Capítulo IV

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-Bogota: Helsinki tienes que ir a curar a Gandia.

-Helsinki: ¿Como que curar a Gandia?, pero si se escapó tras soltar a Nairobi.

-Bogotá: Ya, pero Denver le siguió y le tiró una granada y le ha herido y encima Tokio intentando quitarle las esquirlas le clavó las pinzas y ha perdido mucha sangre, hay que curarle, el Profesor lo necesita vivo.

-Helsinki: Te quedas tú con ella no?

-Bogotá: claro, oye Helsi ya le has cosido los puntos y les curado la herida de la mano?

-Helsinki: Si, ya está.

Helsinki se va y Nairobi y Bogotá se quedan solos.

-Bogotá: ¿Cómo estas?

-Nairobi: Pues mal , el hijo de puta de Gandia no estará por ahí suelto no?
Porque cuando lo pille lo mato vamos.

-Bogotá: Lo están curando pero vamos que ese de aquí no sale vivo, y tu como eres la puta ama te lo vas a cargar cuando tu quieras, como si voy a por él ahora y le pegas un tiro, porque lo que te hizo no es para que salga vivo, pero como lo quiere vivo el profesor, no podemos hacer nada, pero por mi que este hijo de puta paga por lo q te ha hecho.

-Nairobi: La verdad es que eso me encantaría.

Se quedaron mirándose en silencio hasta que Bogotá habló.

-Bogotá: Puede que suene cursi o simplemente puede que te suene mal, pero no me había sentido así nunca con nadie y contigo siento que puedo ser yo mismo, que aún que tu igual no sientas lo mismo y que cuando nos besamos en el ascensor, ahí fui el más feliz en este atraco, pero cuando te vi ahí, desangrandote no sabia como reaccionar, la idea de no volver a verte me destrozaba. Te quiero y no me he sentido así con nadie.

-Nairobi: Porque piensas que no siento lo mismo? Puede que esto te haga cambiar de opinión.

Y si en ese momento me encantó lo que me dijo Bogotá, no pensaba que me lo estuviese diciendo a mi y no lo pude evitar, en ese momento me acercé a él y cuando estaba a centímetros de sus labios le dije..

-Nairobi:Te quiero, gracias por todo lo que me haces por mi

-Bogotá: No me tienes que agradecer nada, yo haría lo que fuera por ti.
Y nos besamos, un beso suave pero y lento.

En la habitación donde está Gandia
-Helsinki: Ya estoy aquí, donde hay que coserle?

-Palermo: En la espalda.

-Helsinki: Vale, quédate quieto y no te muevas hijo de puta.

-El profesor: Palermo

-Palermo: Que pasa?

-El Profesor: Vamos a iniciar el plan para rescatar a Lisboa, como vais por allí?

-Palermo: Pues Gandia está herido, y lo Helsinki lo va a curar ahora.

-El profesor: Palermo cuando ya hayamos liberado a Lisboa es muy importante que Gandia cumpla con lo que te voy a decir ahora.

(...)

-Tokio: Río enserio podemos hablar ya, me preocúpaste antes joder.

-Rio: Vale, a ver que quieres que te diga, que me enterraron vivo en el puto desierto, que me hicieron cavar mi propia tumba, me meaba y cagaba encima, que me dejaron ahí y no me quedaba aire, es eso lo que quieres oír joder, (llorando y cabreado) Tokio no sabía si iba a volver a verte, cuando estaba en la tumba lloraba, hasta que al final me sacaron.

-Tokio: Joder que hijos de puta, pero ya no tendrás que volver a pasar por eso, ven anda.

Tokio le abraza tiernamente para intentar calmarlo.

- Rio: Y eso es lo que le conté el otro día a Estocolmo.

-Tokio: Creo que esto debería de saberlo el profesor. Palermo, déjame hablar con el Profesor.

-Rio: No Tokio espera, prefiero contárselo yo.

-Palermo: Tomá.

-Rio: Profesor soy Río, hay cosas que no sabes y deberías de saber.

-El profesor: Que pasa Río?

Continuará...

Las cosas nunca salen como uno espera // La casa de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora