Me levanté como un día cualquiera (en el que hubiera escuela) con mi queridísimo sonador sonando con su típico ruidito que realmente me encanta (sarcasmo totalmente), me despegué lentamente de las sábanas, cogí la ropa que iba a usar en el día de hoy y me metí en el baño a ducharme, peinarme, maquillarme y vestirme. Bajé a la cocina donde estaba mis padres a punto de irse a su trabajo y mi hermana que ya estaba desayunando.
-Buenos días familia-dije yo contenta, ya que era el penúltimo día de instituto-.
-Buenos días-contestaron ellos a unisóno-.
Pero que torpe que soy, me llamo ___(Tn) Sweet, tengo 18 años, vivo en NY y es mi último día de bachillerato. Mis padres se llaman Urii y Mireia Sweet, trabajan en una empresa de traductores, ellos son los dueños y viajan por muchos países, casi nunca están en casa. Tengo una hermana un año mayor que yo, se llama Marta Sweet es cariñosa pero algo pelma con lo de "Yo soy la mayor y me tienes que hacer caso", pero aún así la quiero mucho.
-Bueno, adiós mis amores-dijo mi madre-.
-Adiós mis dos princesitas-dijo mi padre-.
-Chao-respondimos mi hermana y yo al mismo tiempo-.
Dicho eso salieron por la puerta hacia su choche un Mercedes Bend, a sí lo olvidaba soy rica, pero me dá igual, sería feliz igualmente siendo pobre.
Desayuné rápido con mi hermana hablando de cosas inusuales, por así decirlo. Miré mi reloj y MIE*RDA se me hace tarde don las 9:40 y entro en el instituto a las 9:45 y aún tardo diez minutos en llegar.
-Marta me voy que te vaya bien-le dije a mi hermana la cual va a la UNI-.
-Chao te quiero-me dijo, pero no la escuché, yo ya estaba corriendo hacia el instituto-.
LLegué al instituto a las 9:50 fui hacia mi taquilla cogí la materia que me tocaba que era Alemán, me encanta esa clase, y me fui corriendo hacia mi clase.
-Señorita Sweet, llega usted tarde ¿a que se debe esta vez?-me preguntó la amargada de mi profesora, que me guste la materia no quiere decir que me caiga bien mi profesora-.
-Mi despertador se quedó sin pila-fue lo primero que se me ocurrió-.
-Bueno...está bien siéntese no quiero problemas el penúltimo día de clases-respondió ella enojada, como siempre...-.
-Esta bien-me senté al lado de mi BFF Betty, la conozco si recuerdo bien desde párbulos, mas o menos hace 15 años, es como mi segunda hermana-.
-Hola-me dijo Betty susurrando-.
-Holis-le respondí sonriente-.
-¿Algo que compartir con la clase?-preguntó la víbora de mi profesora-.
-No-dijimos las dos a la vez-.
La mañana pasó bastante rápido, casi no hicimos nada al ser el penúltimo día, la mayoría de las clases las pasamos libres haciendo lo que queríamos, claro, sin molestar, me refiero a hablar, pintar, leer... cualquiera cosa que no molestara a los profesores. En el recreo fuímos a la cafetería Betty y yo a tomar algo yo cojí un mini-bocadillo y un agua y Betty una mini-hamburguesa y una coca-cola, nos sentamos y poco a poco se nos fueron uniendo demás personas de la pandilla como Xaxa, Nerea, Carla, Alba, Iván, María...estubimos hablando de cosas raras para todos menos para nosotros, tocó el timbre, después de tres horas más, salimos hacia nuestras respectivas casas, Betty me acompañó hasta mi casa dejamos nuestras cosas en ella y decidimos pasar la tarde en el centro comercial, donde compramos unos vestidos y faldas fabulosas, blusas y zapatos de tacón preciosos, allí también ví al amor de mi vida, Alex Torres, un chico moreno de ojos verdes un año mayor que yo, va a la UNI, pero a mí me gusta igual, es mi amor platónico, nunca se va a fijar en mí pero el me gusta igual soy una tonta adolescente, sí, soy una tonta enamorada de un chico un año mayor que ella, pero bueno...me imagino que encontraré a alguien que no sea él o me quedaré soltera rodeada de un montón de gatos mientras veo tele-novelas mientras lloro, que dramática soy.
-Bueno Betty, mañana nos vemos, te quiero-nos dimos un abrazo y cada una se fue a su respectiva casa-.
Cuando llegué mis padres estaban en casa, que es muy raro en ellos, suelen llegar muy tarde, estaba algo serios y sentados en el sillón de la sala con mi hermana.
-Ven cariño siéntate, tenemos una noticia para ti, que creemos que te va a agradar mucho-me dijo cariñosamente mi madre, dejé mi mochila en el suelo apoyada contra el sillón y me senté junto a ellos-.
-Verás hija...-comenzó mi padre a decir-.
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Tu dices blanco yo digo negro(Ross Lynch y tú)
RomanceTener cambios a veces no es tan malo como pensamos, tal vez un cambio de aires no está tan mal, al menos que te encuentres una persona equivocada por el medio, la podrás odiar pero...aún no lo conoces del todo, respira, tómate tu calma y conócelo ta...