Capítulo 11

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Como ya es costumbre, la portada de este cap es de Hiyomi13, síganla por favor!

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Kankuro observó a cierta distancia la escena que se desarrollaba pese a su incredulidad, una en que su hermano y la kunoichi de Konoha se miraban largamente. El marionetista estaba seguro de que luchaban por hablarse sin palabras. Debido a sus deberes de Kazekage, era raro verlo en la muralla de Suna, pero Kankuro recordó algunas muy importantes ocasiones donde Gaara defendió a su aldea desde esa posición.

¡Rápido, lleven a los civiles al refugio!un Kankuro de 18 años coordinaba a un batallón de shinobis para socorrer a la población de Suna, mientras Temari guiaba a varios ninjas con jutsus de estilo tierra a proteger las edificaciones más esenciales.

Podía verse a las personas luchando por respirar, cubriendo lo más que podían a los niños en brazos, corriendo a resguardarse de la tormenta de arena, la cuál era tan fuerte y atípica que la llamaban "La bestia tempestad".

¿Dónde está Gaara?le preguntó Temari cuando logró alcanzarlo, ambos luchando contra fuertes corrientes de viento que afectaban su velocidad.

¡Ya está en posición, y los aldeanos han sido evacuados! contestó Kankuro mientras se acercaban a la muralla de Suna.

Allí estaba Gaara, alistándose para crear el domo de arena más fuerte que pudiera. Sabía que el alcance de su jutsu sería suficiente para cubrir toda la aldea, pero la duración de la tormenta era otro factor, tenía que concentrarse.

Los hermanos fueron testigos de cómo Suna se oscureció y el viento dejó de golpearlos. Ya estaban cubiertos. Ambos miraron con orgullo a Gaara, quién resistió el domo esos agonizantes minutos.

Kankuro suspiró, dio media vuelta y regresó rápidamente a sus oficinas. A veces era fácil olvidar que debajo del inmenso poder de Gaara, se encontraba un hombre capaz de enamorarse.

—Sólo espero que no lo arruine—murmuró.

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Tenten fue apenas consciente de sus movimientos al seguir a Gaara, cuando acordó estaban llegando a la torre del Kazekage. A pesar de no necesitarlo, Gaara ayudó a la castaña a pasar del marco de la ventana al interior de la oficina. Sus miradas se buscaron y fue evidente para ambos como acortaban la distancia entre ellos, enrojeciendo el rostro de Tenten.

—Gaara...—su aún nublada mente buscaba ordenar palabras para dirigirse al pelirrojo, pero su ansiedad inicial dio paso a la vergüenza, más aún al notar que el chico la miraba intensa y profundamente, recio a quitar su atención de ella—yo...

Antes de poder decir nada más, las puertas se abrieron. Ambos fueron los suficientemente rápidos para poner distancia entre ellos, sin embargo, el sonrojo de Tenten sólo aumentó de intensidad.

—¡Tenten! —la bestia verde de Konoha, lleno de jovialidad, entró carente de todo formalismo y abrazó fuertemente a la castaña—¡No puedo creer que después de tanto tiempo al fin pude verte, la aldea no es lo mismo sin ti, Gai sensei te envió un regalo y...!

Lee se interrumpió bruscamente cuando se separó de su compañera y notó lo rígida que se encontraba, su cara llena de nerviosismo y confusión, su cabello suelto, sus ojos dilatados y levemente cristalizados y, sobre todo, el sonrojo en sus mejillas. Lee volteó a ver a Gaara, interrogante, el cual sólo tosió disimuladamente mirando a otra dirección.

CARTA (Gaaten)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora