Cap 3: Solo hay que esperar.

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Continuo con la historia, disfruten..


Narra Marinette:

X: "regresare todos los días hasta que me digas tu nombre.. Adrien"

Ok... Eso fue, demasiado inusual.

Después de leer esa nota me sentí sumamente extraña, me sonrojé bastante, debo admitirlo; era la primera vez que alguien mostraba un interés tan sincero por mí, o al menos eso era lo que aparentaba. Suspiré.

Levanté nuevamente la vista y miré en varias direcciones por si volvía a verlo, pero no, seguía sin haber ningún rastro de él. Volví a ver la nota.

Marinette: Adrien, eh.. –dije para mí misma- bueno.. a ver si es cierto..

Fue más un reto que un anuncio para mi propia persona.

Guardé la nota y el cambio de ese desconocido en mi mandil, bueno, ya no era un extraño, por lo menos me dejó saber su nombre, pero aun así seguía siendo un desconocido. Regresé al interior del café y continué con mi trabajo.

Alya: ¿todo bien con el extraño "apuesto, caballeroso y galante"? –me preguntó en cuanto me vio llegar

Marinette: deja de llamarlo así –bufé molesta

Alya: yo solo repito tus propias palabras –rio divertida

Marinette: si, pero ya no es necesario.. –dije mientras me recargaba en la barra- ya sé su nombre

Alya: ¿quieres decir que le diste tu número de teléfono? –preguntó mirándome con una brillo en la mirada, estaba feliz

Marinette: ¿qué? –pregunté confundida- no, para nada, ni siquiera le he dicho mi nombre

Alya: entonces.. ¿tú le preguntaste el suyo? –preguntó segura

Marinette: no –respondí firme- tampoco quería saber su nombre

Alya: ¿y por qué no? –preguntó ahora confundida

Marinette: porque no quiero.. –bufé mientras me cruzaba de brazos- él dejó una nota en la mesa con su nombre, yo no se la pedí.. –dije- además dejó la amenaza de que regresará todos los días hasta que le diga el mío..

Alya: ¡¿qué?! ¡¿es en serio?! –preguntó muy sorprendida

Marinette: así es.. –desvié la mirada

Alya: jajaja –rio divertida- si le creo

Marinette: ¿por qué lo dices? –ahora yo era la confundida

Alya: porque lo conozco, Adrien es.. –la interrumpí

Marinette: ¡alto! Basta ahí, ¡detente! –dije interrumpiéndola- ya te dije que no quiero saber nada de él

Alya: ¿qué? ¿No entiendo porque te niegas a saber algo de Adrien si él ya ha demostrado interés por ti? –preguntó un tanto molesta

Marinette: cliente-empleada, no lo olvides –repetí- no me interesa saber nada de él

Alya: ¿recuerdas quien usó las palabras "apuesto, caballeroso y galante" en la misma oración para describir a un extraño que resulta tener interés por esa misma persona? –preguntó retadoramente- aahh, si, claro, ¡TU! –me señaló con el dedo

Marinette: eso ya no importa, Alya, supéralo –dije bastante sonrojada

Alya: ¿ahora resulta que yo soy la traumada? –dijo molesta- está bien, no les diré nada, los dos son igual de tercos –dijo molesta mientras volvía a preparar sus cafés

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