Éxito a medias«Oh, Adelya, el placer es todo mío.»
Después de la respuesta del diario, Adelya no sabía muy bien que contestar. Seguía un poco asustada, al fin y al cabo, era la primera vez que "hablaba" con un diario.
«¿Entonces conocías a mi abuela?» escribió Adelya.
«Martine y yo éramos compañeros de curso en Hogwarts. De hecho, estábamos en la misma casa» más que el hecho de que se formasen palabras de la nada, lo que a Adelya le parecía magia era la perfecta caligrafía del diario.
«¿Y en qué casa estabais?»
«Eres muy curiosa, Adelya. Dime, ¿por qué debería decírtelo?»
Adelya no escribió nada, realmente no tenía una buena respuesta. Por suerte para ella, fue el diario el que propuso una solución.
«¿Qué te parece si hacemos un trato?»
«¿Qué clase de trato?» preguntó la chica con recelo.
«Nada complicado. Yo te contaré sobre mí y tú me contarás sobre ti, ¿qué me dices?»
Adelya apoyó la pluma contra el papel, no estaba muy segura de a donde la llevaría todo esto, pero tan sólo era un diario, ¿no?
«Trato hecho, pero tienes que empezar tú»
«Está bien, entonces responderé a tú pregunta»
«No hace falta que lo hagas, ya sé a que casa perteneces» escribió rápidamente Adelya.
«Eres muy lista, ¿no es así?»
Adelya sonrió por el cumplido, empezaba a caerle bien aquel diario.
«Y tú eres bastante Slytherin, ¿no es así, Tom?»***
A la mañana siguiente, la nevada que había empezado a caer por la noche se había transformado en una tormenta de nieve tan recia que se suspendió la última clase de Herbología del trimestre. La profesora Sprout quiso tapar las mandrágoras con pañuelos y calcetines, una operación delicada que no habría confiado a nadie más, puesto que el crecimiento de las mandrágoras se había convertido en algo tan importante para revivir a la Señora Norris y a Colin Creevey.
Harry le daba vueltas a aquello, sentado junto a la chimenea, en la sala común de Gryffindor, mientras Ron y Hermione aprovechaban el hueco dejado por la clase de Herbología para echar una partida al ajedrez mágico y Adelya fingía leer un libro de encantamientos. En realidad se encontraba hablando con Tom, con su diario escondido dentro del libro, de forma que los demás no lo vieran.«Estoy preocupada por Harry, Tom. Ahora todo el mundo piensa que él es el heredero de Slytherin»
« Pero podría serlo, ¿no? Nunca descartes posibilidades, Adelya»
«Técnicamente sí, ¡pero Harry nunca haría las cosas horribles que está haciendo ese tal heredero!»
«Seguramente tendrá sus motivos, ¿no crees?»
«¿Lo estás defendiendo?» escribió Adelya incrédula.
«Tan sólo opino que hay que ver la situación desde todos los puntos de vista. De otro modo, seríamos como aquellos que piensan que Harry es el culpable de todo esto sin pararse a evaluar correctamente todos los hechos»
Adelya no acababa de entender lo que Tom quería decir exactamente, pero su mensaje había quedado claro.
«Quieres decir que antes de juzgar a nadie deberíamos tener todo la información, ¿no? Entonces creo que sí estoy de acuerdo contigo»
«Así es, me alegro de que coincidamos. Eres muy lista, ¿no es así?» La última pregunta parecía escrita en cursiva y Adelya no pudo evitar sonreír ante la referencia,
«Y tu un poco Ravenclaw, Tom»
«Tomaré eso cómo un cumplido»
«Es un cumplido»
«Entonces tú también eres un poco Ravenclaw, Adelya»
Adelya se sonrojó levemente y su sonrisa se ensanchó. Hablar con Tom siempre le ponía de buen humor. Sin embargo, eso no calmaba el creciente dolor de cabeza con el que había despertado esa mañana. Y el cansancio que parecía perseguirle durante aquel curso no quería irse tampoco.
—Voy a la enfermería —avisó Adelya a sus amigos—, no hace falta que me acompañéis —dijo cuando vio que Hermione iba a levantarse.
—¿Segura? —dijo Hermione.
—Tan sólo no dejes que te pegue una paliza —dijo bromeando. Harry tan ensimismado que estaba en sus pensamientos, ni se había enterado de la conversación.
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Adelya y la Cámara de los Secretos - Harry Potter
FanfictionVolvió a mirar el cuerpo moribundo de Ginny. Apenas respiraba, pero seguía viva. Se giró hacia Tom, que permanecía con sus ojos clavados en ella. - ¿Me vas a matar a mí también? -preguntó Adelya - ¿Matarte? -el joven soltó una risita grave. A...