corea del Sur su exposición, en aquellos meses de euforia y aparente felicidad terminó enlazando su vida amorosa a la de Woogi. Aun cuando siempre estuvo consiente que, más que un gusto, lo que sentía por ella era agradecimiento, accedió a tener una relación por primera vez en sus  veintisiete años de vida por aquel entonces.

Esa noche, no supo qué le hizo terminar aquella relación pero realmente se sintió libre y tranquilo después de haberle puesto fin. El día siguiente a ese, aceptó el ofrecimiento de la Universidad Nacional de Artes en Bucarest, Rumania. ¿Por qué ese país y no Estados Unidos, Italia, Francia, China o Japón? No lo sabía, tuvo varias ofertas pero por alguna razón no quería estar en el foco público y de todas las ofertas, ser profesor de artes plásticas en una universidad de no tan alta alcurnia a nivel mundial le pareció la mejor opción.

Dos días después de terminar su relación, ahí estaba, empacando dos maletas para marcharse al día siguiente. Su familia puso el grito en el cielo, su hermana, Jeon Soyeon casi colapsa cuando sus padres hicieron una videollamada para contarle y, cuando lo llamó para confirmarlo, estuvo a punto de viajar desde Estados Unidos en donde se encontraba ejerciendo como bailarina para regresar a su país. Jungkook agradeció que en ese momento estuviera de gira y no le resultara tan fácil viajar, sino, estaba seguro que ahora la tuviese ahí impidiendo que se fuera, al menos para Rumania.

— Sigo insistiendo, esto me parece una locura, Kook. — Volvió a decir su amigo viendo la sonrisa que no desaparecía del rostro del menor. — ¿Puedo saber a qué se debe esa sonrisa? En mi opinión esto es una locura.

— Que bueno que la opinión importante en estos momentos es la mía. No me voy a la guerra, simplemente voy a cambiar de aires. Estaré trabajando en otro país, vendré de visita y también son libres de visitarme cuando quieran.

— Tal parece que fue a ti a quien dejaron y escapas para sobreponerte a tu ruptura. — Negó observando en su teléfono toda la información que buscaba sobre Rumania.

— Esto no tiene nada que ver con mi ruptura, sino conmigo mismo. Mi vida carece de mucho sentido en este momento y creo que es porque he perdido el contacto con mi interior. No lo sé, simplemente se me ocurrió que viajar y tener un cambio de aires por un buen tiempo puede ayudarme. — Musitó cerrando la última maleta.

— Algunos se van de vacaciones, se refugian en nuevos pasatiempo pero tú, decidiste mudarte al otro lado del mundo en menos de una semana. Es normal que a todos nos esté costando entenderte. — Jungkook se sentó a su lado palmeando su hombro. — Espero que todo esto en verdad te ayude.

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