Cap 4: La cereza del pastel.

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Continuo con la historia, disfruten...


Narra Marinette:

Durante las siguientes dos semanas, él siguió yendo al café. Siempre llegaba a la misma hora y se sentaba en el mismo lugar, con vista al parque. Como era de esperarse, me saludaba con una amplia sonrisa y eso hacía cada vez más difícil mantener mi línea pintada.

Aunque no lo quisiera, verlo se estaba volviendo algo rutinario y me acostumbré rápidamente a su presencia, a sus encantos y amabilidad, pero en el fondo sabía que estaba mal, porque estaba completamente segura que era un casanova y su único interés por mí era algo superficial, algo para aumentar su lista y su enorme ego.

Era mejor no pensar en eso. Aunque él seguía preguntando mi nombre, no debía cruzar la línea cliente-empleada que existía de por medio, así me evitaría problemas.

Llegó como de costumbre, seis en punto. Salí para atenderlo y me sonrió con esa amplia sonrisa que iluminaba mis días. Bajé la cabeza algo apenada y luego correspondí su sonrisa mientras me detenía a su lado.

Adrien: ¡muy buenos días! –me saludó efusivo

Marinette: buenos días.. –respondí serena- bienvenido

Él sonrió aún más al escuchar mis palabras.

Marinette: parece que el día de hoy está muy contento –dije al ver su actitud mientras sacaba mi libreta y bolígrafo

Adrien: ¡claro! –respondió- hoy he tenido un buen día en mi trabajo –me miró- y espero poder concluirlo de la mejor manera –y sonrió de medio lado

¡MALDICIÓN!

Creo que ese comentario me incluye a mi. Ladeé la cabeza ligeramente fingiendo no entender.

Marinette: usted es una persona muy positiva –dije- siga cumpliendo sus metas laborales –sonreí, fingí demencia

Adrien: laboralmente no me puedo quejar.. –dijo- pero yo hablo de metas.. más personales

Y volvió a sonreír de lado.

¡¿Qué le pasa?!

Marinette: bueno, si.. –dije restándole importancia- ¿desea ordenar algo o le traigo el menú? –pregunté ignorando su comentario

Adrien: um.. –hizo un puchero al notar mi respuesta- hoy tengo hambre, tráeme un baguette con pan de centeno y una gaseosa de naranja, por favor –respondió

Marinette: ok.. baguette en pan de centeno y una gaseosa de naranja –repetí mientras anotaba la orden- en seguida..

Me di la vuelta y comencé a caminar al interior del café segura de mi, pero..

Adrien: y tu nombre.. –añadió- por favor

Me detuve en seco cuando lo escuché. De nuevo sentí mi corazón acelerarse al escuchar su petición en tan dulce tono, su voz había causado un estrago en mi interior con esa pequeña petición...

Pero no. Ya estaba decidido, jamás lo haría.

Marinette: pronto traeré su comida.. –respondí y me fui sin mirarlo


Narra Adrien:

Cada día que la veo mi corazón vibra por la inmensa felicidad que me genera el admirarla. Tan linda, tan bella, tan delicada. Me cautiva con tan gráciles movimientos y esa sonrisa que ha penetrado tan profundamente en mi mente y mi corazón.

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