FUUSENS

4- Prisionero. Ya no hay estornudo que te salve.

-          ¿Estas jodiendome? – Borgges, el capitán, se acerca hostilmente a Brownie hasta quedar frente a frente, como 2 peleadores a punto de enfrentarse. Uno de ellos se muestra agresivo y confiado de su superioridad; mientras que se nota a leguas que el otro no quiere nada – Tienes que estarme jodiendo… lo digo por tu bien. – Su voz ronca y su tamaño es amenazante.

El capitán Borgges está muy interesado en el lanzallamas de Brownie, que es por mucho, el objeto de mayor valor que posee. Como era de esperarse, él negaba y niega saber la clave para desactivar los ganchos que mantiene el aparato sujeto al suelo. Sostiene que había robado el globo así y que ni siquiera lo había usado. A esto último hay una respuesta antecedida por un gesto que, dicho de forma simple sería, “estas mintiendo… y lo sé”

-          …Corren rumores de un maldito loco que ha derribado un par de globos con un bonito lanzallamas parecido a este en los últimos días.

-          Bueno, ya sabes cómo son los rumores. Exageran las cosas. Pudo haber sido cualquier otro… - Le responde Brownie tratando de no hacer mucho contacto visual. Este tipo enserio parece intimidarlo

-         Gorra gris de aviador y gabardina color arena. 

-          …No veo la gorra por ningún lado

Borgges le suelta un despiadado coscorrón – le habían dado otros antes pero ninguno tan fuerte como ese, le revolvió las ideas – A Brownie no le queda de otra más que tratar con otros argumentos.

-         Ok, ok, me tienes… Sí, se algunas claves – hace un poco de énfasis en “algunas” – pero tienes que creerme; no tengo idea de cuál puede ser la que buscas. Es más, puedo dártelas todas y compruébalas tú mismo. Y luego me das mi gorra a modo de un apretón de manos y nos vamos todos felices a casa - Propone, apostando a que pueda generar alguna cituación a la que pueda sacarle ventaja y mejorar su situación

-          ¿Cómo es posible que sepas “algunas” – él también hace énfasis – excepto una, qué casualmente, resulta ser de las más importantes? - Claramente ignora su propuesta. Después de esto se siente en más peligro.

-          Ah veras, se la compré junto con el globo a un viejo mercader en el sector 6. Me dio un papel con las claves y después de probarlas venían todas menos esa, ya no pude encontrarlo después. Seguro lo atrapó la ley, sus negocios no eran del todo legales…

El calvo Borgges se queda en su lugar viendo hacia el suelo reflexionando – parece irritado – entonces alza la vista y ordena al aire que devuelvan al prisionero a su jaula. De inmediato un subordinado aparece, levanta a Brownie del cabello y lo conduce – casi a rastras – a su jaula donde lo vuelven a meter de una patada como un animal ante la vista de todos los demás, piratas y prisioneros.

Tenía tiempo que no lo humillaban así.

Mientras se pone tan cómodo como puede en su jaula escucha que el capitán ordena una reunión y como todos se dirigen hacia donde estaban hace un momento.

-          Remolcaremos ese globo y cortaremos el pedazo enganchado en el sector 1. Ese globo extra nos va a ralentizar así que pónganle un molino que le dé un empujón, pero no plieguen sus velas hasta que la corriente esté a nuestro favor. Hay que movernos para gastar lo menos posible en alimentar a la mercancía.   –refiriéndose claramente a Brownie y los demás extraños que lo acompañan – ¡Andando!

-          ¡Ya escucharon. Al sector 1! – es apoyado por la tripulación.

Una orden contundente precedida con júbilo.

Mientras tanto, Brownie se mentaliza. Deberá ocupar todo el tiempo posible para descansar y planear la huida apenas llegando al sector 1 – “antes muerto” – repetía en su cabeza una y otra vez, le ayuda a tener la cabeza fría y no rendirse aún ante su casi sellado futuro.
No conoce muy bien esa zona y no tiene ningún conocido que lo ayude. Una vez allí estará solo y está consciente de que sus días de libertad bien pudieron haber llegado a su fin.