Brownie sigue meditando en un rincón de su jaula sin que detalles como el hambre lo perturben. Un comportamiento de monje.
El mayor sufrimiento en esta travesía de incierta duración (por factores del ambiente) puede ser el aburrimiento que va acompañado de una gran incertidumbre que a su vez irremediablemente causa miedo.
Pero tanto pensar ha dado sus frutos. Algo le ha quedado bien claro; no será tan buena idea hacerse el difícil una vez llegando y comenzar a repartir cabezazos a diestra y siniestra, por lo que le queda esperar, aunque sospecha que tendrá que pasar varas noches más enjaulado antes de tener una oportunidad. Unos aliados le caerían bien. ¿Será difícil convencerlos de colaborar?Muchas personas recién capturadas se resignan y dejan todo en manos de la suerte – no resulta extraño, pues no es como si pudieran hacer gran cosa con grilletes hasta el cuello – está de más decir que no porque la gente se entregue a la suerte esta estará de su lado.
Brownie se arrastra hacia los barrotes de su jaula. Es muy noche, aunque algunos deberían estar despiertos haciendo guardia, precisamente para evitar que gente como ellos los ataquen, no parece que haya alguien haciéndolo.
En la madrugada el oído se hace más sensible.
Aun así, estos factores no cambian nada su situación. No hay espacio suficiente para pasarse las esposas detrás de su espalda por debajo de las piernas y quedar en una posición más cómoda; y aunque lo hiciera, no hay nada cerca que le ayude a escapar. Solo se ganaría una golpiza.
Es desesperante.
A pesar de que estaba consiente que esto pasaría, ni más ni menos. Tanto el largo viaje con las corrientes salvajes, como el hambre, el frío, y su posición de prisionero, son demasiadas cosas a soportar por un momento. Y es, precisamente, en momentos como este que no quiere recordar pero inevitablemente lo hace. Es natural en los hombres.
Quisiera gritar y hacer pucheros. En ese momento no lo negaría, quizá después sí. Pero a pesar de toda su impotencia y lo pequeño que se siente, no lo hará, ya no lo hace, no recuerda a partir de cuándo pero lo que no olvida es a partir de qué. Eso es precisamente lo que no quiere recordar a profundidad, por ello le da vueltas y vueltas al asunto. Como un escritor que le da vueltas y vueltas a una idea simple para hacerla más complicada y que al final ni él se entienda, pero todo eso con un propósito, un propósito que él mismo sabe.
Al fin, Brownie se queda dormido, con la cabeza recargada en los barrotes, ensimismado en sus pensamientos y en esa desordenada idea. Pero para él que estuvo en vela toda la noche la mañana llega más temprano. Cuando le despiertan pateando fuerte e insistente a un extremo de su jaula. Brownie despierta por las fuerzas, sus ojos entrecerrados cubriéndose de la luz que lo deslumbra. Le acercan un vaso de agua, se toma la mitad y se lo quitan; seguido le acercan un sándwich con nada más que jamón, tan seco como el helado viento, te seca la boca. Lo come todo de la mano de un pirata que se encarga de alimentar a los prisioneros mientras estos no puedan usar sus manos. Una medida de seguridad ridícula que se originó a comienzos del resurgimiento del negocio de la esclavización y se ha conservado más como una tradición que como una medida necesaria.
Le pasan el vaso de agua lleno de nuevo y toma la mitad, le dan medio sándwich cortado por las manos y el proceso se repite; lo come, está seco, toma agua. Esa fue la hora del almuerzo, el último almuerzo en el globo del capitán Brogges.Está dentro de su jaula y no puede ver la entrada, pero escucha alaridos de asombro de algunos, o esos chicos son fáciles de impresionar o debe ser más grande de lo que le han contado. Como sea, el sector 1 es un área extensa, por lógica cronológica, fue la primera en fundarse y de las que más ha crecido a pesar de que no es la más cercana a Oceanía. Conocida en el bajo mundo por su mercado de gente precisamente aunque en los negocios legales no destaque por nada en particular. Esta balanceado entre número de hogares y número de negocios – aunque a veces ciertos hogares son los puntos de canjeo de esclavos – en tierra bien podría ser un pueblo o una pequeña ciudad cualquiera normal y aburrida por fuera.
Mientras el globo se movía no veía ni escuchaba nada extraño viniendo de afuera más que murmullos y chiflidos dirigidos, seguro, a las jóvenes que pasaban. Independientemente de si eran bellas o no.
Brownie no cree haber perdido el sentido tiempo mientras estaba encerrado, apuesta a que pasaron como 30 minutos antes de llegar, por fin, al destino final. Entonces escuchó que Borgges dijo algo, pero por estar sumido en sus pensamientos no le descifra.
Inmediatamente hay más movimiento en el lugar hasta que alguien e acerca a su jaula – él se hecha hacia atrás – un pirata distinto abre violentamente la jaula, después pesca de los cabellos a Brownie y lo obliga a salir – como si tuviera otra opción – lo pone de pie y es cuando experimenta por primera vez el pararse después de días de estar sentado. La espalda le molestaba y las piernas como que le fallan un poco. ¿Será esto último miedo o nervios por la ansiedad?
Cuando le sueltan la cabeza, Brownie la sube un poco y un rayo de sol que se cuela entre las nubes le pega en la cara.Otra sensación curiosa.
Se siente a la libertad misma flotar libre en el aire, la respira hondo y esta entra sin que nada la detenga para enfriar una cabeza en llamas, la siente dentro cosquilleando en sus entrañas, la vio cuando puso la vista en el cielo y quedó deslumbrado. La libertad es libre, pero uno no, uno está encadenado mientras ella anda por ahí seduciendo a países enteros; la sientes y la ves, pero no la puedes tener, como una fría mujer que está enfrente tuyo, burlándose de ti y que ha venido precisamente a ver cómo te encierran. Una dama cruel.
Una sensación desagradable. Una sensación de impotencia y de rechazo. Un pesar en el caminar.
El tiempo parece haberse congelado y esta como espectador, si se materializara en un humano o dos o tres estarían parados a lo lejos, murmurando. Brownie es el primero en bajar, su vista ya se ha acostumbrado un poco pero continúa con los ojos entrecerrados. Sube un poco la vista y observa una gran estructura cuadrada enfrente suyo. Podría medir unos 30 metros de alto y unos 10 de largo; el lugar era enorme, con grandes puertas paralelas pero no ventanas. Podría ser un almacén, un negocio, una casa, o las tres. La mitad del sol se esconde en la esquina superior izquierda como si el mismo estuviera temeroso.
Brownie toma aire, luego voltea a ambos lados y observa como los demás prisioneros están siendo alineados, sin ningún orden en especial. Luego, cuando todos estuvieron abajo, un flaco cualquiera, salió del lugar empujando una de las puertas
- Está en bien, pueden pasar – dijo el flaco.
De inmediato los jalaron al frente mientras la otra puerta se abría a la par de su paralela. El sol seguía escondido y el tiempo seguía a lo lejos murmurando cual chismoso. Mientras que libertad… libertad daba la espalda, miraba indiferente y descarada hacia otro lado con el rabillo del ojo apuntando a todos ellos.
Caminaban hacia adentro, algunos piratas los miraban indiferentes, esperando a que acabaran de una vez mientras fumaban o tomaban algo.
Al entrar hay un largo escritorio pegado a la izquierda y un tipo de rasgos tan afilados como su nariz de bruja con todo y la verruga detrás. Con él estaban Chimino y Borgess. Los ignoraron hasta que el narizón desvió la atención un momento a donde estaban ellos para dar una orden a un par de sus lacayos.
- ¡Ya saben cómo va, con cuidado…!
Todos los prisioneros estaban unidos por una misma larga cadena que los conectaba de la cintura y cuando los jalaban avanzaban todos juntos. Eran como 10 personas en total, hombres y mujeres.
A cada paso que daban las sensaciones se volvían más extrañas, uno jamás podría acostumbrarse a algo como esto. Enfrente había una reja corrediza y al atravesarla les quitaron la cadena que los unía. Había otros 2 tipos con machetes haciendo guardia, estos ya eran intimidantes por si solos sin necesidad de estar armados, ponerse difícil no era una buena opción.
Browine voltea la cara hacia atrás, observa a Borgges y Pepo salir del lugar estrechando la mano del narizón, muy amigables en especial Borgges. Todo está obscuro a comparación de afuera, a pesar de que el día estaba un poco nublado. Como una salida al final del túnel, la luz que entra de la gran puerta indica la inconfundible salida, o entrada. Pero de pronto, la puerta comenzó a cerrarse y la luz se hacía más delgada. La sensual libertad había recobrado el juicio y ahora corría hacia ellos asustada y arrepentida, mientras que ahora el tiempo era quien daba la espalda pero los observaban con el rabillo del ojo mientras se alejaban.
Entonces, cuando la bella libertad estaba por entrar también la puerta cerró y sonó el eco.
Una escena dramática.
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FUUSENS
PertualanganTras la gran inundación, un montón de gente montada en globos de todos colores y formas sobrelleva el hecho de que viven en un jodido globo y que debajo de ellos probablemente no haya nada mas que agua y será igual mañana al amanecer. Aunque esta es...