Abrió los ojos, lentamente y con miedo. Sabía lo que se encontraría frente a él al abrirlos, sabía lo que había pasado, lo que había hecho, y lo que le esperaba ahora. Pero, aun así, tenía miedo. Y, aun así, todo su cuerpo tembló, dejándose caer, cuando pudo ver lo que había ante él.
Nada.
No había absolutamente nada. Sólo oscuridad. Y, aunque lo esperaba, nunca había estado en un lugar tan oscuro. Tenía miedo, tenía mucho miedo. Hace un tiempo habría hecho cualquier cosa antes que admitirlo, pero ahora...
-Tengo miedo... -fue todo lo que salió de sus labios, en un débil susurro.
Y, entonces, miró hacia abajo. No todo estaba oscuro. Había una débil luz que era emitida desde el suelo. Era una superficie circular, sobre la cual él se encontraba, decorada con varias imágenes, imágenes que él reconocía. Pero esa superficie era frágil, como el cristal. Esa superficie estaba quebrándose. Lentamente, pero sin cesar. Las grietas se extendían, cruzando una zona muy concreta de la superficie. Su imagen. Su imagen grabada en aquella superficie cristalina.
Sora sabía perfectamente qué era ese lugar. Su corazón. Su corazón, que iba a romperse en mil pedazos. ¿Podría evitar que eso ocurriera? No. No podía, ni tampoco tenía fuerzas para hacerlo. Era débil, había sido débil... Esa voz en su cabeza se lo repetía una y otra vez, grabándose en su memoria de la forma más dolorosa.
"Eres débil. No puedes salvarlos. Ríndete. Este es tu destino."
Y, por fin, Sora lo había comprendido. No podía hacer nada. Así que sólo se dejó caer de rodillas sobre aquella superficie que, pese a ser frágil, no se rompió por el golpe de la caída. Apoyó sus manos en el suelo, sabiendo que ya no podría volver a levantarse, pues a cada centímetro que la grieta avanzaba, más débil se sentía.
-Mi... destino...
Avanzó lentamente, arrastrándose, por aquella superficie hasta llegar a su objetivo. Una zona del borde de aquel lugar. Era la zona más dañada, las grietas impedían ver las imágenes con claridad. Salvo una... Un rostro muy familiar, un rostro al que las grietas no habían osado destrozar.
-Riku...
La mano de Sora se posó sobre esa zona, como si acariciara el rostro del chico presente en la imagen. Su cuerpo se estremeció. Frío. El cristal estaba frío como el hielo.
Podía escuchar las grietas avanzar, cada más más deprisa. Ya queda poco, y cada vez es más doloroso, pero las silenciosas lágrimas que caen de sus mejillas no son por el dolor. Rabia, impotencia, arrepentimiento... y tristeza.
Y, cuando un crujido avisó a Sora del final, todo lo que sus fuerzas le permitieron hacer fue agarrar ese trozo intacto del cristal, mientras el resto caían, junto con él, en la más profunda oscuridad...
-Riku... lo siento... -fue lo último que susurró mientras caía al abismo, con ese pequeño trozo de cristal entre sus brazos.
Si, aquel día, hubiera ganado la carrera...
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Kingdom Hearts: Amigo Imaginario [Yaoi]
FanfictionSora tiene un amigo imaginario, o eso creía Riku, pero las cosas eran más complicadas de lo que parecían... ¿Qué habría pasado en Kingdom Hearts si cierto personaje hubiera decidido entrometerse? ¿Habría triunfado la Luz en este caso? Derechos reser...