Yugyeom bostezó y se frotó los ojos. Era bastante tarde, desde hacía horas ya deberían de haber bajado, sabrá dios que estaba pensando su familia, pero lo cierto era que no le interesaba. No quería moverse.
—Me extraña que mi madre no haya venido a buscarnos ya —dijo Yugyeom. Youngjae abrió los ojos. Estaban compartiendo la almohada porque Yugyeom seguía tendido medio encima de él, con sus piernas enredadas. Ambos estaban sudorosos y pegajosos después del sexo, pero Yugyeom no quería moverse. Se sentía demasiado bien para moverse. Anoche había mandado a volar su cordura a quien sabe dónde, había follado con Youngjae en el carro de alquiler de su cuñada, no estaba muy claro en sus recuerdos de cómo habían llegado a su habitación. Pero lo que si recordaba con claridad era que casi no habían dormido.
—Tu madre es una mujer sensata, por eso me cae muy bien —aseguró Youngjae mientras bajaba la cabeza para lamer uno de sus pezones. Se estremeció. Sus pezones no eran particularmente sensibles, pero Youngjae parecía tener una fijación extraña con ellos. No es que fuera desagradable ni nada, pero habría preferido que Youngjae chupara y lamiera algo más.
—Tal vez deberíamos bajar —era mejor poner algo de espacio. No había tenido tiempo de pensar en lo que había hecho. No estaba arrepentido ni nada, pero había muchas cosas que considerar. Esperaba por lo menos no salir corriendo hacia las montañas cuando analizara las consecuencias que esto traería.
—Ahora no —Youngjae se echó a reír—. Tenemos cosas de las que ocuparnos —Youngjae desvió la mirada hacia la polla de Yugyeom, tal vez era increíble de creer pero sintió su pene comenzar a endurecerse bajo el escrutinio de Youngjae. En serio, ¿qué había en este hombre que lo encendía de esa manera? Youngjae ni siquiera tenía que esforzarse, para ponerlo cachondo y desesperado.
—Estoy dolorido —aseguró con poca convicción, Youngjae volvió a mirar la cara de Yugyeom. Sus ojos se estrecharon, pero la esquina de su boca se torció hacia arriba. Yugyeom sonrió, no pudo aguantar tanto esa excusa tan patética. Sí estaba dolorido, pero no tanto como para no desearlo nuevamente, así que tomó la mano de Youngjae y la envolvió alrededor de su erección.
—Ya veo cual es el problema, tendremos que hacer algo —Youngjae miró sus labios sonrientes. Yugyeom se relamió los labios.
—Tal vez, aunque admito que también estoy hambriento —dijo con mirada sugerente.
—Creo que también puedo cubrir esa necesidad —él trepó por encima del cuerpo de Yugyeom y luego le dio de comer su polla, Yugyeom gimió alrededor de la gruesa carne en su boca y miró hacia la puerta. Solo esperaba que nadie de su familia interrumpiera, pero con el pene de Youngjae en la boca no podía pensar correctamente. A la mierda con todo.
Relajando la mandíbula, Yugyeom alzó la vista y vio como Youngjae jodía su boca. Amaba ver esto, nunca se había sentido tan poderoso como ahora, ver como el hombre perdía el control era una victoria para su orgullo. Su autoestima había sido severamente afectado años atrás. Y ahora con Youngjae sentía que estaba recuperando al viejo Yugyeom. Se sentía sexy, sensual, seguro de sí mismo.
Apretando los labios alrededor de la polla, Yugyeom movió su mano a su propia polla y comenzó a masturbarse, dejando a Youngjae follar su boca y hacer lo que quisiera. Podía sentir que el otro hombre estaba cerca ya, pero de repente Youngjae se detuvo y se retiró.
—¿Qué? —Yugyeom gimió en protesta lamiéndose los labios, los cuales sentía hinchados.
—No te muevas bebé —la forma en que Youngjae lo miraba... Las fosas nasales de Youngjae se encendieron. Arrodillado sobre el rostro de Yugyeom, él comenzó a masturbarse su propio pene, sin dejar de mirar a Yugyeom intensamente.